A 37 años de la vuelta a la democracia en Argentina: un pacto para vivir

El 30 de octubre de 1983, Raúl Alfonsín fue electo presidente con casi el 52% de los votos, poniendo fin a la dictadura cívico-militar que se había instalado en el poder en 1976.

Ed Impresa 30/10/2020 Flavio Colazo
Ed 178 © Pito Campos
Ilustración: Daniel "Pito" Campos, para La Nueva Mañana

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Especial para La Nueva Mañana

A 37 AÑOS DE LAS ELECCIONES DE 1983

Democracia. Los medios y los miedos. Con el advenimiento del sistema democrático florecieron incontables medios (mayormente gráficos) dispuestos a expresarse con voluptuosidad sobre los más variados asuntos de interés público (la censura alcanzaba a todos los ámbitos, a todos los temas). Así, muchos se sintieron llamados a colaborar en la restauración del país (destruido física y moralmente) desde el periodismo. Después de la guerra de Malvinas la sociedad cayó en cuenta del ocultamiento y manipulación informativa del que era víctima. A la dictadura se les aflojaron sus pies de barro: uno de ellos, el mediático. El accionar delictivo y criminal ejecutado desde sus entrañas emergió hacia la luz pública. La maquinaria represiva del período 76-83 se ensañó con innumerables periodistas a los que condenó a exilio, cárcel y/o muerte. Gracias a la valentía de algunos pocos periodistas, editores y dueños de medios, informaciones hasta ese momento censuradas lograron publicarse.

Algunos, a puro coraje, lograron hacer saber al público parte del estrago que se estaba perpetrando. Un ejemplo: Robert Cox (periodista británico a cargo del Buenos Aires Herald en 1976) fue pionero en informar lo que estaba pasando en Argentina en cuanto a secuestros, torturas y desapariciones. Él logró, en 1977, acceder con su grabador encendido a la oficina del ministro de Interior de la dictadura. Allí le increpó a Albano Harguindeguy: ¡Hay sesenta periodistas desparecidos! El ministro se dio vuelta y le dijo con sorna: ¿Sesenta…, nada más que sesenta?

Vale recordar, en esta fecha, a quienes honraron la profesión y colaboraron fuertemente para poder hoy gozar del actual estado de derecho.

Fuimos todos. Otros actores además del periodismo fueron imprescindibles e incesantes en la lucha para la restitución del sistema democrático. Entre ellos los partidos políticos y las organizaciones de DD.HH. LNM accedió a reflexiones de unos y otros sobre estos 37 años democráticos.

Partidos políticos y democracia

LNM recogió vivencias, sentires y pareceres sobre la interrupción del proceso democrático en 1976, a la vez que opiniones sobre el rol y la incidencia de los mismos para la recuperación del sistema en voz de uno de los dirigentes de mayor trayectoria dentro del Partido Justicialista.

José Luis Gioja

Tres veces gobernador de San Juan. Actualmente es diputado nacional y preside el Partido Justicialista.

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“La democracia puede tener algunos problemas y fallas, pero no hay mejor sistema para gobernar a los pueblos libres del mundo”. (Foto: NA)

¿Cómo fue su tránsito personal desde la interrupción de la democracia en 1976 hasta la recuperación del sistema en 1983?

- La verdad es que el tránsito personal durante la dictadura fue muy complejo para mí. Yo era hasta el 24 de marzo del 76 interventor en el Instituto Provincial de la Vivienda de la provincia de San Juan, que era gobernada por el gran compañero peronista Eloy Próspero Camus, quien era, a la vez, presidente del Congreso Nacional Justicialista en esa época. Camus llevaba a cabo una gobernación muy progresista e importante cuando se dio el golpe de Estado. A mí, en lo particular, el 24 de marzo del 76 me encontró en Buenos Aires, pero ni bien regresé a San Juan detuvieron inmediatamente primero a mi padre, luego a mi hermano y finalmente a mí. No me detuvieron primero porque permanecí escondido por varios días. Estuve 10 meses preso, hasta enero del 77; el encarcelamiento realmente no se lo “recomiendo” a nadie, no hay don más preciado que la libertad. De más está decir que sufrí todo tipo de torturas, de vejámenes. Luego  tuve la intención de irme a toda costa del país porque la persecución que sufríamos por parte del Tercer Cuerpo de Ejército encabezado por Benjamín Menéndez era incesante e incruenta. No pude irme porque me contacté con un colombiano que desapareció cuando me estaba ayudando a escapar. Entonces me tuve que ir a Buenos Aires, a vivir guardado, con mi mujer embarazada de mi segundo hijo, y decidido ya a quedarme en el país a afrontar lo que fuese.

