Cupo para cargar diésel: indicios de escasez generan inestabilidad

La protesta de transportistas de granos paraliza la actividad en puertos mientras se espera por la importación de combustible y el acuerdo gasífero con Bolivia.

Ed Impresa14/04/2022 Facundo Piai
Cortes camiones © NA
Desde YPF indicaron que están aumentando la oferta de gasoil para mejorar el “abastecimiento en el país”.Foto: gentileza.

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Especial para La Nueva Mañana

Con la cosecha gruesa en marcha, el gobierno espera con ansias la liquidación de las exportaciones granarias para fortalecer las reservas de dólares del BCRA. No se trata de un optimismo infundado; la superficie sembrada de soja, maíz y girasol en torno a niveles récord, más una cotización internacional elevada de los commodities agropecuarios resultan un combo clave para la estabilidad económica. Sin embargo, para poder usufructuarlo, el Gobierno nacional primerio deberá resolver inconvenientes que surgen por el flanco energético, consecuencia de una mayor demanda por incremento del PBI.

La escalada del precio de los combustibles fósiles como resultado del combate en Europa del este desató la huelga de los transportistas de cargas. Como ocurriera en Perú y España, entre otros puntos conflictivos, los camioneros reclaman por la suba del gasoil, bregan por la actualización de las tarifas conforme el aumento de los costos del flete y rechazan los cupos para cargar combustible. En consecuencia, la actividad de las principales terminales portuarias argentinas se ve estancada en medio de la cosecha gruesa. Los más optimistas dentro del gobierno sostienen que se resolverá sin mayores consecuencias y la liquidación de agrodólares continuará robusta como hasta ahora (con más de u$s7 mil millones).

YPF aumenta el abastecimiento de gasoil

Al ser consultados por La Nueva Mañana, desde la petrolera de bandera indicaron que están aumentando la oferta de gasoil para mejorar el “abastecimiento en el país”. Durante abril, YPF planea incrementar su producción de gasoil en un 10% en relación al volumen de 2019. Además, con la importación de 250 millones de litros de gasoil entre abril y la primera quincena de mayo prevén consolidar la oferta.  Así, desde la petrolera de bandera que representa alrededor del 60% de expendio pretenden resolver el faltante de combustible demandado principalmente por camiones y maquinaria agrícola.

De este modo, la empresa argentina de energía estaría absorbiendo las pérdidas que las otras petroleras quieren evitar al haber precios internos más bajos que los externos, pese a las últimas actualizaciones. Por caso en Córdoba el gasoil lleva un 22% de incremento en lo que va del año; sin embargo, la brecha entre el barril criollo y el precio internacional hace que las empresas no quieran importar a pérdida. Desde el sector petrolero temen que la Secretaría de Energía juegue su última carta y prohíba las exportaciones para asegurar el abastecimiento interno. No obstante, no creen que el gobierno tenga la fortaleza política para abrir otro frente de conflicto, más aún cuando también necesita de los dólares de los despachos de hidrocarburos para reducir el déficit de la balanza energética, que estará en niveles históricos. 

“No hay un problema de oferta de combustible”

En consecuencia, el nudo gordiano que enfrenta el gobierno tiene por un lado un barril criollo que obstaculiza la importación de combustible. Asimismo, una actualización del valor del gasoil para achicar la brecha enardecería el conflicto con los transportistas de cargas. Estos últimos están con la guardia alta reclamando una actualización de la tarifa nacional para el flete de granos, en estado de alarma por los indicios de escases. Por otro lado, la actualización de la tarifa del flete para destrabar la huelga tendrá impacto directo en los costos logísticos que terminarán por sumar más presiones a la espiral inflacionaria. 

Desde la Secretaría de Energía sostienen que hoy “no hay un problema de oferta de combustible”. Nuestra fuente aclara que las necesidades de importación de gasoil para saldar la demanda en surtidor son menores a las que difunden los medios. Al no tener autoabastecimiento total de combustible, Argentina importa el 15% de la demanda en surtidor, mientras que otro porcentaje de combustible lo importa Cammesa. Esta última compañía que administra el mercado de energía eléctrica utiliza el gasoil para generar electricidad y ya se encuentra abastecida del diésel, aclaró. 

“Los principales problemas son la brecha de precios y los problemas logísticos” dado ehl incremento del consumo por la recuperación económica.

“La situación se va a resolver”, enfatizan desde una importante área de Energía. “Los principales problemas son la brecha de precios y los problemas logísticos”, dado al incremento del consumo por la recuperación económica. Si bien no son problemas de fácil resolución, señalan, los vaticinios “alarmistas” generan profecías que terminan por autocumplirse. “Todo está muy justo” en producción, distribución y logística, por tanto, de haber un pico de demanda incentivado por rumores de desabastecimiento “se generan distorsiones”. Entonces, el combustible que llega a surtidor no logra abastecer a una demanda envalentonada por rumores de inestabilidad. Además, “tampoco llegará todo el combustible que deba llegar si hay problemas en logística y distribución”. “El mercado se está reacomodando”, señaló nuestra fuente.

Confesiones de invierno

A los problemas sobre el abastecimiento de gasoil se le suman inquietudes respecto a lo que ocurrirá con el suministro de gas en la época de mayor frío. Algunas cámaras empresariales locales agrupadas bajo el sello Mesa de la Producción Córdoba alertan sobre eventuales escenarios de “escasez de energía y desabastecimiento” para la industria. Algunos industriales temen que por faltante de gas implementen cortes en el suministro y por tanto ya adelantaron producción. Algunos industriales ya alargaron las jornadas de trabajo para producir todo el stock posible. Mientras que otros son más más optimistas sobre lo que pueda ocurrir y desestiman los vaticinios alarmistas por reiterativos y poco fundamentados. De cualquier manera, todos están expectantes de lo que resulte de las negociaciones de gas boliviano, más las importaciones de gas licuado y gasoil.

El alza de la energía sumado a la crisis hídrica de la cuenca de los ríos Paraná-Plata obliga al gobierno a destinar más dólares de los previstos al sector energético. En efecto, son medidas que propenden a garantizar abastecimiento energético para que la actividad económica no se enfríe que también dificultan los objetivos fiscales perseguidos. Según proyecciones de la consultora Economía y Energía, la balanza comercial de energía tendría un déficit de u$s7 mil millones. Por tanto, superaría en ocho veces al rojo del año pasado que fue de 559 millones de dólares. No obstante, estas proyecciones no contemplan la extensión del acuerdo gasífero celebrado con Bolivia que amplía el suministro durante el invierno. El precio promedio que pagará Argentina por el gas del norte rondará los u$s12 el millón de BTU, tres veces menos que la compra de gas licuado que llega por barco. 

 

 

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