Incendios forestales: arranca un invierno con riesgo extremo por la sequía

La falta de lluvias y los vientos son las principales causas meteorológicas de los incendios forestales. Expertos alertan por un año "bastante complicado".

Ed Impresa 17/06/2022 Miriam Campos Miriam Campos
Incendios en Corrientes (NA) 3
(Foto: NA)

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MEDIO AMBIENTE

“Este año va a venir bastante complicado, hace rato que no llueve”, dice a LNM medio el biólogo y operador cartográfico Fernando Baudo sobre los incendios forestales en la provincia, que desde el 1° de junio -coincidiendo con la temporada seca- permanece en emergencia ambiental y este año se extenderá hasta el 31 de diciembre. 

“La falta de precipitaciones junto con el viento son principalmente las causas meteorológicas de incendios forestales y al haber varios días de helada eso predispuso también al combustible para que esté listo para cualquier fuego”, agrega Baudo quien además de ser docente forma parte del equipo de la Dirección de Gestión Integral de Manejo del Fuego de la Provincia y puntualiza que esta semana, según los datos que analizan para determinar las alertas y definir los peligros de incendios mediante el índice del sistema canadiense FWI (Fire Weather Index) -con el que Argentina tiene convenio-, reflejan que las condiciones de peligro de incendios “se mantendrán elevadas”.  

Extremos que son más extremos 

En esa línea, el meteorólogo Rafael Di Marco del Observatorio Hidro-meteorológico de Córdoba, agrega que un factor que juega a favor de los incendios es que ahora se transita la época seca y con eso hasta octubre, como mínimo, la provincia tendrá menos precipitaciones de lo normal. 

“Ahora llueve un 11% o 15% menos de lo que llovía usualmente en época de sequía y la falta de agua genera un riesgo de incendio. Y si miramos la época de lluvia, el porcentaje de precipitaciones está siendo mucho más elevado. Es decir que los extremos son cada vez más extremos; la parte de sequía es cada vez más fuerte y la parte de lluvia es también cada vez más fuerte”, dice Di Marco y añade: “Eso es lo que hace el cambio climático”.
“El año pasado Córdoba estuvo casi tres meses sin que cayera una gota, se hace muy extremo y las condiciones no están siendo buenas”, dice el meteorólogo y añade que este mes se espera que haya una mínima de precipitaciones en la segunda quincena de junio pero “estos días hay tres factores importantes: viento, temperatura más alta y baja humedad, y eso es un combo de incendio ideal”. 

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Di Marco: “El año pasado Córdoba estuvo casi tres meses sin que cayera una gota, se hace muy extremo y las condiciones no están siendo buenas”. (Foto: NA)

Siempre alerta 

“Se puede decir que el viento es el principal detonante porque la gente se confía. Muchas veces se hacen quemas de ramas o de parcelas para alguna chacra y así, algo tan simple, con un viento fuerte se va de las manos con cualquier incendio”, retoma Baudo y agrega que en el territorio provincial hay definidas dos zonas: la de mayor riesgo de incendio, que va desde la Ruta 9 norte hasta Santiago del Estero; y al sur la línea que se traza hasta Río Cuarto. En esa zona, con dirección al norte, la parte izquierda es la de mayor riesgo y la de la derecha, la de menor riesgo.

“Dentro del área de mayor riesgo (aunque todos los años se queman las dos zonas, casi ya no hay diferenciación), en general se quema menos bosque pero esto es porque ya casi no existe. La mayor cantidad incendiada, un 50% o 60%, es pastizal”, agrega el biólogo y destaca que hay que tener en cuenta que en Córdoba “siempre hubo incendios”, hay especies que están adaptadas, incluso algunas necesitan de los incendios para poder reproducirse, pero a la vez, “el humano al haber modificado tanto la geografía, la vegetación, esa situación ya se convirtió en un problema más grave que no es tan fácil de controlar. Ya ni el mismo sistema o ecosistema se puede ir regulando”.

“El aumento de la frontera agrícola y el desmonte también afectan porque si bien cuando se quema un bosque es algo terrible, el incendio en esa zona es más lento y más fácil de controlar. En  cambio, cuando es un pastizal o es un rastrojo, la velocidad de propagación que tiene ese fuego es mayor y es más difícil de controlar”, explica el biólogo y añade que entre esos factores también se encuentra la parte de riesgo de “interface” que es la zona donde están las viviendas. Sobre todo ahora que se construyen viviendas “en lugares que no tendría que haber”, y donde muchas veces no se tienen en cuenta los perímetros limpios para protegerlas. 

“Todos los años se hace la labor de prevención, pero es real que algunas personas no prestan atención a estos cuidados. Con el clima hay que tener cuidado porque las condiciones son muy cambiante”, agrega el cartógrafo y cierra: “Nosotros siempre decimos que es mucho más barato la prevención que cuando ya el incendio está declarado. El costo ambiental que tiene e incluso en términos de vida y monetarios, es altísimo”.

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Bauda: “Todos los años se hace la labor de prevención, pero es real que algunas personas no prestan atención a estos cuidados”. (Foto: NA)

 

 

LNM - Edición Impresa 263

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