¿Por dejó San Juan en ese momento?

- Porque ni bien recuperé la libertad, luego de esos 10 meses nefastos, una noche “cayeron” a mi casa encapuchados, de madrugada, tipo 3 de la mañana, con medias de nylon en la cabeza, no me llevaron de milagro, pero se robaron todo lo que pudieron. Esa noche desaparecieron dos personas más de San Juan, no fui la tercera por milagro. Por eso decidí irme a Buenos Aires. Ahí la pasamos como pudimos. Fue duro, muy duro, para mí y para todo el pueblo. Para los que amamos la democracia, la libertad y para muchos compañeros nuestros que padecían lo mismo que uno. Cada día pienso: ojalá que el Nunca Más sea un NUNCA MÁS.

¿Qué recuerda de aquel día de 1983?

 - A aquel 30 de octubre lo viví como una reivindicación de la democracia y del pueblo argentino. A pesar de que la fórmula justicialista (Lúder- Bittel) no ganó… ¡lo viví como una victoria de la democracia! Fue la primera vez que voté en mi vida… fue una alegría… Indescriptible.

¿Cómo fue el rol del justicialismo en la recuperación de la democracia?

- El justicialismo tuvo mucho que ver con la recuperación de la democracia. Aún creo que se le debe un gran reconocimiento a quien presidía el Partido Justicialista durante  los años del terror, Deolindo Felipe Bittel. Él fue quien, cuando vino la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se entrevistó con ella y nos permitió quejarnos ante ese organismo. Luego, en ejercicio de la democracia, durante el gobierno de Alfonsín, se sumó la brillante tarea de las agrupaciones de DD.HH. Ya, más acá en el tiempo, hay que reconocer a los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández como procesos afianzadores de los valores e instituciones democráticas.

¿Qué valor se le debe asignar a la democracia en el marco de la actual división de criterios imperante? 

- Tiene un valor incalculable. Solo se percibe su magnitud en su ausencia. Por ello hay que defenderla con todas las herramientas posibles. Mire, la democracia puede tener algunos problemas y fallas, pero no hay mejor sistema para gobernar los pueblos libres del mundo.

LNM convocó para participar en la nota a Ricardo Alfonsín (de la UCR), quien se excusó por su incumplimiento, a último momento, aludiendo estrictos deberes de agenda.

Democracia y Derechos Humanos 

Nora Cortiñas

Militante y defensora de los derechos humanos  y la democracia. Miembro de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.

Nora Cortiñas © NA
El pueblo tiene que saber y ser consultado sobre “qué” y cómo se deber hacer. (Foto: NA)

¿Algunas vivencias, personales y grupales, de aquel octubre de 1983?

-Ese día las madres, los padres y familias con detenidos desaparecidos, mujeres y varones… y a quienes les faltaban sus nietos, lo vivimos como un cambio muy importante, muy significativo.

¿Por qué?

-Porque al recuperarse la vida institucional nos juntamos con nuevas fuerzas y mucha esperanza; pero, al mismo tiempo,  nos comprometimos a no dejar de criticar y señalar lo que no se fuera a hacer bien, y de encontrar las maneras y los mecanismos para lograr satisfacer nuestra necesidad de memoria verdad y justicia.

En 37 años hubo muchos presidentes elegidos por el pueblo. ¿Cómo los recuerda y valora?

- 37 años…, varios gobiernos y solo pudimos alimentar nuestras esperanzas en algunas administraciones. La de Alfonsín, con la Conadep, con el inicio de investigaciones y, finalmente, el juicio a la Primera Junta Militar. Ese gobierno  hizo bastante… pero en muchos casos nos dejó disconformes. 

