El Gobierno nacional busca dólares y un alivio fiscal en Washington

El equipo de Massa llevó como misión a Washington conseguir que el FMI adelante desembolsos para tranquilizar la cotización del dólar y reducir la meta de acumulación de reservas.

Ed Impresa 21/07/2023 Facundo Piai
Georgieva Massa ©NA
La comitiva argentina se reunió con el staff del FMI para rever algunas metas acordadas hace un año, negociando las condiciones en que la Argentina devolvería el préstamo récord que, violando su propio estatuto, el Fondo le otorgó en 2018 al gobierno de Cambiemos.

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Especial para La Nueva Mañana

El gobierno tiene la difícil tarea de buscar ser relecto con una inflación interanual de tres dígitos con el ministro de Economía como candidato insigne. A la anterior dificultad se le suman otras quizás mayores que persistirán durante la campaña. Por un lado, deberá hacerlo con reservas internacionales escasas, lo que explica que el tipo de cambio esté tensionado por expectativas devaluatorias. Mientras que, asimismo, deberá procurar no gastar más de la cuenta, siendo la gestión económica central en la campaña del candidato Sergio Massa. Es para aligerar estos condicionantes que el equipo económico viajó a Washington. 

¿Por qué Argentina (re)negocia con el Fondo Monetario?

La comitiva argentina se reunió con el staff del FMI para rever algunas metas acordadas hace poco más de un año atrás. En aquella oportunidad, el ex ministro Martín Guzmán negoció las condiciones en que la Argentina devolvería al Fondo el préstamo récord que, violando su propio estatuto, el organismo le otorgó en 2018 al gobierno de Cambiemos. Del entendimiento con el principal acreedor del país surgió que entre el año 2026 y 2034 se pagará el capital del préstamo. Hasta entonces, el país se comprometió a abonar intereses y acondicionar la economía para generar condiciones de pago.

Detalle no menor, el programa acordado no corre los vencimientos del préstamo tomado por Mauricio Macri. Éstos se amortizan con giros que el mismo Fondo desembolsa luego de comprobar que la Argentina esté cumpliendo con la política económica comprometida. En este punto, además de la contracción de la emisión monetaria, hay dos metas claves. Por un lado, el sendero de reducción del déficit fiscal que prevé un rojo de 1,9% para este año, hasta llegar al déficit cero en el 2025. Por otro lado, la acumulación de reservas en moneda extranjera.

¿Qué le pide el gobierno al FMI?

El año pasado transcurrió sin mayores sobresaltos siendo aprobadas todas las revisiones del Fondo. Pero este, la sequía metió la cola. Ahora, el fenómeno de La Niña, que afectó al principal complejo exportador del país, imposibilita lograr determinadas metas asumidas pese a cumplir con las correcciones económicas comprometidas al firmar el acuerdo. El equipo de Massa llevó como misión a Washington conseguir que el Fondo adelante desembolsos para tranquilizar la cotización del dólar y reducir la meta de acumulación de reservas sin que haya mayores exigencias en lo referido al déficit fiscal.

En resumidas cuentas, el equipo económico busca despejar eventuales turbulencias en las vísperas de las elecciones presidenciales. Puesto que de haber movimientos bruscos en el valor del dólar oficial las escasas chances de reelección se reducen a cero, asumen en el entorno de Sergio Massa. El gobierno, y el tigrense en particular, se juegan la última bala en esta entente. Para lograrlo, la comitiva argentina se legitima en los números de gasto público que muestran contracción desde que el tigrense se hizo cargo de Economía. Lo cual evidencia buena predisposición para realizar las correcciones asumidas.

El contexto económico: caída de recaudación por sequía con achicamiento del déficit fiscal 

Durante el primer semestre, la caja del Estado tuvo una caída de los ingresos recaudados. Esto no significa que todos los gravámenes que cobra nación cerraron a la baja en el primer semestre. Contrariamente, aquellos asociados al consumo y al empleo registrado crecieron respecto al año pasado. Por caso, la recuperación del empleo formal se hizo notar aumentando los recursos provenientes de la seguridad social. No obstante, el incremento de las cargas sociales que tributan los empleadores a las arcas de AFIP (también conocidas como aportes y contribuciones patronales) no llega a compensar la caída de la recaudación de los tributos asociados a las exportaciones.

Tampoco un incremento en la recaudación vía IVA (el impuesto con mayor peso en la estructura tributaria, al representar el 33% de los ingresos) pudo mantener en positivo las cuentas del ente recaudador. Pues el desplome en lo recaudado por retenciones a las exportaciones en el primer semestre (-10%), marca la merma recaudatoria. Por ello, pese al rojo fiscal, desde el equipo económico se apresuran a refrendar la gestión aduciendo que tanto el aumento en el cobro del IVA como el de otros gravámenes vinculados al consumo son “efecto de la actividad económica que se mantiene en niveles relativamente elevados”. 

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El contexto económico: caída de recaudación por sequía con achicamiento del déficit fiscal.

Contracción del gasto: menos subsidios, asignaciones y jubilaciones

De lo anterior se deduce que, de no haber un factor exógeno como una sequía, las exportaciones seguirían su curso normal y también los impuestos asociados a ellas. En efecto, el fisco estaría más robustecido. Este es uno de los principales temas vertidos por el gobierno sobre la mesa de negociación con el Fondo. “La sequía imposibilita no solo juntar reservas, sino que también estrangula recursos fiscales”, sostienen en el entorno de Sergio Massa. Las condiciones climáticas opacaron, frente al FMI, el esfuerzo/ajuste fiscal que realiza la Argentina. Porque la caída de los ingresos tributarios no impidió a Economía reducir el déficit fiscal. 

En otras palabras, bajó la recaudación y, asimismo, la brecha entre los pesos que ingresan al fisco y los que gasta. Solo posible mediante un ajuste en las erogaciones. Los gastos que presentan una mayor disminución durante el primer semestre del 2023 en relación al año pasado fueron: subsidios energéticos, programas sociales y asignaciones familiares, principalmente. Por su parte, las jubilaciones y pensiones también cayeron, pero menos que las otras erogaciones. 

Administrar la escasez 

Con todo, esta reducción del déficit producto de un achicamiento de los principales gastos no fue lo suficientemente robusta para contentar al Fondo. Lo que empantanó la negociación que se extendió durante tres meses fue el número del rojo fiscal: el organismo pretendía ceder a los pedidos del gobierno, pero a cambio de mayor ajuste del gasto. Mientras que, contaron fuentes del Palacio de Hacienda, Massa no se bajaba del déficit fiscal original (1,9 puntos del PBI). 

Si bien el ex intendente de Tigre juró no rendirse “al altar del ajuste fiscal”, cierto es que las jubilaciones, subsidios y asignaciones se actualizaron menos que la inflación. Ajuste de hecho por la zarpa inflacionaria. Sin embargo, los ingresos de los jubilados de la mínima se refuerzan con bonos para contrarrestar los efectos de la poda. Asimismo, el ajuste de los subsidios energéticos, al ser escalonado, también contempla a los ingresos más bajos. Desde el gobierno destacan que han “administrado la escasez”. Aunque, difícilmente sea una virtud exitosa para hacer campaña. 

  

Edición Impresa Nro.: 320

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