Los Mogotes, un destino de película cerca de Capilla del Monte

A unos 110 kilómetros de la ciudad de Córdoba sorprende este lugar porque parece creado para ser escenario de una película.

Turismo04/01/2025 vanina boco
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PAISAJES DE PELÍCULA.Esta es una zona privilegiada y destacada en lo que se refiere a paisajes que se salen del molde, ya que muy cerca también está Ongamira, con sus cuevas y su tierra colorada. Fotos Vanina Boco

Arrancó la temporada turística y para quienes tienen planeado vacacionar o hacer algún paseo por los distintos destinos de la provincia de Córdoba, esta recomendación les va a venir muy bien.

Se trata de un lugar que hace mucho quería conocer y del que había visto y me habían hablado mucho. 

Recibe el nombre de Los Mogotes y es un sitio que rompe los parámetros habituales de la geografía cordobesa, para mostrar una faceta donde predominan las formaciones rocosas, creando una especie de locación para una película hollywoodense, al mejor estilo El Señor de los Anillos o El Hobbit. 

Se encuentra en el ejido de Capilla del Monte, en el extremo norte del valle de Punilla. Esta es una zona privilegiada y destacada en lo que se refiere a paisajes que se salen del molde, ya que muy cerca también está Ongamira, con sus cuevas y su tierra colorada, y también Los Terrones, con sus formas que parecen de otro planeta. Y, por supuesto, el Uritorco que convoca no solo por su imponente aspecto, sino por su misticismo.

Cómo llegar 

En esa línea, Los Mogotes es otro paseo que se puede realizar en el día y conocer un paisaje distinto.

Hasta allí se llega por la ruta Nacional 38 y, al pasar la entrada de Capilla del Monte, se debe desviar hacia la izquierda, viniendo desde Córdoba capital. Un camino de tierra de unos tres kilómetros es el preámbulo para llegar a este destino. 

Previo a arribar al lugar, ya empieza a verse un cordón de mogotes, que son piedras de grandes dimensiones que tienen formas redondeadas y se encuentran agrupadas en este lugar. El mogote no es una montaña formada con piedras, sino que es una sola gran piedra. La característica de este lugar es que hay muchos y están juntos. Pero no es solo eso.

Al llegar a la entrada, me recibe una de las responsables de gestionar el sitio y me cuenta que en el lugar se puede pasar el día y también acampar. Hay mesas y asadores, baños y una proveeduría. Además, hay un sendero para llegar hasta un lugar conocido como el Paso del Indio.

El costo para pasar el día, en diciembre de 2024, fue de 2.000 pesos por persona y, si bien aún no lo tenían definido, me dijeron que era probable que a partir de este año subieran 500 pesos más el costo de la entrada. Mientras que para acampar costaba 2.500 por persona. Y está abierto todos los días de 9 a 20.

Un lugar de ensueño

La primera postal que regala el lugar es del río Dolores que atraviesa por el medio del predio, con césped y árboles bien verdes en sus márgenes y de fondo, las deslumbrantes formas de cada uno de los mogotes. Es un cuadro para admirar y relajarse. 

El sendero que lleva hacia el Paso del indio tiene una duración de unos 20 minutos y una dificultad media, ya que, sí bien es corta la distancia, se debe trepar algunas piedras para llegar al menos hasta la base del lugar. 

El camino comienza al costado del río y va ascendiendo por puentecitos hechos con maderas que ayudan a atravesar el curso del agua. No solo para no tener que mojarse los pies, sino porque pasa por encima de cascadas de distintas dimensiones. En el trayecto, las piedras redondeadas también van agregándole belleza al paisaje. 

En estos primeros metros que se hacen, vale la pena detenerse a contemplar cada parte del lugar porque a medida que se asciende, la perspectiva cambia y se tiene mayor dimensión de la rareza de este lugar en relación a su entorno.

Paso del Indio

Luego de trepar algunas piedras, siguiendo las flechas blancas que indican el camino, se llega al Paso del indio, un delgado pasadizo que se abre entre dos piedras altas por la que se cree que pasaban los pueblos originarios del lugar para escaparse de los españoles. 

El Paso del Indio impresiona por lo angosto y, para atravesarlo, se requiere ir caminando casi de costado, usando de escalera a las piedras porque además hay que ir subiendo para llegar a la cima.  

Debo confesar que hice unos pasos para adentrarme en el Paso del Indio y decidí volver porque la estrechez de la grieta me dio una especie de claustrofobia. Pero, según me contaron, el recorrido sigue unos metros arriba y termina con la bajada al río.

Algo que no puedo dejar de mencionar es que la imponencia del lugar se ve un poco opacada por la cantidad de pintadas que hay en ellas. Me resulta inentendible que alguien disfrute arruinando la belleza natural de un lugar dejando sus nombres escritos. 

Fuera de eso, Los Mogotes es un gran paseo para hacer en estas vacaciones y es de esos lugares que quedan grabados en la memoria.

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