El “impuestazo” inmobiliario: subas exorbitantes en una ciudad a la deriva

El aumento en la carga impositiva impactó de lleno en los vecinos, mientras 85 milímetros de lluvia dejaron al descubierto la pésima calidad de los servicios en Córdoba.

Ed Impresa 07/02/2020 Ignacio Martín Ignacio Martín
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"Impuestazo". El Ejecutivo a cargo de Martín Llaryora elevó las tasas del inmobiliario por encima de lo previsto. Foto: archivo (LNM).

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Bastó que pasaran un par de horas y un alerta meteorológico para desnudar en plena vía pública el sinsentido que significa aumentar hasta un 70% el Inmobiliario municipal en Córdoba (según datos oficiales). 85 milímetros registró el Servicio Meteorológico Nacional el pasado miércoles, luego de una tormenta que comenzó a la madrugada y amainó durante la mañana. Los vecinos registraron algo peor: calles inundadas; avenidas con pozos que se comieron autos, colectivos y a un móvil de la Policía Caminera; semáforos sin funcionar; desagües tapados; líneas de transporte urbano que no pasaron por las paradas durante tres horas, ya que les era imposible transitar por vías embarradas y anegadas; y hasta una naranjita que intentó ordenar el tránsito en Colón y Tucumán ante la falta de inspectores.

Es que el objetivo fundamental de todos los impuestos que cobra la Municipalidad de Córdoba (y cualquier otra municipalidad del país) es financiar los servicios que brinda al vecino. Desde controlar y velar por el transporte público hasta el mantenimiento de una aplicación para celulares que en teoría permite saber cuándo viene el próximo ómnibus. Desde barrer una vereda hasta controlar que una parrilla de avenida Sabattini no llene de brasas un contenedor. Desde la instalación de luminaria hasta el bacheo de las calles. Desde el dispensario hasta el jardín municipal.

Ante esto, el “impuestazo” que implementó esta semana Martín Llaryora y que evidenciaron cientos de miles de cordobeses capitalinos no tiene ninguna correlación con la realidad que viven esos mismos vecinos. Uno podrá pensar, y con justa razón, que en dos meses poco se puede hacer para solucionar una herencia de décadas de desidia. El problema está en que muchos de esos problemas nombrados arriba no necesitan de cuatro años de gestión para solucionarse. Limpiar de basura un desagüe para que no se inunde Javier Díaz debería ser algo habitual, mientras que los vehículos empantanados en Rancagua no fueron novedad para nadie. En diciembre sucedió un hecho similar con un conductor que fue literalmente tragado por una grieta que iba de esquina a esquina.

El objetivo fundamental de todos los impuestos que cobra la Municipalidad de Córdoba (y cualquier otro gobierno comunal del país) es financiar los servicios que brinda al vecino.

El motivo, entonces, recae en lo meramente económico: la Municipalidad sale a buscar plata en los bolsillos de los cordobeses para paliar el déficit en la caja. Y lo hace con una suba en las tasas que sí sorprendió a muchos. Mientras que en el proyecto de emergencia económica elevado a finales de diciembre se hablaba de subas “entre el 41 y el 53 por ciento”, los incrementos avizorados llegan al 68 por ciento, debido a la sobretasa del 10 por ciento aplicado al nuevo monto por el Fondo Solidario de Inclusión Social.

Ese fondo buscaba en un principio que los baldíos de la ciudad fueran edificados en zonas donde empezaban a expandirse negocios inmobiliarios, principalmente en la periferia. Hoy, alrededor del 20% de los ciudadanos ubicados principalmente en el Centro, Observatorio, Alberdi, Nueva Córdoba, General Paz, Cerro de las Rosas, Cofico y Alta Córdoba abonarán el nuevo impuesto aunque solamente sean inquilinos.

Asimismo, muchos de los aumentos detectados superan el 68% en zonas alejadas al Centro y con gravísimos problemas estructurales, como es el caso de Villa El Libertador. Y aunque Gerardo Pintucci, subsecretario de Recursos Tributarios, haya aclarado que las dos zonas más alejadas (3 y 4) no están alcanzadas por el aumentazo, desde la oposición marcaron casos donde no se ve correlación entre el incremento, el inmueble del contribuyente y su poder adquisitivo, despojando de “solidaridad” a la sobretasa.

“El intendente arrancó su gestión apoyado en tres pilares: superpoderes; refuerzo financiero del Gobierno provincial, negada a la anterior administración; e importantes aumentos en los tributos municipales, que impactarán negativamente en ciudadanos y en pymes”, subrayó en Twitter Juan Negri, jefe de la bancada Córdoba Cambia en el Concejo Deliberante. El edil fue el primero en presentar un proyecto de ordenanza y hasta una petición en el sitio web Change.org para que se baje un 15% el Inmobiliario.

Luego, todo el arco opositor se plegó en contra el aumento. Rodrigo De Loredo (Evolución) explicó que se trata del mayor incremento desde 2009 y que el promedio en la ciudad es del 72%. Diego Mestre afirmó que Llaryora “mintió” y que la decisión de él y de Juan Schiaretti es “asfixiar a los cordobeses”. Laura Vilches, del Frente de Izquierda, propuso “retrotraer el impuesto a valores del año pasado para los dos grupos más bajos en los que se divide la tarifaria y su congelamiento por dos años”. Juan Pablo Quinteros tuiteó: “Una familia paga Rentas, Inmobiliario Municipal, Agua, Energía, Gas, Transporte... Compare este año con anteriores y notará que ganaron con el 60%”.

Al momento de escribir esta nota se intentó ingresar al sitio web donde se puede chequear la situación del Inmobiliario (https://servicios2.cordoba.gov.ar/Tributario), pero se encontraba caído. Ese también es un servicio municipal.

Números 

Mientras que la inflación acumulada desde 2009 (en números estimativos debido al manoseo del Indec durante el kirchnerismo) alcanzó el 339,8%, el Inmobiliario aumentó en ese mismo periodo un 518%. Es decir, un 178,2% más. Si se tiene en cuenta un incremento promedio del 54% para este año y una inflación estimada del 42,2% por analistas del mercado, la diferencia sube al 190% en 12 años

En ese lapso gobernaron la ciudad tres intendentes: Daniel Giacomino, Ramón Mestre y Martín Llaryora.

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