“El factor económico es determinante en la repitencia escolar”

Así lo manifestó el diálogo con LNM la psicopedagoga especialista en adolescencia Karina Bergé, en el marco del debate sobre cambios en el nivel medio del sistema educativo.

Ed Impresa 31/03/2023 Aldana Varas
Estudiantes secundario © el independiente
Diversos estudios afirman que la repitencia en muchos casos deteriora la autoestima de los estudiantes. Foto: gentileza.

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Especial para La Nueva Mañana

El debate acerca de la falta de efectividad de la repitencia escolar se instaló desde el último tiempo, en un primer momento con la pandemia de Covid-19 y volvió a la escena con la presentación del proyecto que impulsó la provincia de Buenos Aires que buscaba flexibilizar las modalidades educativas tradicionales, sumado a otra iniciativa similar en Santa Fe. La discusión nos invita a repensar el recorrido académico de cada estudiante para garantizar la permanencia de los alumnos en la educación obligatoria. 

En primer lugar, la repetición escolar manifiesta faltas en los sistemas educativos contemporáneos al momento de atender las necesidades concretas y diferenciadas de la población estudiantil. 

Si bien conceptualmente la repitencia se planteó como una solución para el completo aprendizaje, su institucionalización apareja inconsistencias.

“Este concepto que viene de la escuela normalizadora, que por cierto homogeniza, establece que todos los estudiantes tienen que llegar al mismo saber al mismo tiempo, con una mirada tradicional de la educación donde el solo hecho de volver a pasar por la misma instancia haría que se adquirieran los aprendizajes”, inicia Karina Bergé, psicopedagoga especialista en adolescencia en diálogo con La Nueva Mañana quien prefiere utilizar el término de “permanencia de alumnos en algún ciclo escolar” en vez de repitencia. “Se busca que permanezcan en ese ciclo que necesite reajustar y construir los conceptos que no construyeron en la cursada que hicieron”, dijo Bergé. 

Las diferencias entre los niveles primario y secundario

Diversos estudios afirman que la repitencia en muchos casos deteriora la autoestima de los estudiantes, no mejora el rendimiento a largo plazo y es poco objetiva. Los índices de repitencia en el nivel primario no son tan altos como en secundaria. En este último, el escenario es bien diferente. A nivel nacional, se estima que 10 de cada 100 estudiantes recursan el mismo año de estudio en el siguiente ciclo lectivo. En cuanto a Córdoba, en base a cifras aportadas por el Ministerio de Educación, en 2021, la repitencia en el nivel medio fue del 5,7% lo que equivale a 19.726 de un total de 339.444 estudiantes. La tasa en los años 2000, 2004, 2008 y 2012 tiene un promedio de 10,0% mientras que en el año 2021 la tasa descendió. En tanto para en nivel primario, en 2021 fue del 0,5%. Pasó de 1.840 repitentes en 2020 a 1.696.

El sector estatal es el que cuenta con mayores porcentajes de repetición. 

El factor socioecómico, clave 

Sobre los factores que influyen en la llamada permanencia escolar, Bergé destaca por un lado los aspectos socioculturales, es decir, el nivel de acceso a la cultura que tiene la población y, por otro, lo socioeconómico que implica la posibilidad no solo del acceso, sino la permanencia y el egreso. La escuela requiere de un sostén económico que costee gastos como el de traslado, materiales, indumentaria, alimentos, para que los alumnos y alumnas puedan continuar y egresar. En muchos casos cuando un estudiante de clase media no aprueba una materia, es posible que la familia pueda costearle un profesor particular. Esto no se da en las clases más carenciadas. 

“Quienes terminan permaneciendo en los ciclos anteriores son poblaciones que tienen una vulneración económica mucho mayor que otras poblaciones. Hay un factor económico que determina”, explicó Bergé.  Hay dos puntos importantes a destacar en este sentido, por un lado, los factores pedagógicos de las escuelas que tienen que ver con las propuestas que brindan las instituciones, no solo las estrategias didácticas de los y las docentes sino cómo está ordenado el sistema educativo. Y por otro, la superpoblación de las aulas. Si aumenta la cantidad de estudiantes pero los docentes son los mismos, se complejiza la propuesta. No permite que sea individualizada y resulta casi imposible una continuidad del proceso de cada estudiante.

La mirada social de la repitencia

La mirada social de la repitencia es muy hostil. En los alumnos repercute en su autoestima y genera frustración. “Se vuelve a transcurrir para volver a construir esos aprendizajes que no pudieron adquirirse. La escuela academicista no está resultando buena para la mayoría de la población. Es por eso que se vienen planteando propuestas pedagógicas desde lugares más pendientes a la construcción desde la realidad actual con las herramientas teóricas y los saberes que permitan a los estudiantes construir aprendizajes, que a la mera reproducción de contenidos”, fundamentó la psicopedagoga.

En marco del debate por el proyecto impulsado por educación de la Provincia de Buenos Aires, el ministro Alberto Sileoni argumentó que se ha comprobado que la repitencia no es eficaz. Afirmó que la escuela secundaria necesita un cambio, pensar en otro modo de transitarla. Lo equipara con la modalidad de cursada de la universidad ya que los alumnos no repiten años universitarios y pueden avanzar debiendo alguna materia del año anterior. Por su parte, el ministro de Educación de Nación Jaime Perczyk argumentó que hay evidencia que prueba que no es útil que alumnos vuelvan a cursar contenidos ya aprobados.

Cuando se habla de sacar la repitencia, las personas imaginan que se facilitaría el paso de un ciclo a otro. “Esto pasa porque anteriormente o en sus experiencias, la educación estaba centrada en el contenido conceptual. Hoy con las herramientas digitales, los conceptos están al alcance de todos. Lo que tenemos que construir desde las escuelas son los procedimientos, las maneras de pensar, los razonamientos para interactuar con el conocimiento. Lo importante de la escuela es construir capacidades”, explicó la psicopedagoga especialista en adolescencia. 

La presencialidad no volvió a ser la misma tras la pandemia

La pandemia nos demostró que hay otras maneras de enseñar, de aprender y educar. En ese período, los docentes tuvieron que atender particularmente el proceso de cada alumno y la familia se vio más involucrada en los mismos. La presencialidad no volvió a ser la misma. 

Buscar reformas que mejoren la calidad educativa para todos y todas es un debate que tiene que estar en nuestra agenda actual. Visualizar la experiencia de otros lugares, examinar la efectividad de la modalidad y pensar en romper paradigmas tradicionales son los primeros pasos que están dando quienes aspiran a una mejora educativa. Es importante estar a la altura de las demandas de las nuevas generaciones y repensar el trabajo dentro del aula para lograr un vínculo más influyente con el futuro. 

  

 

Edición Impresa Nro.: 303

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