El Diquecito de Tanti, múltiples paisajes en un solo lugar

Cascadas, ollas y senderos atraviesan el bosque y alfombras de piedras en un trayecto de cinco kilómetros con saltos de agua: el Pozo del Indio.

Turismo 21/09/2019 Vanina Boco
Diquecito Tanti-2
La tradición turística de la zona se refleja en la  gran variedad en lo gastronómico, en alojamientos y en lo comercial en general. Fotos: Vanina Boco

chapa_ed_impresa_01


Especial para La Nueva Mañana

Entre las áreas turísticas que abarca el pueblo de Tanti, la propuesta de El Diquecito es una de las más completas: un circuito que parte, justamente, del pequeño dique, pero que lentamente te lleva por senderos perdidos en la vegetación, con cascadas de todo tipo, ollas y grandes explanadas de piedras moldeadas por el agua.

Llegar a Tanti es realmente sencillo, no solo porque está a unos 50  kilómetros de la ciudad de Córdoba, sino porque es uno de los pueblos más visitados por los turistas y hay varias opciones de colectivos. En auto es posible llegar desde la Ruta Nacional N° 20 hasta Villa Carlos Paz y desde allí se debe continuar por la Ruta Provincial N° 28.

En el pueblo todavía se pueden ver viviendas antiguas que conservan su clásico estilo colonial. Su tradición turística se refleja en la  gran variedad en lo gastronómico, en alojamientos y en lo comercial en general. Es también un punto desde donde parten distintas propuestas turísticas como la Reserva Cerro Blanco, Los Gigantes, Cascada Los Chorrillos, la Cueva de los Pajaritos, entre otras.

Diquecito Tanti
Fotos: Vanina Boco



¿Por dónde empezar?

Sabiendo todo lo que tenía para ofrecer esta localidad, decidí consultarle a una lugareña qué sitio me recomendaba para visitar, y no lo dudó: “Andá a El Diquecito, podés caminar y ver cascadas”, me dijo, y me dio las indicaciones para llegar hasta allí.

A unas 10 cuadras de la Terminal de ómnibus, atravesando el río Tanti por un pequeño puente, y continuando por la calle General Paz, llegué hasta el cartel que indicaba la entrada y detallaba los puntos clave del recorrido: a 100 metros La Cascada, a 600 metros La Cueva de los Helechos, a 2 kilómetros Piedras Lisas y a 5 kilómetros Pozo del Indio.

Apenas pasando la entrada, un gran espejo de agua de más de 50 metros de largo se despliega ante mis ojos, su serenidad deja ver las algas y piedras que hay en el fondo. El recorrido comienza siguiendo el sendero de cemento y, casi sin darme cuenta, ya estoy frente a la primera cascada: un salto de agua de unos 8 metros que se encuentra protegida por paredones de piedras. El trayecto hasta aquí es de muy fácil acceso y brinda todas las condiciones para quedarse a pasar el día. Pero, para los amantes de la aventura, se podría decir que el camino recién arranca.

Para continuar el recorrido, hay que subir por unas piedras que tienen algunos escalones marcados y que se encuentran hacia la izquierda. Desde arriba se ve el comienzo de la cascada, con una perspectiva distinta de sus dimensiones. El sendero continúa bordeando el río, que se mantiene con poca agua, por lo que en las partes donde hay que atravesarlo, no presenta dificultad.

DSC_0161

Sobre una gran pared de piedra, un grupo de chicos y chicas practican rápel. Me cruzo con algunos caminantes que vuelven del recorrido, bastante cansados y, durante todo el trayecto, aparecen perros que se divierten yendo y viniendo y entrando al agua cada tanto.

Cascada Piedras Lisas-Tanti
Fotos: Vanina Boco

Continúo caminando un largo trecho, pasando por pequeños saltos de agua, zonas más pedregosas y algunas ollas, pero, como el camino no está señalizado con cartelería ni tampoco están identificados los lugares, no reconozco la Cueva de los Helechos y llego, directamente, a Piedras lisas. Este sitio sí es fácilmente distinguible por su explanada de enormes piedras con formas redondeadas. A través de ellas, corre el río formando cascadas de todos los tamaños y moldeando aún más la superficie rocosa.

El final del recorrido

A pesar de la belleza de ese lugar que invita a quedarse, quiero seguir camino para conocer el Pozo del Indio, así que vuelvo al sendero que me interna un poco más en el bosque serrano, pero siempre tengo como referencia el curso de agua.

La Cascada-Tanti
Finalmente, luego de un ascenso medianamente pronunciado, salgo a una gran formación rocosa que me brinda una vista aérea del Pozo del Indio. Se trata de una serie de saltos de agua que forman un pozo de unos 7 metros de profundidad, rodeados de paredones de unos 12 metros de alto. 

Es como ver distintos planos de una foto: arriba una pareja toma mates, por debajo de ellos pasa una cascada que desborda agua hacia los costados y fluye formando otros saltos, hasta finalizar en el gran Pozo. Una imponente postal que pone en evidencia las formas perfectamente caprichosas que puede crear la naturaleza.

PiedrasLisas-Tanti
Fotos: Vanina Boco


El atardecer me hace apurar el paso para poder aprovechar lo que queda de luz natural en el sendero. Los perros siguen yendo y viniendo como si recién descubrieran el lugar. El grupo de chicos y chicas que hacía rápel ya dejaron la actividad y se preparan para comer algo. Me voy de El Diquecito asombrada por todo lo que tiene para ofrecer: esos pequeños paisajes serranos que me encantaría volver a visitar.

 

Edición Impresa

Seguí el desarrollo de esta noticia y otras más 
en la edición impresa de La Nueva Mañana
 
Todos los viernes en tu kiosco ]


Te puede interesar
Lo más visto