La guerra comercial afecta la industria nacional, pero Milei quiere libre comercio con Trump

Las esquirlas de la ofensiva comercial norteamericana impactan en la siderurgia argentina. El proteccionismo de Trump para hacer frente a la expansión global China genera tensiones en Aluar y gran parte del tejido productivo. A contramano del mundo, Milei quiere libre comercio con EE.UU.

Economía16/02/2025 facundo piai
Trump y Milei
JUNTOS.El presidente argentino Javier Milei es un fan de su par de EE.UU., pero no entiende por qué las políticas enconómicas que aplica el libertario son totalmente opuestas a las que realiza su ídolo. Foto archivo

El 4 de marzo es el día D. A partir de entonces EE.UU. hará efectivas las medidas proteccionistas arancelarias que insinuaba Donald Trump durante la campaña. El último decreto que salió de la Casa Blanca sobre el tema busca imponer aranceles del 25% al acero y aluminio que entre a Estados Unidos, “sin excepciones ni exenciones”,
declaró el mandatario. Siguiendo el lema de “America First”, la medida pretende defender a una industria siderúrgica yanqui retraída de la mano de importaciones que representan más de la mitad del aluminio consumido allí que creció exponencialmente en la última década, de acuerdo a información del Departamento de Energía de los Estados Unidos.

Además de estas penalizaciones comerciales también adelantó que aplicará aranceles recíprocos a los países que implementan algún mecanismo proteccionista para protegerse de la industria norteamericana. El arbitrio del presidente norteamericano en el comercio exterior será directo y no afectará, señaló el mandatario, a las
economías con las que mantienen saldo comercial positivo. Es el caso de Australia quienes “nos compran muchos aviones”, declaró.

El proteccionismo trumpista pone en jaque las exportaciones argentinas

Las intenciones del magnate neoyorquino son claras, el que quiera venderle manufacturas industriales deberá aceptar comprar bienes con mayor agregación de valor del complejo industrial norteamericano. Algo de esta táctica agresiva de negociación en materia de comercio internacional ya se vio durante su primera administración con el biodiesel y la carne, principalmente. Mientras el primero directamente perdió el mercado yanqui, por la carne argentina se abrió una mesa de negociación que terminó con Trump tuiteando: “El cerdo norteamericano pronto se venderá en la Argentina”.

Si bien la carne vacuna finalmente pudo exportarse, para que ocurriera Argentina debió importar porcinos desde Iowa y Carolina del Norte. En efecto, la compra de carne de cerdo a EE.UU. se incrementó vertiginosamente, pasando de cero a 267 toneladas en menos de dos años. En el mismo sentido, también en el 2018 hubo una negociación para frenar aranceles al acero y aluminio que resultó positiva para la Argentina. La estrategia del 47° inquilino de la Casa Blanca es como la de aquel sindicalista que primero golpeaba, para negociar después.

Así las cosas, en aquella oportunidad mantener las exportaciones de aluminio y acero no resultó en un alivio para el saldo comercial con los Estados Unidos, ya que incrementó el déficit. Es decir, EE.UU. garantizó no incrementar arancel para un volumen determinado de aluminio y acero, aún así logró aumentar sus exportaciones y bajar las importaciones argentinas en el año 2018.

El saldo comercial positivo es una excepción en la relación comercial entre los países

Durante el año pasado, Argentina vendió mercancías por un valor de 6.454 millones al país presidido por Donald Trump e importó por 6.226 millones. De modo tal que cuando el magnate norteamericano dice que subirá aranceles a los países con los que tiene déficit comercial, la Argentina está en la mira por cosechar una balanza positiva (desde esta parte del puerto) de 228 millones.

No obstante, se trata de un saldo favorable circunstancial que sólo se explica por la baja de importaciones producto de la recesión económica más que por un boom exportador. Asimismo, con la apertura comercial y dólar atrasado vigente es de esperar que este año vuelva a dar deficitario el intercambio con la potencia del norte. Este es el principal reclamo que plantea el pope de Aluar, Javier Madanes Quintanilla. Los aranceles podrían hacerle perder al país u$s600 millones.

El empresario expuso que el saldo comercial promedio entre las dos economías es de 2.400 millones negativo para Argentina. Además, las exportaciones de aluminio a ese destino son importantes para la economía del país al generar u$s600 millones, sin embargo, para ese mercado “representa menos del 4% del consumo de aluminio primario”. Con lo cual significa que no hay “algún tipo de amenaza”, destacó Madanes en alusión al justificativo empleado por Trump para estos aranceles.

La pérdida de ese mercado que representa el 55% de sus exportaciones significaría un golpe duro para Aluar y su plantilla que supera los 2.100 trabajadores. Habida cuenta de que el sector viene de transitar un año crítico con una caída de la producción de 26% explicado por la caída de la actividad económica y la depresión de la construcción, de acuerdo a datos de la Cámara Argentina de la Industria del Aluminio.

El libre comercio con EE.UU. que propone el Gobierno lo rechaza la industria

No solo en Aluar y Techint (quien viene de exportar más de u$s100 millones a EE.UU. desde Ternium y Tenaris) hay preocupación por el devenir proteccionista. Lo que alarmó a casi todo el sector productivo fueron las declaraciones del vocero presidencial quien subestimó el reclamo por los aranceles y reconoció que “nuestro
objetivo es avanzar en el tratado de libre comercio con Estados Unidos”.

Sobre esto último, un importante empresario con capacidad exportadora destacó en off a este medio que “hay alerta” porque “el Gobierno está tratando muchísimo en el tratado de libre comercio”. El problema, enfatizó la fuente, es que se trata de “economías cien por ciento complementarias, todo lo que producimos nosotros ellos
lo producen también”. Lo cual en un año “mucho más tentador y agresivo para las importaciones que para exportar” enciende las alarmas. Porque mientras no se resuelvan “los problemas fiscales, de logística e infraestructura”, las exportaciones pierden competitividad. Por otro lado, “el dólar se abarata y desregulan las
importaciones”, señaló.

Milei tiene previsto un viaje a Washington la semana próxima a un foro de las nuevas derechas posmodernas. Si bien aún no hay anunciada una bilateral con el presidente de ese país, se espera que pueda haber novedades sobre estos temas.

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