Ganó un millonario, perdimos los cordobeses

El inicio de obras en el predio del Ex Batallón 141 marca la entrega final de un espacio que era de todos los cordobeses, al interés de un grupo empresario. Los negocios particulares le ganaron al buen vivir de nuestra comunidad.

Opinión 29/06/2017 Miguel Magnasco*
ex batallon 141

Las últimas 23 hectáreas de pulmón verde de Zona Sur planean ser tapadas de cemento en lo sucesivo. Cinco mil departamentos de lujo, 12 mil nuevos habitantes, shopping, salón de convenciones y más.

Suena bien, excepto por las atroces consecuencias negativas que trae en tres planos distintos: la prestación de los servicios públicos, lo ambiental, y la memoria colectiva cordobesa. Veremos a continuación, que lejos de cualquier planificación urbana inteligente y favorable a los vecinos y vecinas por parte del municipio, el avance de esta obra sólo se explica a través de la ganancia de una persona.

Cualquier cordobés que transite por zonas aledañas a calles Cruz Roja, Valparaíso, O´Higgins, o Richieri puede notarlo: los servicios de la zona se encuentran colapsados. Cloacas estalladas, tránsito imposible, cortes reiterados de luz y agua en verano.

Bueno, imaginen esta zona ya colapsada, con 5 mil nuevos departamentos y shopping, sin que se haya realizado inversión alguna para ampliar la capacidad de respuesta de la red de servicios. El desenlace es previsible, tal como ocurre en barrio Alberdi, tendremos un hermoso edificio con departamentos lujosos y shopping, pero el tránsito colapsará aún más, las cloacas colapsarán aún más, los cortes de luz y agua serán aún más reiterados.

Eso no es calidad de vida, ni progreso, eso es -lisa y llanamente- construir desde la torpeza sólo para lucrar. En materia de servicios no se puede hacer magia. Si no se invierte en las redes troncales, previo a construir módulos habitacionales o obras que presionen más sobre la demanda de esos servicios, la red no soporta y explota.

La Corporación América, que empezó la obra ayer, se había comprometido por convenio urbanístico con la Municipalidad de Córdoba, a construir una planta de tratamiento de líquidos cloacales exclusiva para zona Sur y a realizar readecuaciones viales para mejorar el tránsito de la zona, antes de comenzar la urbanización dentro del predio del el ex Batallón 141. Como es tristemente esperable, ninguna de esas dos obras han empezado.

Por otra parte, decimos que hay una pérdida del pulmón verde, porque de las 23 hectáreas sólo quedará un tercio sin urbanizar, con un agravante: sólo el 10% de ese tercio, será de acceso público, si es que sucede tal cosa.

Perder hectáreas de verde en una zona en la cual no abundan, no sólo es lamentable del punto de vista de la carencia de espacios para respirar un aire más puro que el que nos brindan las calles a diario, también significa perder capacidad de absorción se suelo ante las reiteradas lluvias que tenemos, por ejemplo, en verano.

Quien escribe estas líneas es vecino de Bº San Fernando, ahí cerquita del ex Batallón 141, y puede dar testimonio sobre la manera impactante en que se inundan las calles cada vez que llueven dos gotas. Sin las 23 hectáreas de verde para absorber, esta situación, como es obvio, empeorará. Menos oxígeno, menos absorción, y una zona más expuesta ante precipitaciones. De nuevo, allí no hay bienestar, ni buen vivir, sólo lucro particular.

Finalmente, debajo del cemento quedará sepultado un ex centro clandestino de detención, tortura y exterminio de personas que funcionó durante la última dictadura cívico militar en Córdoba. En la sentencia de la Megacausa La Perla, se dictó la condena de prisión perpetua para Luis Gustavo Diedrichs, principal responsable del Destacamento de Inteligencia 141 durante el Terrorismo de Estado en Córdoba, al comprobarse largamente que dicha dependencia había sido parte central del circuito del horror en nuestra Provincia.

El predio había sido señalizado en el año 2013 por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, tal como se hizo en el día de ayer con el Hospital de Maternidad Provincial. Cada vez que un cordobés vaya a Maternidad, recordará y podrá reflexionar junto con miles, sobre la tragedia genocida que nunca más queremos volver a repetir en nuestro país. En el ex Batallón 141 no lo podrá hacer, porque quedará totalmente tapado, afectando severamente el fortalecimiento de nuestra memoria colectiva como pueblo.

Pudieron ser 23 hectáreas de aprovechamiento masivo, para toda la familia cordobesa, para respirar en medio de la asfixia urbana, para jugar con nuestros hijos disfrutando el sol de algún domingo de primavera, para reflexionar en conjunto sobre los errores que no queremos repetir, para recuperar un pedacito de buen vivir, de armonía ciudadana.

Había muchas propuestas alternativas, como la nuestra -plena de factibilidad legal, operativa y financiera- para convertirlas en un Parque Público de la Memoria con múltiples beneficios para toda la comunidad. Sin embargo, eligieron que fuera el negocio de una empresa, eligieron el caos vehicular, el colapso de las cloacas, de luz y el agua, el ahogo ambiental, la inundación de las calles, lo peor posible.

Lo eligió el Intendente y lo eligió el Gobernador, junto con la Corporación América. Pudo haber sido calidad de vida y progreso, pero ahora sólo quedó el lucro. Algunos harán mucho dinero y se irán tranquilos a sus hogares fuera del país sin conocer jamás el daño producido.

Quienes habitamos aquí sufriremos a diario la desidia de las actuales gestiones, la irresponsabilidad para urbanizar sin planificar, y la voracidad de grupos empresarios con capacidad de lobby para diseñar a su medida una ciudad en la que jamás vivirán, ni pondrán a jugar -como hacemos tantos de nosotros- sus sueños por volver a vivir como nos merecemos.

Presidente de la Fundación Córdoba de Todos

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