Sin unanimidad, el “campo” cordobés apuesta al “lockout”

Con diferencias marcadas con respecto a las entidades con sede en Buenos Aires, la Mesa de Enlace cordobesa busca erigirse como el faro que canalice los reclamos nacionales.

Ed Impresa 08/07/2022 Nicolás Fassi
Pablo Martinez - Gabriel De Rademaker
Pablo Martinez, Sociedad Rural de Jesus María; Gabriel De Rademaker, vicepresidente de CRA.

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Especial para La Nueva Mañana

La designación de Silvina Batakis al frente del ministerio de Economía continúa generando réplicas en todos los sectores productivos y políticos del país. Los cimbronazos en el reducido pero influyente mercado cambiario ilegal oficiaron de “alfombra roja” para la reemplazante de Martín Guzmán al frente del Palacio de Hacienda. Incluso, el recibimiento tendría una segunda estación con el cese de comercialización, anunciado para el miércoles por la Mesa de Enlace, para reclamar por la falta de gasoil y el cese de la presión impositiva.

Pero aunque resulte extraño de comprender para el observador somero, esa animadversión no es unánime como podría esperarse a la luz de los acontecimientos que se inauguraron con la 125. 

El potencial responde a ciertos titubeos de la dirigencia nacional de la Mesa de Enlace, que no tiene la misma disposición que, por ejemplo, la mayoría de las representaciones cordobesas agropecuarias.

Las diferencias pueden rastrearse en el tractorazo sucedido el pasado mes de abril, que llegó a Plaza de Mayo encabezado por productores autoconvocados y referentes del interior. En ese marco, el liderazgo de los representantes de Córdoba, amparados en el reclamo de “las bases”. A punto tal que desde entonces la relación quedó sumamente tensionada incluyendo algunos “portazos” y “cortocircuitos”.

Tranqueras adentro, las posturas tampoco son unánimes respecto del lockout del miércoles. Si bien la mayoría se inclina por plegarse a la protesta que, en principio, no contempla cortes de ruta sino concentraciones en todo el país, es sabido que no hay un único campo. Por lo tanto es factible pensar en una diversidad de reclamos, estrategias y posturas a la hora de relacionarse con las autoridades.

“No hay nada que hablar”

Pablo Martínez, presidente de la Sociedad Rural de Jesús María, fue uno de los que estuvo en abril en el tractorazo de Plaza de Mayo, lo que le valió el enfrentamiento con CRA (Confederaciones Rurales Argentinas) y la salida de los delegados de Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez).

Intransigente, Martínez fue claro al señalar que “no tenemos nada que hablar” con las nuevas autoridades económicas nacionales. “No creo que tengamos que tener ninguna reunión hasta que se vayan el año que viene. Este gobierno dio dos años y medio de medidas en contra del agro, supuestamente, con diálogo. Hoy estamos esperando que pase este año para que se vayan y que cambien las políticas del estado”, señaló de manera enfática ante la consulta de La Nueva Mañana.

Tras ratificar el cese de comercialización y adelantar que “toda la cadena productiva nos va acompañar”, remarcó el enfrentamiento existente con sus pares de Buenos Aires al tildar de “vergonzosa” la ausencia de representantes en el tractorazo de abril. “El 23 estuvo toda Córdoba y no estuvo Buenos Aires. Les tendría que dar vergüenza”, indicó Martínez, quien sostuvo que la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) lleva políticas “en contra de las bases”.

“Buenos Aires está un poco más abierta al diálogo, más cercano a la capital que al interior profundo. Con Carbap estoy enemistado porque lleva adelante políticas en contra de las bases. Es por esto que hemos retirado nuestros delegados de CRA”, indicó Martínez. Este “alambrado” de la postura cordobesa también encuentra eco en Gabriel De Rademaker, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), quien también destacó el rol basista de los productores del interior profundo.

Más contemporizador que Martínez, reconoce cortocircuitos y chisporroteos con la Mesa de Enlace nacional, aunque sostiene que todo es cuestión de miradas y estrategias. “Obviamente, esto repercute en la relación. Sin embargo, desde Córdoba seguimos el mandato de los productores y nunca vamos a callar esa voz”, explicó al ratificar la presencia cordobesa en la marcha.

Respecto de la llegada de Batakis, De Rademaker señaló que se esperaba un cambio más amigable con el mercado y la inversión. “Bienvenida la visión de equilibrio fiscal, pero a partir del ahorro y no de la presión impositiva. Ojalá se pueda lograr un canal productivo de diálogo”, sostuvo con pocas esperanzas. “Tenemos malas expectativas y mucha preocupación. Este gobierno está enemistado con la inversión y los mercados”, finalizó.

“Hay que sentarse a conversar”

Por su parte, la Sociedad Rural de Córdoba ratificó una postura opuesta a Cartez y CRA al no adherir al paro y hacer un llamamiento al diálogo. “Personalmente creo que hay que sentarse a conversar cómo resolver los problemas y no hacer política como la Mesa de Enlace, que se pone en una posición opositora y plantea que les resuelvan los problemas, sin leer que hay faltante de gasoil en todo el mundo”, sostuvo días atrás Sebastián Trossero, vicepresidente de la entidad. Respecto del nombramiento de Batakis, mostró cautela al indicar que “todos pedían un cambio y lo cambio. Esperemos que sea para mejor. Respecto del paro, es una postura personal, si querían un cambio y hubo uno tan importante, bajá el paro y sentate a negociar”, finalizó.

Sin embargo, criticó al gobierno nacional al sostener que “dejó pasar más de un mes para resolver el tema de los biocombustibles. Pagó un costo político alto por un costo fiscal mínimo cuando podría haberse sentado a discutir con estos mismos sectores que hoy les hacen el paro”. Respecto de un incremento de los derechos de exportación, Trossero señaló que “no pueden aumentar. Tienen que quedarse como están”. “Las retenciones no pueden aumentar. Podemos discutir la segmentación, que evite la concentración en grandes ‘pooles’, cómo se distribuyen y cómo sirven para fomentar”, finalizó.



Basismo cordobesista

Cartez fue una de las regionales que integran la CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), que decidieron no acatar lo dispuesto por la representación nacional y estar en Buenos Aires, lo que valió reproches internos. Algo similar ocurrió con el representante de Coninagro Córdoba, Alejandro Buttiero, quien a punto estuvo de perder su lugar como consejero nacional, por marchar desoyendo el mandato de la central nacional.

Las críticas al “basismo cordobesista” refieren a la injerencia política de Hacemos por Córdoba, de excelente relación con el campo local a partir de la prédica por el fin del cobro de los derechos de exportación. “Con la Provincia tenemos pequeñas diferencias, pero el diálogo es excelente, nos atienden el teléfono y se presentan proyectos. Schiaretti se dio cuenta que Córdoba es productiva”, especificó Martínez, quien representa a Cartez en el influyente G-6. Sin embargo, advierte que el sector “no actúa políticamente” y que lo que hace es mostrar el descontento del sector. Un dato que no debe pasarse por alto es que el cordobés Alejandro Ferrero ya está lanzado a la carrera para presidir la Sociedad Rural Argentina. Al frente de la lista Unidad y Acción, y acompañado por la productora de General Villegas, Mercedes Lalor, Ferrero, oriundo de Leones, reclama una “SRA más activa” y enarbola una bandera conocida al sostener que “ya no alcanza con pedir que nos eliminen las retenciones, tenemos que crear políticas públicas para abrirnos al mundo”.

 

 

LNM - Edición Impresa 264

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