Economía Nicolás Fassi 01/07/2022

Día de las Cooperativas: un modelo de negocios para un mundo mejor

El movimiento cooperativo exhibe alternativas posibles ante el agotamiento de nuevos-viejos paradigmas y se planta como actor de peso en el juego político.

Los cooperativistas somos trabajadores que han recuperado empresas y llevado servicios públicos donde no llegaba ni el Estado ni el capital privado. Ilustración: Daniel "Pito" Campos

  

Especial para La Nueva Mañana

DÍA MUNDIAL DE LAS COOPERATIVAS

El advenimiento de la pandemia a finales de 2019 en China y su expansión por el mundo hasta nuestros días aceleró los cuestionamientos a un sistema capitalista mundial que desde hace tiempo está dando muestras de agotamiento, fundamentalmente a partir del colapso humanitario que significó, por ejemplo, el acceso a las vacunas.

Sin embargo, la lógica mercantil y el beneficio por encima de todo demostraron que la cosmovisión y las prácticas capitalistas son capaces de pervivir incluso en la más crítica situación sanitaria mundial en más de 100 años.

Lejos de esos supuestos y de la naturalización de un sistema mundo claramente sobrepasado, el cooperativismo renueva su compromiso y visión alternativa basada en el trabajo comunitario y en la creencia, cimentada con resultados, que hay otra forma de abordar la realidad con una perspectiva de integración en torno al respeto a la diversidad y a la pluriculturalidad.

En este marco, la edición número 100 del Día Internacional de las Cooperativas, que se conmemora este sábado 2 de julio, el #CoopsDay encuentra al movimiento haciendo frente a lo que el secretario General de la ONU, Antonio Guterres, advirtió como un paso equivocado hacia el abismo.

Bajo el lema “Las cooperativas construyen un mundo mejor”, la  Asociación Cooperativa Internacional (ACI) hizo un llamamiento mundial para que las y los cooperativistas demuestren “cómo este modelo de negocio está ayudando a construir un mundo mejor”. “Las cooperativas están dando respuesta. Para restaurar la confianza e inspirar esperanza es necesario cooperación, diálogo y comprensión”, señala Bruno Roelants, director general de la ACI.

Pandemia, guerra y después

Silvia Peñaloza: “Está demostrado que las cooperativas hemos sido una herramienta fundamental para la puesta en marcha de distintos procesos y proyectos a lo largo de la historia”. 

“En estos tiempos de guerra y pandemia, la gestión cooperativa se hace bastante compleja”, señala Silvia Peñaloza, presidenta del Instituto para el Financiamiento de Cooperativas de Trabajo de Córdoba (Ificotra) en diálogo con La Nueva Mañana.

“Está demostrado que las cooperativas hemos sido una herramienta fundamental para la puesta en marcha de distintos procesos y proyectos a lo largo de la historia. Es una opción real y está demostrada”, señala Peñaloza haciendo especial hincapié no sólo en el rol de las cooperativas de trabajo, sino del cooperativismo en general. 

En esa línea, Pablo Tissera, del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), filial Córdoba, remarca que “se constituyen como verdaderas herramientas de transformación social, son empresas que ponen al ser humano en el centro de la escena”. “Su rol es transformador porque reinvierten los excedentes en el territorio, porque generan trabajo local y porque producen desde, para y por su comunidad”, explica para afirmar que “aportan al desarrollo local comunitario con perspectiva solidaria”, diferente al sistema capitalista de los grandes grupos económicos.

A su turno, Diego Villarreal Rivarola, secretario de la Cooperativa de Trabajo y Reciclado La Victoria, aporta la perspectiva integradora de “los invisibilizados”. “Creo que es una apuesta por una economía completamente heterodoxa, en términos de una realidad distinta”, indica no sin antes sostener que para el sector de cartoneros y recicladores, el año 2001 fue central a la hora de buscar otros métodos de organización de “sectores marginados y corridos de la visibilidad pública”.


Medios cooperativos analizan el impacto de la crisis post pandemia

Esa organicidad y constancia, bajo el paraguas del cooperativismo, no sólo arrojó frutos en torno a la integración de los excluidos, sino que permitió convertir a las organizaciones en jugadores de peso dentro del circuito. “En la economía circular, los que meten ‘las patas en el barro’ son los cartoneros y los recicladores de base. A partir de esto, en este último tiempo y con mayor claridad, nos sentimos parte de una industria no sólo de un sector social. Y lo ponemos a jugar”, grafica Villarreal Rivarola poniendo como ejemplo lo que sucede con el plástico. “Si no lo recolectamos, separamos, lavamos y le agregamos valor, hay que importar materia prima”, indicó.

Como en gran parte del panorama económico, la necesidad de un rol activo del Estado también permea a las cooperativas, pero a partir de la creación y acompañamiento de instrumentos que permitan un real desarrollo de políticas económicas que centren la mirada no en el lucro, sino en la satisfacción del bien común. Para Peñaloza, se hace indispensable la sanción de una Ley de Cooperativas ya que hoy por hoy la agenda del cooperativismo es “sólo una foto”.

