El rumbo del Gobierno de Gabriel Boric se vislumbra en su gabinete

El presidente electo del país trasandino comienza a mostrar -con sus primeros pasos- el sentido que buscará imprimir a su gobierno. La asunción está prevista para el 11 de marzo.

Ed Impresa 04/02/2022 Flavio Colazo
Boric gabinete

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Especial para La Nueva Mañana

CHILE

Gabriel Boric llega a la presidencia de Chile como representante de una coalición que engloba, más que a una izquierda, a un colectivo saturado e incapaz de soportar una sola carga más sobre sus espaldas -por mínima que sea¨-. Sabedor de esto el electo presidente no prometió en campaña un programa revolucionario, pero sí una serie de medidas que vendrán –en caso de cumplir su contrato electoral- a poner coto a la desmesurada voracidad capitalista/neoliberal dispuesta a: no solo impedir la adquisición de nuevos derechos por la parte de la población desfavorecida, sino a arrasar con los (pocos) derechos adquiridos  presentes en la sociedad chilena de a pie. Boris fue votado con esperanza, esto es: entendemos que Boric no fue votado para impedir la llegada de la ultraderecha; pero también que muchos de quienes votaron a la ultraderecha lo hicieron para que no llegara Boric a la presidencia.

Promesas y propuestas de campaña

El discurso de campaña Boric no apuntó a “dar vuelta todo” y descalabrar el orden de la sociedad chilena –y el de los factores de poder-  sino a mejorar un poco las condiciones de vida de la sociedad chilena merced a promover ciertos pasos hacia adelante como: atender el tema central la educación pública de modo que permita acceder a la misma a gran parte de la ciudadanía; un avance del feminismo en todos los aspectos de la sociedad;  poner atención en el desarrollo con transición ecológica; generar prosperidad y distribuirla un poco más entre los sectores asalariados y/o vulnerables; atender de modo diferente -a como lo venía haciendo Piñera- el conflicto con los pueblos originarios presentes en el país trasandino (ha prometido desmilitarizar la zona de conflicto retirando los 2000 efectivos desplegados allí); y algunos puntos más en sentido progresista; pero la gran esperanza que le dio al pueblo chileno Boric –percibido esto, claro está,  desde este lado de la cordillera- se basa en el alivio que conlleva el freno a un avasallamiento incruento al que se sometía inconstantemente al pueblo chileno; avasallamiento que parecía, bajo las administraciones de las derechas chilenas, no tener fin.

El gabinete de Boric: ¿un plantel  impensado?

Hace días atrás Boric presentó  al público la mesa de arena en la cual desplegó el equipo de sus ministros sorprendiendo a gran parte de la comunidad chilena -y de la Región-. La primera sorpresa llegó al mostrar  una mayoría a de mujeres en la conformación del gabinete. A esta primera sorpresa le siguieron otras surgidas desde las edades (la mayoría menores de 50 años), y desde su proveniencia. Así la elección del actual presidente del Banco Central. Mario Marcel (declarado socialdemócrata), para asumir como ministro de Hacienda ha sorprendido fuertemente hacia el interior de la fuerza (Avanza dignidad); luego la designación de Maya Fernández (nieta de salvador Allende e hija de un agente de inteligencia cubano) ha escandalizado a los sectores pinochetistas -quienes han puesto el grito en el cielo por esta designación-; le podemos agregar como sorpresa la designación de un profesor formado en la escuela pública para la cartera de Educación (“Durante demasiado tiempo tuvimos académicos sin aula, ingenieros comerciales dirigiendo la educación en nuestro país”, ha declarado Boric);  una mujer, Luz Vidal Huiriqueo, que trabajó por más de 15 años como empleada doméstica -y es sindicalista del gremio- asumirá el puesto de subsecretaria de la Mujer y la Equidad de Género; y así…  Lo real y concreto es que el gabinete muestra una pluralidad inédita e impensada hasta hace poco en un Gobierno chileno. Los criterios que utilizó Boric para la conformación de su equipo, tal se lo dijera a la BBC, fueron: “lograr una síntesis de generaciones… con la nuestra que emergió a la vida pública en 2006… y otra que ha administrado al estado y tiene experiencias valiosas.”; y: “…un gabinete que represente la amplitud social que logramos convocar en la victoria del 19 de diciembre”. 

La visión de Boric sobre el actual momento de la Región

Aunque ha tenido palabras no elogiosas para con Nicaragua y Venezuela (“no veo allí nada a imitar”) Boric se esperanza con la posible formación de un nuevo eje regional: habla muy bien de Lucho Arce (presidente boliviano); admira a Lula -quien espera sea el próximo presidente de Brasil-; y se anima con las posibilidades presidenciales de Gustavo Petro en Colombia. Además reconoce empatizar fuertemente con el pensamiento del exvicepresidente boliviano García Linera. Argentina, se cae de maduro,  formaría parte de eje soñado por Boric.

Objetivos y posibilidades para el futuro mediato

Seguramente a la hora de asumir las riendas del Gobierno Boric atenderá -como seguidor del pensamiento de García Linera- las recientes palabras del intelectual boliviano en el sentido que:  “Los liderazgos carismáticos surgen en momentos excepcionales y ahora es momento para líderes más moderados. En su moderación estuvo la clave de la victoria también, y eso hay que saberlo entender desde la izquierda.”;  y, quizás, junto a estas otras también: “Hoy el progresismo latinoamericano es una más de las opciones que en debilidad pugna por sustituir el horizonte neoliberal. No tiene la suficiente fuerza para imponerse, pero tampoco es lo suficientemente débil para desaparecer”. Creyendo Boric, como lo ha dicho,  que en Chile el contrato social se ha roto –merced a que: “…en este país el lugar donde se nace determina el lugar donde se muere”- él, desde Apruebo Dignidad, plantea la posibilidad de alcanzar un “nuevo orden” que garantice derechos sociales de modo universal y con una participación colaborativa que no abandone a los más vulnerables. Otra aspiración es lograr descentralizar a Chile, tanto en su administración como en su producción de riquezas y alcance en la distribución del fruto obtenido. Sabe Boric que para alcanzar esta meta se requieren reformas estructurales que serán su desafío inminente. Pero también sabe -para bien y/o mal- que el neoliberalismo ha “ordenado” a Chile durante mucho tiempo, y que dicho orden no puede –ni será- pulverizado. Sus posibilidades –pueden inferirse que él mismo avizora- con asumir el desafío de alcanzar los máximos logros dentro de ese “corset” cultural (como sabemos, el neoliberalismo es mucho más que un modelo económico) intentando lograr que ceda lo más posible sin desgarrarse. La gran mentira del “próspero Chile neoliberal”, aunque se haya desplomado como un piano, persiste en el imaginario de muchos –internos y foráneos-  que no cejarán en combatir con todas sus fuerzas contra cada uno de los avances que asuma la nueva administración, toda vez que el “modelo chileno” fue la gran publicidad engañosa del neoliberalismo colonialista internacional. A esto Boric también lo sabe. Creemos que, en definitiva, Boric no va a ir a buscar las victorias de las batallas perdidas en el pasado, y que más bien intentará, desde el cuadro de situación actual, alcanzar las victorias posibles desde hoy en adelante para mejorar la calidad de vida de sus compatriotas entendiendo que sin algún tipo de integración regional con las administraciones progresistas de la región esta tarea le será tremendamente ardua, cuando no imposible.

 

 

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