Cooperativa La Esperanza: “Una vida entera arriba del carro”

El presidente de la entidad, Carlos Andrada, analizó la búsqueda de reivindicaciones, del reconocimiento y la legitimidad del trabajo que llevan adelante sus asociados.

Economía 25/09/2020 Mónica Hernández
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Cooperativa "La Esperanza".

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La Cooperativa "La Esperanza" nació allá por el 2010, ante la necesidad de aunar esfuerzos en el marco de una sociedad que vulnera los derechos de las clases populares y donde el Estado, inversamente a su misión, “suele funcionar como garante de esta injusticia. El emprendimiento cooperativista, que hasta el momento funcionaba en la ciudad intentando agrupar al sector carrero, operaba con una lógica capitalista y de explotación de sus socios, espíritu opuesto al que se encuentra en los barrios y en las villas, donde la solidaridad es el pilar que sostiene a las familias vulneradas”, sostuvo Carlos “Purruco” Andrada en una entrevista con La Nueva Mañana.

“He sido carrero toda la vida, vivo en La Lonja, y cuando surgió la conformación de la cooperativa, porque había muchos trabajadores sueltos y sentíamos la necesidad de constituirnos en un servicio, y bueno, además, desde la Municipalidad se comenzó a sentir que era necesario que se los contenga en ese espacio y se los involucre en el sistema de trabajo, pues había mucho abandono de parte de la organización municipal de recolección de podas y de escombros, de todas esas cosas. Nunca teniendo un predio avalado por ellos y con el tiempo fuimos exigiendo que por lo menos temporalmente se contuviera en espacios que se llamarían escombreros o basurales a cielo abierto, como se los denomina para ciertas discusiones”, añadió Andrada. 

Ante toda esa falta de contención, había más de 1.000 basurales a cielo abierto, es que los miembros de la cooperativa sienten que han cumplido con esa misión a medias, por la falta de mecanismos, o sea de herramientas provistas por la Municipalidad durante todos estos años. 

“Hoy creemos que todos estamos en este momento con disposición y ganas de laburar para que ya directamente se frenen todos estos basurales a cielo abierto, y de esa manera se transformen en puntos verdes, donde no vaya a parar todo el material que la gente desecha al enterramiento en general, para que tenga una reutilización y que hoy están superpoblando y contaminando a Piedra Blanca (N. de R.: ubicado en la zona oeste de la ciudad, fue limpiado en mayo pasado por la Municipalidad), lo que permanentemente genera conflictos con los vecinos, con nuestro deseo de que podamos ser el nexo que frene eso, para que contribuya con lo humano y lo ambiental”, contó Purruco. 

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Carlos “Purruco” Andrada (centro):“En nuestro objetivo se encuentra el hecho de trabajar sin patrón, con autonomía y desde la autogestión; la solidaridad como sustento entre compañeros, como propósito extensivo a la comunidad y como valor fundamental: la resistencia ante la adversidad; la lucha desde los barrios y la construcción de un poder popular”.

Organización solidaria respetando los derechos

La entidad cooperativista nace como autoconvocados ante la necesidad concreta de ser incluidos en el trabajo digno; siendo una masa social abandonada y perseguida, y se organizó para plantear lo que la sociedad cordobesa necesitaba de ellos y ellos de la sociedad.

A partir del ideal de construir desde la organización horizontal y la capacidad solidaria de las familias y los barrios, con el objetivo de mejorar la calidad de vida, proteger y expandir los derechos y optimizar las condiciones laborales, para brindar su trabajo a la comunidad se conforma “La Esperanza”. 

Son 700 socios provenientes de unos 40 barrios de la ciudad de Córdoba, más cientos de personas que se acercan y con quienes coordinan esfuerzos y hoy la cooperativa tiene 17 comedores, a los cuales asisten aproximadamente de 200 a 300 niños a cada sede, los cuales están bien visibilizados en toda la ciudad y cuentan con 305 servidores urbanos. 

A su vez, el trabajo de los carreros está acompañado por un equipo de técnicos del área de veterinaria, jurídica, contable y comunicacional. Toman decisiones en asambleas mensuales y la voz de cada uno está representada por delegados, que “dejan todo por los carreros”, como expresan en la página web.

“Somos trabajadores y no piqueteros, y queremos apuntar a un trabajo legítimo como todos y no esperamos nada de un plan, pues eso es solo una compensación para esta crisis”.

Al respetar derechos y mejorar condiciones de trabajo para carreros y caballos, fue creciendo en proyectos orgánicos de reciclado, cuestión en la que los carreros son primera mano especializada, además de comedores y copas de leche en numerosos barrios de la ciudad de Córdoba; jornadas solidarias para construir casas, cisternas, desmalezar plazas y escuelas, brindar la ayuda ante catástrofes sufridas en la zona y alrededores, talleres deportivos y de oficios, y un número creciente de actividades y proyectos que “desdibujan los límites de esta cooperativa de carreros y la convierten en un espacio multidisciplinario e interbarrial, que va contagiando y continúa soñando”, comentó el presidente de la cooperativa.

“En nuestro objetivo se encuentra el hecho de trabajar sin patrón, con autonomía y desde la autogestión; la solidaridad como sustento entre compañeros, como propósito extensivo a la comunidad y como valor fundamental: la resistencia ante la adversidad; la lucha desde los barrios y la construcción de un poder popular”, finalizó Andrada. 

Un “Día de San Cayetano” muy particular

El 7 de agosto pasado los miembros de la cooperativa participaron de la Jornada Nacional de Lucha y Unidad de los Movimientos Populares por Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo organizada por UTEP (Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular), espacio en el que han venido colaborando desde hace cuatro años.

En esa oportunidad no se pudo salir a las calles, apelando al cuidado colectivo frente a la pandemia, pero se hicieron presentes por videoconferencia desde una de las unidades productivas, donde hace poco comenzaron a chipear restos de poda y desmalezado para hacer reciclado verde, aportando a la disminución de residuos que van al relleno sanitario.

Como dijo Andrada: “Más que nunca estas labores resultan esenciales, ya que garantizan una política ambiental para curar la tierra y oxigenar el mundo, tal como lo venimos haciendo los carreros y recicladores diariamente”. 

 

 

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