“Necesitamos una Ley de Cooperativas de Trabajo. Siempre el trabajador autogestionado se encuentra con que es un trabajador formal de alguna manera, pero está precarizado. Todo esto se nota cuando una cooperativa tiene que salir a competir al mercado, que es capitalista”, apunta la titular de Ificotra quien reconoce, no obstante, el rol facilitador del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes). “Necesitamos otra regulación. La que tenemos es precaria”, reclama.

Pablo Tissera:  “Las Cooperativas se constituyen como verdaderas herramientas de transformación social, son empresas que ponen al ser humano en el centro de la escena”. (Foto: Javier Imaz / LNM)

Otro tipo de trabajador

La autogestión es también uno de los pilares del movimiento. Desde otra perspectiva, quienes integran una cooperativa están unidos por lazos distintos al trabajo. Pero son igualmente trabajadores. “No estamos en relación de dependencia, pero tampoco somos empresarios. Somos trabajadores autogestionados”, explica Peñaloza, quien sostiene que “el mundo del trabajo lo mueven los y las trabajadores. 

Los cooperativistas somos trabajadores, que han recuperado empresas y llevado servicios públicos donde no llegaba ni el Estado ni el capital privado”.

La centralidad en el ser humano es otra de las marcas distintivas como afirma Tissera, y “su aporte a construir sociedades más justas y soberanas desde los valores de la igualdad, la libertad y la solidaridad requiere de un Estado activo, presente y dinámico que las promueva cómo al resto de entidades de la economía social, solidaria, popular y pyme”, sostiene el representante representante del IMFC.

Renacer en tiempos de la economía del descarte

“Movemos más cartón que la Municipalidad”, señala Villarreal Rivarola, quien brega para la mayor incorporación posible de personas. “Queremos que ningún compañero quede fuera del sistema; que no esté cooperativizado porque además es una forma de integrarlos al sistema”, señala el dirigente, para quien esta acción es una garantía no sólo en lo productivo sino en lo social.

“Lo más importante es el reconocimiento”, asegura Villarreal, para quien hay un avance en torno a la condición y el reconocimiento del trabajo de la Cooperativa La Victoria a partir de la validación de agentes externos, en particular el Estado. “Hemos avanzado en la relación con la Municipalidad, 10 cooperativas han firmado convenios, además de la existencia de puntos de acopio. Hay compañeros que se encargan de ordenar y recolectar en el centro, con el reconocimiento de la  Cámara de Comercio”, explicó.

La integración también demanda aprendizajes democráticos, la creación de liderazgos y también un fuerte autocontrol, en particular del trabajo infantil, un peligro siempre latente en situaciones extremas. “Hay virtud respecto de otras formas de organización; los liderazgos se construyen y se disputan en el buen sentido”, indica Villareal Rivarola.

Sin embargo, esa buena relación con las entidades estatales no se vio refrendada en la última Cumbre Mundial de Economía Circular, organizada semanas atrás por la Municipalidad de Córdoba. Allí, las grandes ausentes fueron las cooperativas de recolectores. 

Más allá de algunos casos puntuales, las exposiciones giraron en torno a otro estilo y visión conceptual, lo que generó críticas de referentes del sector, sino también de algunos expositores, como Jackie Flores, referenta cartonera y subsecretaria bonaerense de la economía circular.

Al respecto, la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR) Regional Córdoba, emitió un comunicado en el que se preguntó: “¿De qué economía circular nos habla el Estado municipal junto con las empresas que hacen de sponsors cuando nos ponen una barricada militarizada en la cara a los protagonistas del asunto ambiental?”.

Nacidas al calor de la Revolución Industrial de mediados del siglo XIX, las cooperativas alumbran desde siempre la concepción de otra cosmovisión de los acontecimientos, más orientados a la acción comunitaria del ser humano y con mayor flexibilidad y capacidad de adaptación y readaptación a las cuestiones estructurales y superestructurales. Contemporáneos de esa revolución, los principios de los Pioneros de Rochdale siguen vigentes puesto que, a fin de cuentas, además de interpretar el mundo, también se trata de transformarlo.

Diego Villarreal Rivarola: “Creo que es una apuesta por una economía completamente heterodoxa, en términos de una realidad distinta”.

Resistencia y alternatividad política

La llegada del movimiento cooperativista a nuestro país se inscribe en un contexto en lo que la historiografía oficial visualizó como las “presidencias históricas”: Bartolomé Mitre, Nicolás Avellaneda y Domingo Faustino Sarmiento. Entre 1862 y 1880, el desarrollo económico de nuestro país tomó un cariz netamente agrícola, para lo cual se requería la llegada masiva de mano de obra.

