Lula da Silva: entre la prisión, el secuestro y la incertidumbre

El ex presidente, preso desde abril en Curitiba, estuvo al menos tres horas “legalmente libre” en medio de una guerra judicial que lo mantuvo finalmente tras las rejas.

Mundo 17/07/2018 Ignacio Martín Ignacio Martín
Lula da Silva

chapa_ed_impresa_01

El pasado domingo 8 de julio, cuando todavía nadie apostaba un peso (o un real) por ver a Croacia finalista y aún seguía dentro de la cueva el grupo de niños tailandeses, un hecho que nada tiene que envidiarle a las mejores épocas de Comodoro Py sacudía los portales de Latinoamérica y buena parte del mundo. El primer presidente preso de la historia de Brasil, y a la vez el dirigente más popular de ese país, Luiz Inácio Lula da Silva, era excarcelado por el desembargador Rodrigo Favretto, un juez que cubre el fin de semana en el mismo tribunal que ratificó la condena de 12 años de prisión por “lavado de dinero y corrupción” impuesta por el juez Sérgio Moro (Tribunal Regional Federal de la 4ª Región {TRF-4}). Un par de horas después, João Gebran Neto, instructor en un tribunal de segunda instancia, anuló la decisión de Favretto, con el argumento de que este había sido “inducido al error” por la defensa del ex jefe de Estado. Minutos antes, el propio Moro, estando de vacaciones, había dicho que desconocería el falló inicial.

Todo esto no sería más que un cruce “normal” entre magistrados que se atacan a base de dictámenes y resoluciones, mientras el propio Lula era completamente escéptico sobre su posible salida de prisión. El problema es que, dentro del Poder Judicial brasileño, Favretto está, digamos, un escalón por encima de Moro. El primero es desembargador, mientras el segundo es juez de primera instancia, algo que podrá sonar anecdótico o ser una simple etiqueta, pero es crucial para entender lo trastocada que está la pirámide judicial brasileña. Y el poder de Moro dentro de la misma.

“Súper Moro”

Sérgio Moro era un juez relativamente desconocido en gran parte de Brasil hasta que comenzó a investigar casos de supuesta corrupción y lavado de dinero, como el que gira entorno a Petrobras, Lula y Dilma Rousseff.
En un episodio de delitos financieros en el que Moro indagó a Alberto Youssef, un banquero procesado múltiples veces por casos de blanqueo de dinero, descubrió “incidentalmente” el vínculo con Paulo Roberto Costa, ex director de la petrolera. Así empezó a cobrar forma el caso Lava Jato (“Lavautos”, en portugués), nombrado así porque se lanzó en marzo de 2014 en una estación de servicio desde donde, según Moro, se lavaba dinero. Youssef y Costa pasaron a ser delatores primordiales en el escándalo de sobornos de Petrobras, luego de acordar contar “toda la verdad” a cambio de menos años de cárcel. Esas declaraciones indicaron que empresas constructoras pagaban sobreprecios para obtener jugosos contratos con Petrobras y que el dinero ilícito financió al entonces gobernante PT y a otros grupos políticos.

Convertido en una especie de “rockstar” para la derecha brasileña luego de impulsar el impeachment a Dilma, Moro dejó de ser un simple juez para pasar a ser ‘Súper Moro’ según rezaban las camisetas y banderas que pedían la cabeza de la ex presidenta del Brasil.

Cuando a ‘Súper Moro’ se le “sumó” Gebran Neto (otro de los jueces que integran el TRF-4) echando por tierra lo resuelto por Favretto, el sentido común y la mera legalidad brillaban por su ausencia. Lo “normal” hubiera sido que Lula saliera libre por unas horas y volviera a prisión el lunes (si es que así lo dictaminaba el juez, aunque tampoco fuera del todo sensato). Lo que ocurrió es que el magistrado se complotó con la Policía Federal de Brasil para hacer efectivo lo que a toda vista era el secuestro de un ex jefe de Estado.

Con las horas pasando y Lula “legalmente libre”, el presidente del TRF-4, Eduardo Thompson Flores Lenz, revocó finalmente el dictamen de Favretto. Lo curioso es que la propia Policía había deslizado momentos antes que no dejarían en libertad a Lula si Thompson Flores no lo dictaminaba fehacientemente. Es decir, una fuerza de seguridad eligiendo a qué juez seguirle las órdenes. Sin remate.

Futuro incierto

Desde temprano, cientos de personas se agolparon en distintas calles de Brasil durante ese domingo plagado de incertidumbre. Pero fue en Curitiba donde esa multitud se hizo sentir con mucha más fuerza, esperando con los brazos abiertos al líder del PT mientras se empañaba de ilegalidad su detención en la sede de la Policía Federal de Curitiba. Hoy en día, todas las encuestas dicen que Lula sería elegido presidente de presentarse a elecciones.

Asimismo, se sigue profundizando la falta de sosiego: mientras los jueces de la Asociación de la Democracia emitieron una declaración en apoyo de la decisión de Favretto, el Sindicato Nacional de Jueces Federales se opuso. A su turno, algunos medios brasileños publicaron que el juez había sido miembro del Partido de los Trabajadores durante 19 años. “Cuando una sociedad observa su Poder Ejecutivo, su Poder Legislativo y ahora también, su Poder Judicial con desconfianza, hay pocas esperanzas”, supo decir con resignación el abogado penalista y consultor Leonardo Pantaleão.
Con el Mundial definido y los chicos de Tailandia sanos y salvos, el futuro judicial del líder más popular de Brasil es, al menos, incierto. Más allá de la guerra de dictámenes y resoluciones. De las absoluciones y de los fallos cruzados.

Edición Impresa

Seguí el desarrollo de esta noticia y otras más 
en la edición impresa de La Nueva Mañana
 
Todos los lunes en tu kiosco ]


Últimas noticias
Chaplin tiempos modernos copia

El pasado es un prólogo (Shakespeare)

Néstor Pérez (*)
Opinión 20/04/2024

Siempre resulta tentador decirles a los demás que nuestros males lo reconocen como fuente; así nos despegamos de nuestra propia responsabilidad, cargamos al de enfrente con la mochila de la frustración, la derrota y la vergüenza.

Te puede interesar
Lo más visto
clases by NA

Receso escolar: publican las fechas oficiales de las vacaciones de invierno 2024

Redacción La NUEVA Mañana
País 17/04/2024

La mitad del país, incluida la provincia de Córdoba, comenzará el receso invernal el lunes 8 de julio y se extenderá hasta el viernes 19 del mismo mes, mientras el restante, entre ellos Ciudad y provincia de Buenos Aires, tendrá vacaciones desde el lunes 15. En esta nota, todas las fechas según los distritos.