Daiana Moyano, la chica que hacía souvenirs en el barrio Ciudad Mi Esperanza

Familiares de la joven asesinada el 6 de enero buscan la colaboración de testigos que hayan viajado con ella en el colectivo de la línea 68 entre las 19 y las 21 de ese día.

Córdoba 11/01/2019 Florencia Gordillo Florencia Gordillo
Familia de Daiana Moyano
Los familiares de Daiana Moyano piden testigos para avanzar en la investigación. Foto: Florencia Gordillo - La Nueva Mañana

Los sábados Daiana Moyano entraba a trabajar a la mañana pero el 5 de enero se quedó en su casa para celebrar el cumpleaños de Mía, su hija que ahora tiene seis años. Le preparó una torta y decoró su casa. Ella era la chica que siempre hacía los souvenirs para los festejos de Ciudad Mi Esperanza, el barrio donde vivía.

Cerca de las 20, cuando el cumpleaños de su hija ya había terminado, se tomó el colectivo de la línea 68 de Coniferal -el único que pasa por el barrio- y se fue a la casa de una señora que cuidaba todos los fines de semana. Volvió al otro día, a la misma hora se tomó el ómnibus que la llevaba de vuelta a su casa.

A las 20.30 del domingo le mandó un mensaje de texto a su mamá, Laura Taborda, y le pidió que le avise a Germán Reyna, marido de Daiana, que vaya a esperarla a la parada porque el colectivo no iba a ingresar a Ciudad Mi Esperanza porque había llovido y los caminos de tierra que rodean al barrio eran difíciles de transitar. Cuando llueve, el barro, los yuyos altos y la oscuridad por falta de alumbrado público esconden un barrio que sobrevive en los márgenes de la ciudad. 

Cuando Daiana se bajó, un vecino del barrio la llevó por la fuerza hacia el monte donde la atacó, la asesinó y la dejó abandonada. Mientras tanto, Germán la esperaba en la parada. Pasaron dos colectivos y Daiana no se bajó de ninguno de ellos.

"Ella se tendría que haber bajado en la parada que está frente a la Policía, cruzaba la calle, daba la vuelta y estaba en su casa, pero la abandonaron. La dejaron a 30 cuadras del lugar. Debe haber bajado cuando mi yerno estaba yendo", dice Laura Taborda a La Nueva Mañana.

Parada Ciudad Mi Esperanza
Daiana Moyano vivía a dos cuadras de la parada del colectivo donde se debió haber bajado aquel domingo 6 de enero. Foto: La Nueva Mañana

Germán volvió a la casa de Laura porque estaba preocupado por la demora de Daiana, así que salió junto a toda la familia a buscarla. Laura también; salió del brazo con una vecina, se agarraron fuerte una de la otra, metieron los pies en el barro y empezaron a llamarla. A lo lejos vieron a un grupo de mujeres que había salido de sus viviendas alarmadas por gritos que se escuchaban a lo lejos: era el llanto de Germán. Él encontró a Daiana boca abajo en un descampado. Lo primero que hizo fue alzarla, después gritó.

Daiana tenía 24 años. "Era un ángel", dice Germán y después agacha la cabeza para llorar en silencio. "Estábamos todo el día juntos. Le gustaba trabajar para poder ser independiente. Ella se tendría que haber ido a trabajar el sábado a la mañana pero tuvimos el cumpleaños de mi hija. Quiso ir igual porque quería cumplir. Estuvo a punto de quedarse y al final se fue", cuenta.

Con Daiana se conocieron en el barrio; estaban juntos hacía siete años. Ahora piensa en ella y sonríe: "Antes de empezar a cuidar a esa señora ella hacía manualidades y artesanías. Aprendió ella sola. Vendía todo barato y a sus amigas no les quería cobrar, le hacía precio a todo el mundo".

"Si no era Daiana, hubiera sido otra chica"

Laura Taborda empezó a formar parte de la Organización de Mujeres Solidarias Argentinas (Omas) cuando Daiana tenía 16 años. La organización es un actor social con mucha presencia en el barrio. Alida Weht, presidenta de las Omas, recorre las calles de Chacras de la Merced con su camioneta y mientras repasa su historia.

"Todo lo que eran chacras se convierten primero en canteras y después en basurales. Por eso cambia la fisonomía de la zona y los modos de producción de la gente. Hay gente que se dedica a reciclar basura y antes habían sido quinteros", cuenta Alida a La Nueva Mañana.

En esa zona la Municipalidad de Córdoba instaló la Estación Depuradora de Aguas Residuales en 1987, una planta que trata líquidos cloacales y que terminó contaminando las napas que hay en el lugar. Por eso, los quinteros no pudieron seguir cultivando. Mientras Alida maneja su auto, señala los grandes terrenos con yuyos altos donde se acumulan escombros y basura.

"Primero de acá se mandaban frutas y hortalizas y nos mandaron cloacas. Después mandaron materiales nuevos de construcción y les devolvieron escombros y basura. Erradicaron villas y las trajeron hasta acá que es el patio trasero de la ciudad", manifiesta.

Los vecinos reclaman iluminación, asfalto y mantenimiento de los terrenos desde comienzos de los 90. Germán asegura que están desprotegidos: "Si no era Daiana, hubiera sido otra chica", expresa en referencia al femicidio. Cuenta que sus hijas preguntan por su mamá.

"Mía pregunta si ella no le va a hacer más cosquillas y si no le va a dar más la mano antes de dormir. No quiere ver a su mamá solamente en fotos", cuenta Germán mientras sostiene una foto de Daiana que está un poco desteñida por las babas de sus hijas que le dan besos a la imagen.  Su otra hija, Gala, tiene un año y medio y todavía le cuesta dormirse sola por la noche.

Buscan testigos

La familia de Daiana convoca a una marcha con velas y lazos violetas para este viernes a las 18, en Colón y General Paz y luego se trasladarán hacia el Patio Olmos. Además, piden colaboración para que los vecinos del barrio aporten datos sobre lo que pasó el domingo, principalmente si hubo testigos o personas que viajaban en el mismo colectivo que ella entre las 19 y las 21. Para ofrecer información, la ciudadanía puede comunicarse con Laura Taborda al 351 3917134. También darán una conferencia de prensa este viernes a las 11 en su casa para solicitar apoyo e invitar a la marcha.

"Pedimos que la gente no mire para otro lado. Si alguien pensó que quien la molestaba en el colectivo era el marido, y por eso no dijo nada, tiene que ayudar. Por más que hubiera sido así, es el marido, no es su dueño. Si alguien vio algo pedimos que se acerque", dice la mamá mientras toma mates dulces en la cocina de su casa.

Para Laura, los vecinos de Ciudad Mi Esperanza ahora están más unidos. Y asegura: "Ahora estamos más atentos. Ojalá que nos mantengamos así: cuidándonos unos a otros, porque sino no nos protege nadie a nosotros".

Por el crimen, hay un detenido, vecino del barrio Ciudad Mi Esperanza, que está acusado de ser el autor material del homicidio. "Dicté la detención de esta persona bajo la imputación de abuso sexual con acceso carnal seguido de muerte", aseguró el fiscal Marcelo Fenoll. La investigación ahora está en manos de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Integridad Sexual a cargo de Alicia Chirino. Es el primer femicidio del año en Córdoba



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