La Ola: descubrimos el paraíso escondido de las Altas Cumbres

Este lugar ubicada sobre la ruta N° 34, que es el parque de diversiones de los escaladores, también cuenta con un sector para pasar el día, rodeados de cascadas, playa y montañas.

Turismo 08/12/2022 Vanina Boco
Ola © Vanina Boco00003
Este lugar se encuentra al costado de la ruta N° 34, más precisamente en el kilómetro 32. Foto: Vanina Bocco

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Siempre que transito por la ruta de las Altas Cumbres y veo esos imponentes paisajes, me dan ganas de bajarme y empezar a recorrer, de ver qué hay más allá de esas paredes rocosas mezcladas con planicies de pastizales de altura.

Se puede decir que este fin de semana lo hice, aunque en realidad fui con un lugar fijo del que había escuchado hablar y que quería conocer.

Se trata de La Ola, un enorme macizo de piedra que pareciera como un animal gigante dormido y que es conocido porque es el parque de diversiones de los escaladores.

Un “Disney” en las Altas Cumbres

Este lugar se encuentra al costado de la ruta N° 34, más precisamente en el kilómetro 32, del lado derecho yendo desde Córdoba.

Un montón de autos a ambos lados de la ruta indican que en ese lugar está sucediendo algo, hasta hay algunos turistas que se bajan intrigados porque vieron esa concurrencia.

Es que no es solo este macizo de piedra el que atrae a los escaladores, sino otras paredes que hay alrededor y que presentan unas 200 vías de escaladas. ¡Algo así como un Disney en medio de las Altas Cumbres!

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El rincón secreto de Froilán y Delma

Pero, para los que no practicamos este deporte, hay otro lugar que es un verdadero paraíso. Justo del lado izquierdo de la ruta, enfrente de La Ola, está la entrada al campo de Froilán y Delma, una pareja que vive hace 25 años en este rinconcito serrano.

Un cartel en la entrada indica que se debe abonar para ingresar al predio, pero la tranquera está cerrada. Decido saltar y golpear las manos cerca de la casa ya que se ve que hay gente, y ahí Froilán me recibe amablemente y me explica que se puede ingresar, solo que mantiene la tranquera cerrada para que no se escape su yegua que anda pastando alrededor.

El costo del ingreso es de 500 pesos por persona y se puede permanecer en el lugar las horas que quieras.
La casa de Froilán tiene uno de los patios más hermosos que he visto: a pocos metros de la vivienda, una alfombra de césped bien verde, con piedras de diferentes formas y tamaños rodean a un arroyito, y como un telón de fondo de ese paisaje, una bella cascada que en su base tiene una hoya y una playita.

Elijo la sombra de un sauce para almorzar y después me acerco a disfrutar de ese escenario salido de un libro de Tolkien. El agua es bien fría, típico de las Altas Cumbres, y las paredes por donde cae la cascada están tapizadas de musgos, bromelias y helechos.

Ola © Vanina Boco00010

Explorando el patio de la casa

Froilán me cuenta que, si quiero ir a explorar, hay otras cascadas más arriba así que decido seguir el curso de agua, subiendo por el costado de la cascada.

Unos metros en ascenso y me encuentro con un valle verde y el arroyo que corre manso entre las piedras. La caminata no tiene demasiada exigencia y los paisajes no dejan de sorprenderme así que sigo caminando, siempre guiándome por el agua, ya que no hay sendero ni carteles.

En esta zona se puede ver plenamente la función que cumple la Pampa de Achala, declarada Reserva Hídrica Provincial, y se entiende por qué la llaman "La Esponja", ya que debido a las lluvias y a la neblina, absorbe y almacena la humedad durante todo el año que alimenta la red de arroyos, ríos y vertientes. Esto se ve reflejado en el color verde que mantiene el pasto y a la tierra que permanece húmeda en esos sectores.

El ruido de una cascada llama mi atención y, efectivamente, veo un salto de agua que cae en diferentes tramos, colándose entre piedras y plantas.

Sigo y encuentro más cascaditas de tamaños y formas variadas, hasta que llego a la llamada "Cascada del Puma", que se encuentra en una especie de quebrada, en una separación de las piedras que originó una pared completamente vertical y de varios metros de longitud por donde cae el agua.

La pared que quedó enfrente de la cascada brinda un lugar ideal, con sombra, para quedarse a contemplarla un largo rato.

Continúo explorando y ya a esa altura me siento como en mi casa, recorriendo y admirando cada rincón del patio de Froilán. Mientras en distintas montañas los escaladores siguen divirtiéndose a lo grande.

El paisaje me atrapa y me lleva por arroyos, rocas, planicies preparadas como para jugar golf, y la inmensidad de las Altas Cumbres rodeando todo.

Me voy de allí agradecida con los moradores del lugar por compartir este pedacito de paraíso, y por dejarme jugar en su patio.

Datos útiles
La Ola, Altas Cumbres
Ruta N° 34, Km 32
Entradas:  $ 500 (para ingresar al predio de Froilán y Delma)

 

 

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