¿Por ejemplo?

- Las condenas impartidas para los genocidas. Muchas no resultaron proporcionales a los crímenes, daño y terror causados… más la apropiación de los bebés,… muchos aún no han recuperado su identidad. Luego hubo que esperar al gobierno de Néstor Kirchner para que se reabran los juicios, muchos de los cuales se están desarrollando estos días… no hay que cejar en la lucha en ellos.

¿Cómo ve a la democracia argentina en la actualidad?

- Tenemos una democracia que avanza en muletas porque después del gobierno de Mauricio Macri -que destruyó todo lo que pudo-, a la hora de reconstruir el país, nos llegó la pandemia y todo se complicó más.

¿La democracia está en deuda con usted, con ustedes, o con el pueblo?

- Se hacen cosas, a veces insuficientes y a veces no del mejor modo, pero hay cosas que se pueden mejorar. Por ahora no se ven pasos concretos que puedan resolver los problemas que tenemos de hambre y de tanta pobreza. No entiendo por qué se sigue pagando la deuda, los intereses, a usureros particulares y al usurero mayor que es el FMI. Siempre estudian cómo pagar mejor. Nosotros pensamos que hay que suspender los pagos de la deuda, hacer una auditoria, y mostrarle al pueblo qué es lo que nos quiere cobrar el FMI. Y no volver a pedir plata nunca más, vivir de lo nuestro, como dijo alguna vez Aldo Ferrer en un estudio que hizo sobre la pobreza. Creemos que en estos momentos turbulentos hay mucho por hacer, pero  también que el pueblo tiene que saber y ser consultado sobre “qué” y “cómo” se debe hacer.

¿De qué modo vincula al Covid-19 con la democracia?

- Hoy es responsabilidad democrática la solidaridad para que pare esta pandemia. Es democrático respetar a rajatabla los protocolos. No es democracia que abran todos los establecimientos y nos abarrotemos, y nos contagiemos entre todos. Es responsabilidad democrática no contagiarse… para no contagiar. Sí es democrático contar con todos los recursos públicos para cuidarse, curarse y sanarse; y que se atienden las necesidades básicas del pueblo.

Sonia Torres

Referente de Abuelas de Plaza Mayo Córdoba.

Sonia Torres ©  Nicolás Castiglioni
“La democracia es un valor en sí mismo y tenemos que esforzarnos al máximo por mantenerla”. 
(Foto: Nicolás Castiglioni)

¿Cómo rememora, alguien como usted, que afrontó daños irreparables durante la dictadura, aquel momento histórico de 1983? 

- Celebramos con alegría la llegada  de la democracia a manos del presidente Alfonsín. Pero, a la vez, quienes habíamos perdido hijos y nietos pensamos, y creímos, que Alfonsín nos iba a decir a dónde estaban, dónde los tenían secuestrados; no fue así.

La democracia ha permitido el arribo de diferentes tipos de administraciones gubernamentales a la Casa Rosada. ¿Qué parecer le han dejado en cuanto a la colaboración para con la causa que alienta Abuelas?

- Los diferentes presidentes de la democracia nos dieron -algunos más, otros menos- elementos y herramientas para buscar, pero los Kirchner nos abrieron la Casa Rosada y nos ofrecieron, lisa y llanamente, todo lo que necesitáramos.

¿Cómo valora al sistema democrático en estos momentos del país y su vida?

- La democracia es un valor en sí mismo y tenemos que esforzarnos al máximo por mantenerlo como el sistema mediante el cual se elige a un gobierno y mediante el cual éste gobierna.

¿Siente que la democracia está en deuda con ustedes?

- Desde nuestro espacio, durante estos años de lucha en democracia, hemos logrado que la sociedad nos mire, nos ayude y nos conozca. Pero falta mucho más. Por eso les pedimos a los argentinos que se sumen a nuestra búsqueda de memoria, verdad y justicia.

 

bandera argentina 2Cómo fueron en Córdoba los días del regreso democrático

  

 

LNM - Edición Impresa

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