Caída de ingresos y retroceso de la economía, lo que se advierte al final del túnel

La devaluación del 120% anunciada por el ministro Caputo sin acuerdos de precios, sin recomposición salarial y con una inflación galopante se ha convertido en un golpe letal para la ciudadanía.

Economía 30/12/2023 Facundo Piai
inflacion super © Na
Los jubilados y trabajadores afrontarán la pérdida del poder adquisitivo. Foto: NA

El nuevo gobierno busca aprovechar la ola de los primeros días en donde la imagen positiva aún está fresca. Todo gobierno tiene su “luna de miel”. Así, en un puñado de días, la administración libertaria devaluó la moneda 120%, ajusta el gasto primario del Estado y reinstala impuestos. Con esto busca, por un lado, un tipo de cambio muy competitivo y, por otro lado, achicar el déficit fiscal. Además, a lo anterior se le suman una serie de medidas que, en ocasiones, chocan con esos objetivos. 

Es el caso de la desregulación de precios que se manifiesta en el encarecimiento de los principales artículos de la canasta básica, el aumento de los combustibles en surtidor, las subas de las tarifas energéticas que impactarán en enero, al igual que el transporte y diferentes servicios como las prepagas y las comunicaciones. Estas son al momento las principales medidas implementadas, al margen del decreto y diferentes leyes que son una declaración de principios anarcolibertarios.

Aunque si nos detenemos en el artículo de la “Ley Ómnibus” que regula la reunión de “tres o más personas en un espacio público”, más bien sería una declaración de principios de lo que parece mostrarse como un fascismo de mercado. Pero dejando de lado los decretos y leyes ataviados de extrañezas, vale preguntarse por el plan económico para ordenar las principales variables económicas. Recordemos que con una inflación que se acelera acortando los tiempos en que se duplica en el acumulado anual y frente a la necesidad de recomponer las alicaídas reservas, la situación exige un plan de estabilización. ¿El plan del libertario era la dolarización y al abandonarla se quedó sin plan económico?

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El ministro de Economía, Luis Caputo, durante el anuncio de medidas de ajuste. Foto: NA.

Hasta el momento las medidas destacadas son dos: megadevaluación y ajuste

Lo cierto es que una devaluación es efectiva cuando el tipo de cambio se mantiene competitivo en el tiempo. Dicho de otra manera, cuando no se traslada en los precios internos en la misma magnitud. Por caso, si se devalúa 120%, en principio todas las empresas que tienen mercado afuera ganan competitividad. Esto significa que sus productos son más beneficiosos para otras economías que con los mismos dólares (que antes de la devaluación) pueden comprar más cantidad. En efecto la devaluación significa un abaratamiento para quienes tienen dólares y compran productos valuados en pesos.

Ahora bien, esto funciona en la medida en que el salto del dólar no se traslade a los precios internos potenciando la inflación. Con lo cual este estímulo exportador se pierde cuando la devaluación alimenta subas que terminan por encarecer al producto exportable. En efecto, es lo que está ocurriendo. Es la consecuencia de aplicar una mega devaluación como la que anunció Luis Caputo sin acuerdos de precios ni coordinación alguna. Sino en el marco de desregulaciones varias. El resultado no puede ser otro que el de una devaluación devaluada, poco efectiva al ser carcomida por la inflación.

De lo anterior se desprende que el tipo de cambio volverá a ser noticia próximamente. Es de esperar que en abril o mayo cuando se espera que ingresen los agrodólares de la cosecha gruesa los productores busquen un dólar más arriba para liquidar. Aunque diferentes analistas advierten una inflación muy intensa en el primer trimestre del año, con lo cual, el tipo de cambio actual podría quedar atrasado antes de abril, incluso. 

Cosechadora
Es de esperar que en abril o mayo cuando se espera que ingresen los agrodólares de la cosecha gruesa los productores busquen un dólar más arriba para liquidar.  Foto: archivo

Salto del dólar sin política de ingresos ni productiva

Así como el salto del dólar puede ser un estímulo para la producción de manufacturas exportables, la contracara está en la caída del salario. Puesto que todos quienes tienen ingresos en pesos, la mayoría de los argentinos, tienen una pérdida de poder adquisitivo. Esto en el marco de una inflación más potente que se espiraliza con mayor velocidad, sin política de ingresos y en el marco de un ajuste del gasto primario del Estado genera depresión de ingresos. Lo cual se manifiesta en pérdida de poder adquisitivo de: jubilaciones, pensiones, ingresos sociales complementarios y salarios que terminan deprimiendo el nivel de actividad económica

Acá se produce otro nudo que atenta contra los objetivos del nuevo gobierno. Porque al estar la estructura impositiva atada al nivel de actividad esto significa que hay una relación directamente proporcional entre recaudación y nivel de actividad. Dado que el IVA representa el mayor ingreso de recursos a las arcas de los ingresos públicos; a mayor actividad, mayor recaudación y viceversa; a menor actividad, la recaudación cae.

 Es sabido que el activo que tenía el anterior gobierno fue el de mantener el nivel de actividad alto, pese a la inflación de tres dígitos. Ahora las subas de precios se duplicarán en menos de un año, la economía se deprime entrando en fase recesiva, en efecto, los ingresos del fisco también se desplomarán. Lo cual significa que la administración libertaria deberá incrementar aún más el ajuste del gasto para conseguir el equilibrio fiscal prometido o no cumplirá con el objetivo que se propuso en materia de déficit fiscal cero.

Apertura importadora más aranceles con espíritu recaudador 

En este cadáver exquisito libertario, el espíritu aperturista que comparten en el gobierno se da de bruces con un condicionante fáctico y también con medidas que lo moderan. “En principio está la posibilidad de poder importar. Pero hay una limitante que no es menor: la falta de dólares que tiene el país para enfrentar esas importaciones, más la deuda no resuelta de financiamiento de importaciones”. Quien afirma es el presidente de la Unión de industriales de Córdoba, Luis Macario. Rige la premisa de “prohibido prohibir”, pero no están las divisas para hacer las operaciones. 

Por su parte, otro importante industrial con capacidad exportadora señaló a este medio en off que hay dos aspectos que preocupan al sector productivo. Por un lado, el “cuidado de valor agregado en el tema derecho de exportación. Hay que encontrar un punto de equilibrio que tenga en cuenta el valor agregado, puesto que los aumentos de las retenciones de manufacturas de origen agropecuario desincentivan la exportación y la generación de puestos de trabajo genuinos”.

Por otro lado, nuestra fuente destacó que el incremento del Impuesto País (fijado en 17,5%), para acceder a los dólares para importar, debería discriminar entre insumos de bienes finales y maquinarias. Puesto que, de gravarse todo con el mismo porcentaje, “se incentiva mucho más a la importación de bienes finales por sobre los insumos”, lo cual descuida el empleo privado genuino.

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