Además de la fuerza de trabajo, los y las inmigrantes trajeron costumbres como el asociativismo y el mutualismo que introducían las ideas de solidaridad y cooperación. Por afinidad religiosa, nacionalidad, colectividad, clase social u oficio, estas organizaciones comunitarias bien pronto comenzaron a expandirse por todo el territorio nacional, generando un modelo alternativo al sistema de acumulación fomentado por el Estado oligárquico.

“Pese a sus intentos, el Estado oligárquico no pudo penetrar esas organizaciones que expresaban valores y actitudes muy diferentes al autoritarismo y paternalismo predominante en la vida sociopolítica argentina”, señala Daniel Plotinsky, director de Idelcoop y autor del libro “El dinero de los argentinos en manos argentinas”.
Este intento de control es sólo uno de los embates que debió soportar el movimiento cooperativo a lo largo de casi 150 años de presencia en nuestro país. La Ley de Entidades Financieras de la dictadura cñivico-militar (actualmente en vigencia), la persecución durante los años de plomo y los intentos de desmovilización neoliberal durante los 90 mostraron que la fortaleza del pensamiento y sistema cooperativo siempre fue una alternativa política al sistema predominante. 

En ese marco, Jacobo Amar, autor de varios textos clásicos sobre cooperativismo, proclama en 1965 que las cooperativas no son entes abstractos, remarcando que sería “antinatural” que fomentaran la despolitización, sin poder despegarse de los principios de neutralidad política y religiosa. 

Bien por el contrario, Amar sostiene que el movimiento cooperativista había ampliado su desarrollo “a otros sectores sociales… por lo que en función de aspiraciones vitales insatisfechas, forzosamente estaba impregnado de un contenido esencialmente político en sus aspectos económico, social y cultural”.


El golpe a financieras

Además de la persecución política a sus miembros y el cierre de sus sedes, la dictadura cívico-militar tuvo a las cooperativas como blanco principal a la hora de imponer el proyecto económico que permitiera la libre circulación de capitales con la menor cantidad de entidades intermedias posible.

En febrero de 1977, a 11 meses del golpe, se dictaminó la actualmente vigente Ley 21.526 de Entidades Financieras, que buscaba “eliminar la forma jurídica cooperativa como base de la organización de servicios bancarios, reservándose exclusivamente para la sociedad anónima”.  Fue así que 273 cajas de crédito decidieron unirse para dar paso a 77 nuevos bancos cooperativos para alcanzar en todo el país un total de 85 entidades crediticias. En tanto, 102 cajas decidieron mantener el status. Casi 45 años después, sólo subsisten el Banco Credicoop, fundado en 1978 como Banco de Crédito Cooperativo del Gran Buenos Aires, y la Caja de Crédito Cuenca Coop. Lta.

  

  


Seguí el desarrollo de esta noticia y otras más 
en la edición impresa de La Nueva Mañana
 
Todos los viernes en tu kiosco ]


Te puede interesar

El Gobierno flexibilizó el ingreso de importaciones textiles y electrodomésticos

A partir de dos resoluciones, el Ministerio de Economía eliminó la obligatoriedad que tenía una lista de productos de atravesar el "canal rojo normativo" de la Aduana, lo cual incrementaba los costos.

La recesión ya golpea al sector automotriz en Córdoba: suspensiones y despidos por goteo

Sumado a las dificultades para importar insumos, tanto la producción de vehículos como la venta de 0km cayeron drásticamente en enero, por lo que las autopartistas y las terminales automotrices ajustan su planta de empleados y también aplican suspensiones.

Las transferencias no automáticas a las provincias sufrieron una caída real del 82% interanual

Esta caída responde a la decisión de Nación de suprimir envíos para alcanzar el equilibrio fiscal. Entre otros componentes, se justifica por la cuestionada eliminación del Fonid. Córdoba fue uno de los distritos con mayor caída interanual.

Los puntos claves del proyecto del Impuesto a las Ganancias

La norma cuyo texto circuló en las últimas horas establece además que no se cobrará el impuesto de carácter retroactivo. Esto quiere decir que se comenzarán con los descuentos desde el momento en que sea publicada en el Boletín Oficial y no habrá que abonar nada por el período comprendido desde el 1° de enero.

La inflación de marzo fue de 11% y los precios acumulan 51,6% en el primer trimestre

El Índice de Precios al Consumidor, proporcionado por el Indec, alcanzó al 387,9 por ciento en la comparación interanual. El segmento que más aumento registro el mes pasado fue Educación, con un 52,7 por ciento.

El salario real cayó un 18% en los primeros 50 días del gobierno de Javier Milei

"Es la mayor caída real interanual desde marzo de 2003", destacó el economista Salvador Vitelli. Esta pérdida de poder adquisitivo impactó de lleno en los niveles de consumo, como demuestra el desplome de ventas de pymes en febrero, que cayeron un 25%.