Proponen un minibosque nativo en el patio de nuestras casas

Dos guardaparques promueven su idea de crear viveros en cada pueblo de Sierras Chicas para poder conseguir las especies que corresponden a ese lugar y proteger al bosque nativo.

Suplementos - Ed Impresa 18/12/2020 Mónica Hernández
SUPLEMENTO SUSTENTABILIDAD 181220 - MÓNICA 3

Suple 26 - Vida Sustentable XVI - Bnr

 

Iara Zizzamia y Juan Cruz Valdivia son guardaparques y egresaron el año pasado de la tecnicatura de la Facultad de Turismo y Ambiente de la Universidad Provincial de Córdoba (UPC), además son brigadistas que forman parte de la agrupación Colibrí y desde hace casi ya dos años llevan adelante el vivero de nativas llamado Seremos Bosque.

Se trata de una iniciativa que surge a partir de la carrera de Guardaparques donde se pone mucho énfasis en este tema de la protección de las especies nativas. 

Primero el vivero surgió como “un hobby para poner en práctica nuestros conocimientos y en coordinación con la Facultad de Turismo y Ambiente, donde también existe un proyecto de bosque nativo para lo cual hemos agregado un ‘sombráculo’, que consiste en una estructura para proteger las plantas en el que se producen especies nativas, y que a partir de esa base comenzamos a explorar y experimentar”, contó Iara.

En tanto, Juan Cruz agregó que “en esto de revalorizar las nativas por sobre las exóticas, pues en esta zona en La Granja encontramos mucha invasión como por ejemplo: siempre verde, zarzamora o acacia negra, con lo cual siempre nos damos con que no había dónde comprar árboles, porque en nuestro terreno no queríamos plantar ni pinos ni frutales y no encontrábamos ningún vivero que tuviera variedad de plantas, pues a lo sumo tenían algún algarrobo, con poca promoción de las especies nativas, además del daño que provocan las exóticas en el ecosistema”. 

“A raíz de todo esto comenzamos a desarrollarlas nosotros y de a poquito con un ‘sombráculo’ más pequeño. Empezamos por criar leñosas, como por ejemplo espinillos, algarrobo, molle, chañar, lagaña de perro, quebracho, moradillo y varias más, con lo cual llegamos a 17”, agregó.

Con el tiempo, construyeron un “sombráculo” más grande, donde tienen capacidad para mil ejemplares y, a través de mucha educación la idea de estos emprendedores no apunta tanto a lo comercial sino a que haya una opción de compra de las especies nativas, sobre todo en esta zona de Sierras Chicas. 

Actividades

Las actividades que se realizan tienen dos ejes temáticos: por un lado, todo lo que tiene que ver con la producción de las nativas, cuyo proceso comienza con la recolección de semillas, “ya que todas las que utilizamos las sacamos de la zona, incluso la mayoría de un bosquecito que tenemos en nuestro terreno. Luego se preparan las macetas con los almácigos y con la germinación. La mayoría de las veces experimentamos porque a las semillas se les tiene que hacer el tratamiento pregerminativo”. 

Ese tratamiento pregerminativo consiste en que, por ejemplo, a las semillas muy duras se les debe romper con una lija la piel, que impermeabiliza a las mismas impidiendo que les ingrese el agua, pues están adaptadas para ser comidas por las aves, que al defecar liberan las semillitas listas para germinar. 

El otro eje temático tiene que ver con lo que es la educación, “para lo cual utilizamos nuestra página de Facebook publicando información, por ejemplo a través de cartillas a lo cual vamos agregando las especies que desarrollamos”, sostuvo Iara.

Asimismo, brindan información sobre los cotiledones que brotan de la semilla y suelen ser diferentes del resto de las hojas habituales de la planta, por lo cual resulta muy importante reconocerlas para proteger las especies, porque si pertenecen a exóticas se deben controlar para que no impidan el desarrollo de las otras”, agregó la brigadista.

Dos guardaparques promueven su idea de crear viveros en cada pueblo de Sierras Chicas para poder conseguir las especies que corresponden a ese lugar y proteger al bosque nativo.

Producción

En todo este proceso son muy cuidadosos y sumamente respetuosos con la naturaleza, pues de otra forma su tarea no serviría de nada. 

Los “sombráculos” fueron construidos con pinos que han sacado del terreno que causan daño al ambiente serrano y otro con caña de bambú, tratando de que sea lo mejor para la naturaleza. 

En cuanto a la preparación de la tierra, se tiene cuidado de no agregar pesticidas ni ningún otro producto químico, además las especies son criadas en el clima de origen.  

Las especies

Las variedades que desarrollan son representativas del Chaco serrano, del espinal, como manzanas de campo, coco, moradillo, tala, algarrobo blanco, piquillín, mistol, garabato macho, chañar, cina-cina, entre otras, además de algunas herbáceas: enredaderas, peine de mono, la sacha huasca, falso caraguatá, margarita punzó, chuscho, vara de oro, etcétera.

Una de las propuestas de los brigadistas fue conformar un minibosque nativo, pensando en que si cada vecino tiene en su patio estos ejemplares se podrían formar corredores naturales y se lograría un mayor refugio para aves y animales, mejores regulaciones para el clima y la temperatura, banco de semillas natural, lo cual ayudaría a que se recuperen los espacios degradados, además de los beneficios para la población como proporcionar alimento y medicinas, al tratar la corteza y los frutos del chañar, por ejemplo. 

El combo que Iara y Juan Cruz ofrecen cuenta con 20 especies de los estratos: herbáceo, arbustivo y arbóreo. La oferta contiene: 5 algarrobos blancos, 5 talas, un chañar, una lagaña de perro, un sen del campo, un coco, un sacha huasca, un caraguatá, 2 espinillos, un moradillo y un manzano de campo.

Revalorizar la flora nativa

Al vivir en la zona, se observa la diversidad: en un patio hay solamente pinos y en el de al lado existe diversidad donde el monte está parcialmente intervenido, donde se ha respetado el bosque nativo, con la consecuente diversidad de aves, insectos y de plantas.

“Buscamos fundamentalmente revalorizar todo este ecosistema y de la mano de la educación tratamos de explicarles a los vecinos los servicios y beneficios de lo que es la flora nativa, el consumo de agua de estas que resulta mucho menor que una exótica. Además, les explicamos que los árboles de las sierras, la mayoría, tienen espinas, e invitamos a la gente a que se vaya haciendo amiga de algunos arbustos, vamos por ese lado para que no las saquen y no las reemplacen con siempre verdes u otra exótica”, concluye Juan Cruz.

Si bien no existe una reglamentación para viveros, muchos municipios ya cuentan con el antecedente de que hay aprobada una ordenanza de arbolado nativo para el perímetro urbano, además de resaltar expresamente las especies prohibidas (la acacia blanca, el siempre verde, el fresno, el olmo, el paraíso, etcétera) que causan graves inconvenientes en las zonas urbanas.   

   

 

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