CFK ratificó que no será candidata: un puñado de certezas no deseadas

Pese al clamor, Cristina Fernández fue contundente al señalar que no será candidata a nada y el Frente de Todos se queda sin prenda de unidad. El PRO definirá sus listas en las PASO.

Ed Impresa 19/05/2023 César Martín Pucheta César Martín Pucheta
CFK Escuela © NA
La vicepresidenta Cristina Fernández ratificó que no será candidata a ningún cargo en las próximas elecciones. Foto: archivo.

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A menos de cuatro meses de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), el escenario político nacional sigue todavía lejos de terminar de acomodarse. La incertidumbre que dan cuenta las encuestas y los sondeos de opinión no sólo tienen que ver con la cada vez más compleja situación económica y su rebote en el ánimo social, sino que la política sigue sin poder brindar horizontes claros respecto al rumbo del país. Eso no se debe únicamente a los yerros oficiales sino a un mapeo electoral que no se define y deja abierto todo tipo de posibilidades. 

Esta semana hubo dos definiciones que, por sus características, aportaron más a la desazón que a la expectativa. El lunes, el PRO confirmó la disolución total de las remotas chances de acuerdo entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Aunque eso no pareciera ser un problema la coalición opositora en general, el partido amarillo irá dividido a las PASO y lo que pueda suceder de allí en más aparece como un gran enigma. El martes, Cristina Fernández de Kirchner cortó en seco un operativo clamor alrededor de su figura anunciando por enésima vez que no será candidata a nada en las elecciones de 2023. Posiblemente, la última posibilidad que tenía para volver a ser elegida Presidenta mediante el voto popular.

Antes de eso, Schiaretti empezó a coquetear con Rodríguez Larreta, Bullrich se sacó una foto con una estatua que recuerda a René Favaloro, Javier Milei anunció que su compañera de fórmula será su compañera de bancada y defensora de militares condenados por delitos de lesa humanidad, Victoria Villaruel; José Luis Espert anunció que será precandidato a Presidente en la interna de Juntos por el Cambio y los oficialismos ganaron en todas las elecciones que la Corte Suprema dejó realizar el pasado domingo. 

No es no

“Ya lo dije el 6 de diciembre del 2022. No voy a ser mascota del poder por ninguna candidatura. He dado muestras, como nadie, de privilegiar el proyecto colectivo sobre la ubicación personal. No voy a entrar en el juego perverso que nos imponen con fachada democrática para que esos mismos jueces, encaramados hoy en la Corte, dicten un fallo inhabilitándome o directamente sacándome cualquier candidatura que pueda ostentar, para dejar al peronismo en absoluta fragilidad y debilidad frente a la contienda electoral. Los hechos recientes me han dado la razón”. Es fue la frase más determinante de un nuevo y extenso análisis de la situación general a partir del cual la vicepresidenta de la Nación volvió a reiterar que no será candidata en las elecciones de este año. 

Aunque nadie se acuerde, o quizás no se haya enterado, la carta pública salió casi en paralelo al Congreso del Partido Justicialista que se realizó en la cancha de Ferro y que volvió a pedir por… la candidatura de Cristina. 
La decisión, y las posteriores reacciones, exponen a un peronismo con una conducción frágil en la que cada uno de los actores realiza sus propias apuestas en un momento en el que la única figura con la capacidad de sintetizar el espacio, como lo hizo en el 2019, se corre del escenario. Sin embargo, nadie se imagina que se correrá del centro. Además del diagnóstico, el martes también dejó un posible eje ordenador. “Resulta imprescindible -más que nunca- la construcción de un programa de gobierno que vuelva a enamorar a los argentinos y las argentinas, y convencerlos de que un país mejor no sólo es posible sino que, además, es deseable. Un programa de gobierno que es necesario no sólo para el peronismo, sino para sistema democrático en su conjunto”, escribió la dos veces Presidenta. 

Sergio Massa no quiere saber nada con internas y, aunque la inflación azote a los argentinos y argentinas mes a mes y el número de pobres toque sus niveles históricos, el ministro de Economía parece ser el dirigente con más chances de convertirse en el candidato único del oficialismo. Juan Grabois ya dijo que no lo va a votar. Daniel Scioli y Agustín Rossi, más cerca del presidente Alberto Fernández, piden definir mediante una elección primaria. 

La interna de la interna

Cada vez más afianzado en todas en encuestas, Milei tuvo varias razones para celebrar esta semana, a pesar de haber experimentado otro domingo en el que se confirmó su dificultad para los armados que van más allá de su figura. 

Además de una nueva confirmación por parte de Cristina Fernández de Kirchner, el escenario para el libertario se sigue presentando favorable de cara a las PASO, donde se concentra su expectativa de convertirse en el candidato más votado. Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich descartaron por completo la posibilidad de alcanzar un acuerdo y firmaron un desacuerdo en el que afirmaron sus intenciones de pelear por la candidatura opositora hasta el último momento. 

El PRO tendrá dos precandidatos presidenciales en agosto, y dos aspirantes a la gobernación en el distrito más grande del país, la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, ambos cumplirán el deseo de Mauricio Macri y arreglaron que habrá un solo hombre amarillo que le competirá la primaria al radical Martín Lousteau en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Será Jorge Macri o, si se produce un batacazo, Fernán Quirós. 

Esa decisión ofrece un panorama particular en que Juntos por el Cambio tiene al menos otros cinco precandidatos presidenciales que atomizarán el voto opositor de un modo demasiado complejo para las lecturas del lunes 14 de agosto, que marcarán el punto de partida para la elección general. Si nadie se baja, o se acopla con algún otro compañero de fórmula, en el cuarto oscuro también habrá boletas de Gerardo Morales, Facundo Manes, Elisa Carrió y José Luis Espert y Miguel Ángel Pichetto. A eso hay que sumarle las precandidaturas que, por ahora por otro espacio, sostienen Juan Schiaretti y Juan Manuel Urtubey. 

Juega solo

Por eso, Milei se sostiene como el aspirante opositor con más chances de imponerse como la primera alternativa frente al oficialismo. El lunes, convirtió a La Libertad Avanza en la primera fuerza política en presentar una fórmula. Anunció que su compañera de bancada en la Cámara de Diputados será su candidata a vice. En un universo marcado por las construcciones transversales y el final de las identidades políticas duras, lo lógico de la fórmula aparece como su principal defecto. Villaruel no parece abrirle el electorado al libertario e, incluso, en un esquema en el que el discurso del economista encuentra su sustento en el enojo que pide por mayores libertades (aunque sea desde el más primitivo individualismo) sus postura contra el aborto, contra el matrimonio igualitario y la reivindicación del accionar militar durante la última dictadura puede llegar a espantar a algunos de los sectores que si bien no concuerdan en un 100% con el diputado despeinado lo empezaban a mirar con buenos ojos. Nadie se puede arriesgar a vaticinar qué sucederá, pero a Milei no parece importarle demasiado. En el fondo, él confía en él mismo y, quizás, en nadie más. 

  

 

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