Macron, alivio y signo de pregunta en Francia

Fueron festejos medidos los de anoche en París. Estaba claro principalmente el sentimiento generalizado de alivio, por haber frenado al neofascismo de Marine Le Pen. ¿Frenado o postergado? Pero detrás del alivio, sigue flotando la preocupación.

Opinión 08/05/2017 Mariano Saravia*
Macron Francia
Emmanuel Macron, el flamante presidente de Francia. Foto: AP

La frase más escuchada anoche, desde los militantes hasta los analistas especializados, es que Macron está obligado a tener éxito, y que tiene sólo cinco años para impedir que el monstruo vuelva con más ímpetu y se siente en El Eliseo. ¿Es posible que eso ocurra?

Totalmente imposible. Es imposible que Macron tenga éxito y que impida la llegada del neofascismo al gobierno. Es como imaginarse que Macri va a cambiar y que a la Argentina va a empezar a irle bien.

Con su historia de banquero, con su experiencia como ministro de Economía de Hollande, con su programa de "extremo centro" que en realidad debe leerse de derecha neoliberal, no hay posibilidades de que le vaya bien. ¿O más bien habría que preguntarse qué entendemos por ir bien? ¿O irle bien a quién?

A la mayoría de los franceses les va a ir mal, con la continuidad de la sumisión a los dictados de Berlín y Bruselas, con la flexibilización laboral en marcha y con la desigualdad creciente. Como es seguro que con el Régimen Neoliberal imperante, a la mayoría de los argentinos les va a ir mal.

Conclusión: el descontento y la bronca de las grandes mayorías irá en ascenso, sin obtener respuesta de un gobierno que nace imposibilitado de dárselas.  Esas respuestas tampoco vendrán de los dos partidos tradicionales que en este proceso electoral han quedado en ridículo, el Partido Socialista y Los Republicanos.

Esas respuestas podrán venir de la mano de una izquierda nueva, como podría ser la de Jean-Luc Melenchon, si es que sabe ser fiel a ese casi 20 por ciento de votos que logró en la primera vuelta electoral, y ser una oposición con propuestas, progresista y verdaderamente de izquierda.
Si eso no ocurre... lamentablemente en 2022 tendremos el primer gobierno neofascista en Francia desde la Segunda Guerra Mundial.
Por supuesto, será una catástrofe no sólo para Francia, sino para el mundo. El sistema que nos domina ya es fascista en esencia, pero se disfraza de centrista, de democrático, de liberal, mientras puede.

Pero en algún momento, los pueblos se dan cuenta de que la única alternativa real es una opción nacional y popular, de izquierda y democrática.  En ese momento, el sistema se saca las máscaras y usa al fascismo. Como sucedió en los años '20 con Mussolini y el fascismo italiano. En los años '30 con Hitler y el nazismo en Alemania. También en esos años con Franco en España. Entre los '50 y los '80 con las dictaduras latinoamericanas. Y hoy sucede en Estados Unidos con Donald Trump.

*Periodista y politólogo.

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