Ante un escenario inflacionario adverso, los bonos anunciados para trabajadores informales, de casas particulares, monotributistas, y las jubilaciones más bajas van en ese sentido.
Ed Impresa 22/04/2022 Facundo Piai
Especial para La Nueva Mañana
La inflación de marzo expuso que sin medidas específicas el Gobierno no podrá cumplir uno de los objetivos claves de su gestión. Con subas proyectadas en torno a los 50 puntos, se dificulta la recuperación del poder adquisitivo de los ingresos; sobre todo para quienes no tienen paritarias. En consecuencia, el encarecimiento de los precios de la economía mundial por la suba internacional de los alimentos, metales e hidrocarburos, consecuencia de la guerra en Ucrania, podría dificultar la recuperación económica en curso.
Las últimas medidas del Gobierno buscan revitalizar la demanda frente a un escenario inflacionario que le es adverso. Los bonos para los trabajadores informales, monotributistas, trabajadores de casas particulares y las jubilaciones más bajas que anunció el Gobierno van en ese sentido. Con el “nuevo IFE” y el refuerzo que abarca al 64% de los jubilados se estima que el Gobierno repartirá alrededor de $200 mil millones en los bolsillos más débiles. La erogación significaría, para el director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), entre 0,25% y 0,33% del PBI proyectado para este año.
Desde el equipo económico estiman que esa masa de dinero apuntalará el consumo masivo de quienes no tienen la posibilidad de neutralizar a la inflación mediante paritarias. De este modo las ventas de alimentos, entre otros productos, consolidarían su performance tras la desaceleración que experimentaron en marzo. El último informe de la consultora Scentia, que mide volumen de ventas en supermercados y autoservicios del país, da cuenta que el consumo lleva nueve meses consecutivos de evolución. Así, durante el primer trimestre de este año el consumo acumula una suba interanual de 6,7%. Sin embargo, el crecimiento es heterogéneo, mientras en Amba hay contracción, la buena performance del interior termina por explicar los números positivos en la tabla general.
En buena medida, el salto del consumo en las zonas turísticas da como resultado el repunte de las ventas en los últimos meses. Analistas destacan el efecto dinamizador del programa Pre Viaje y el récord de la temporada de verano en el volumen de ventas de supermercados y autoservicios. Se trata de factores que ya dejan de incidir que el equipo económico dirigido por Martín Guzmán espera poder trocar por los nuevos estímulos a los ingresos. Asimismo, desde la Rosada entienden que al representar el consumo más del 70% del PBI, mantenerlo activo es clave para el nivel de actividad y seguir recuperando empleos de calidad.
Al ser contactado por La Nueva Mañana, el consultor económico José María Rinaldi aclaró que se trata de “una medida de emergencia importante” porque la inflación “arrasa con el salario”. Además, contradiciendo a algunos economistas que señalan a la medida como inflacionaria, el docente universitario negó que el estímulo vaya a “retroalimentar la inflación”. Actualmente el nivel de dinero circulante en poder del público se encuentra por debajo del promedio de la última década, según información oficial. Conjunto a esto, el déficit fiscal del primer trimestre va en línea con el objetivo de 2,5% para este año.
Asimismo, el tipo de cambio no saltó y hay acumulación de reservas; por tanto, no hay argumentos sólidos para señalar al déficit como la causa de la suba de precios en este contexto. Para el director de la consultora Estudio Rinaldi, “el IFE es un elemento redistributivo y tendrá efecto en la desigualdad de ingresos”. También añadió que los docentes universitarios “deberíamos estar incluidos”, porque arreglaron una paritaria de 41% que terminarán de cobrar en octubre y que “deja a muchos por debajo de la línea de pobreza”.
La recuperación económica del 2021 tuvo su efecto en el mercado laboral. Los últimos registros dan cuenta que, en enero de 2022, la cantidad de personas con trabajo registrado en el total país alcanzó a 12,431 millones. Esto resulta de contabilizar el trabajo en blanco privado y del sector público, más los independientes, monotributistas y el trabajo en casas particulares. Lo cual significa la incorporación de 23 mil personas más en relación al mes anterior y de más de 500 mil respecto al mismo mes del año pasado.
Por su parte, el trabajo formal (medido en función de trabajadores incorporados al sistema previsional) lleva 13 meses de crecimiento paulatino, según informes oficiales. Esta variación positiva llevó al mercado de trabajo asalariado a más que recomponerse de los 200 mil puestos de trabajo perdidos durante el aislamiento. A enero de este año se contabilizaban por 6,065 millones los trabajadores asalariados del sector privado, contra los 6,026 del mismo mes, pero del 2020. La dinámica del comercio, como así también la oferta de empleo de la industria que lleva 20 meses de aumento consecutivo explican la recuperación del empleo privado.
Así, el gobierno puede afirmar que tiene más trabajo formal que cuando asumió. Sin embargo, aún los registros están por debajo de agosto del 2019, mes en que la el gobierno de Cambiemos devaluó el peso en más de un 20% luego de perder la elección profundizando aún más la recesión económica. Algo parecido ocurre con el ingreso promedio medido en dólares. La recuperación del 2021 cerró con un ingreso de 313 dólares, una recomposición en torno a u$s40 sobre el ingreso de diciembre del 2019. No obstante, aún se encuentra por abajo del 2015 o, inclusive, del 2017.
Antes de viajar a Washington, el ministro de economía anunció que trabajan en un proyecto para gravar impositivamente a los sectores cuyas rentas crecieron extraordinariamente por la suba del precio internacional de los alimentos e hidrocarburos, entre otros commodities. La propuesta va en sintonía con las sugerencias que hizo el FMI en su último informe económico global, en donde recomienda aplicar “impuestos temporales” a las empresas que obtuvieron “beneficios excesivos vinculados con la pandemia”. Desde el gobierno sostienen que la presión impositiva sobre la renta será clave para financiar las políticas de estímulo al consumo.
Sin embargo, no pocos advierten sobre la dificultad que el congreso apruebe un proyecto de estas características, lo cual no significaría un desbalance fiscal. Desde Economía entienden que el crecimiento económico terminará fondeando al fisco ya que el grueso de los impuestos está alineado con el nivel de actividad. Además, una expansión de la economía por sobre las proyecciones también termina por diluir el peso relativo de las erogaciones en relación al PBI. Y desde Washington, bajan buenos augurios en ese sentido.
El FMI redujo la perspectiva de crecimiento mundial para este año y el próximo como consecuencia de la pandemia y la inflación global. El informe del organismo que preside Kristalina Georgieva reduce las proyecciones de nivel de actividad económica de 143 economías que representan el 86% del PBI mundial. Contrariamente, el Fondo corrigió al alza las proyecciones de crecimiento para la Argentina. En octubre del año pasado, el organismo multilateral de crédito pronosticaba un crecimiento del PBI del 2,5%, consecuencia del efecto arrastre de la fuerte recuperación del 2021. Ahora, estima en 4% el aumento de la actividad económica para este año. También mejoró la proyección para el año próximo que era de un punto y medio y la llevó a 3%.
Por su parte, el Gobierno desea que las mejores proyecciones que desde Washington hacen de la Argentina lleve certidumbre a los actores económicos locales y eso aquiete la escalada de los precios.
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