El camino del Gobierno nacional en el juego de las elecciones

Qué hicieron, qué proponen, cómo llegan y qué ponen en juego el Frente de Todos (FdT) y Juntos por el Cambio (JxC), las fuerzas políticas mayoritarias en las elecciones legislativas del domingo.

Ed Impresa12/11/2021 Daniel Salazar
Elecc 2021 - Cierre Campañas
Este domingo los electores de todo el país vuelven a las urnas para renovar 127 de las 257 bancas que conforman la Cámara de Diputados  y en ocho provincias, entre ellas Córdoba, para elegir un tercio de los 72 integrantes del Senado.

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Especial para La Nueva Mañana

Pasaron nada más que dos años desde que la ciudadanía argentina decidió desalojar del gobierno a la alianza conservadora de Juntos por el Cambio a la sazón de la crisis: económica (inflación superior al 55%, megadevaluación que deterioró los ingresos de los trabajadores y de la clase media);  financiera (insustentable e impagable deuda externa que condiciona otra vez por generaciones la vida de los argentinos); social (crecieron los índices de desocupación por encima de un dígito y la pobreza que llegó al 50% de la población) y hasta institucional (mesa judicial y espionaje ilegal para perseguir opositores, tribunales de Justicia armados a dedo) que quedaron reflejados en todos los índices oficiales.

En tanto, actualmente bajo el obsesivo slogan de campaña nacional de que son la única fuerza que puede “decirles basta” al kirchnerismo y a Cristina Kirchner en el Senado, los candidatos al Congreso de esta fuerza política proponen una reforma integral de los derechos laborales y particularmente la eliminación de la indemnización por despido y de las vacaciones anuales pagas y la reducción de la jornada laboral con reducción salarial. 

Mientras que en el plano económico llevan al Parlamento el ajuste permanente sobre las variables económicas y sociales y el arreglo del pago de la deuda con el Fondo Monetario Internacional  aceptando sus condiciones.  

Por su parte, la administración del Frente de Todos objetivamente gobernó solo 99 días en condiciones normales hasta que apareció la pandemia en el medio de aquella crisis mencionada que profundizó la destrucción de la economía nacional, pero que también produjo fuertes desequilibrios a nivel global.

No obstante, el actual gobierno reaccionó asistiendo a las pequeñas, medianas y grandes empresas para pagar los salarios y evitar que cerraran (ATP y Repro), hizo aportes a los sectores más castigados por la pandemia (parcialmente con el IFE a los sectores no registrados y ayudas económicas al turismo, hotelería y gastronómicos) y clausuró las posibilidades de despidos  e impuso doble indemnización.

Además, reactivó las paritarias para que no cayeran los salarios, aumentó el mínimo no imponible para que menos trabajadores pagaran ganancias (hasta 175.000 pesos), incrementó los ingresos de los jubilados y de los sectores que perciben beneficios sociales (bonos y aumentos trimestrales), evitó los desalojos compulsivos de los inquilinos y congeló los valores de los medicamentos, de las tarifas y de los alimentos.

Por otra parte, con la atenuación de la pandemia producto de la masiva vacunación  de los ciudadanos (hoy 70% con dos dosis) y la reapertura de las actividades el Gobierno consiguió una incipiente recuperación de la economía que según los índices oficiales crecerá este año el 9 por ciento recuperando de este modo lo perdido en la pandemia.

Asimismo, va camino también a solucionar el principal problema de la economía argentina que representa la deuda externa que contrajo  Macri, que comenzó el año pasado con la reestructuración de la deuda con los acreedores privados lo que le permitió al país un ahorro de 40,000 millones de dólares, con el acuerdo con el FMI en condiciones favorables para la Argentina.

Entretanto, la campaña oficialista “Sí” vamos adelante, apunta a poner de pie al país con las propuestas de reactivación productiva y la inclusión social.    

El poder en el Congreso

En ese marco, este domingo los electores de todo el país vuelven a las urnas para renovar 127 de las 257 bancas que conforman la Cámara de Diputados  y en ocho provincias, entre ellas Córdoba, para elegir un tercio de los 72 integrantes del Senado, que modificarán la composición de ambos cuerpos legislativos a partir del  próximo mes de diciembre.

La principal alianza opositora llega a las elecciones generales como la fuerza más votada a nivel nacional en las PASO.  Sin embargo una de las certezas que arrojaron las Primarias de septiembre fue que Juntos por el Cambio no creció electoralmente, mantuvo  la misma cantidad de votos cercana al 40 por ciento que sacó en las elecciones legislativas de 2017 y que luego repitió en la primera vuelta de las presidenciales de 2019.

Por el contrario, el Frente de Todos sufrió una merma del electorado que lo respaldó en  las elecciones presidenciales de 2019 que lo llevaron al Gobierno. Los principales candidatos de este espacio  lo atribuyen a una menor participación de sus votantes en la PASO (en general la participación ciudadana fue baja apenas superó el 64 % del electorado;  también consideran el cansancio de la población provocada por la pandemia, el miedo a los contagios,  a la situación económica que sufrieron los estamentos más postergados de la sociedad y al funcionamiento del gobierno que no cumplió con las expectativas de sus votantes. Aunque para las generales del domingo confían en que van a mejorar bastante, pero están obligados a ser cautos.

En ese contexto, si bien las elecciones de renovación parlamentaria permitirán definir el nuevo esquema de poder en el Congreso Nacional, si se repiten los resultados de las Paso se mantendrá la paridad que existe en la Cámara Baja entre el FdT y JxC desde hace varios años y emparejará la relación de fuerzas en el Senado, hoy en favor de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Sin embargo, la composición que surja del resultado del domingo marcará también si el oficialismo podrá avanzar en la discusión de proyectos y cuáles serán los acuerdos que deberá alcanzar en los dos últimos años del mandato de Alberto Fernández para sancionar las leyes que requiera el proyecto del  Ejecutivo.

El camino del Gobierno está en juego y las oscilaciones extremas de las decisiones del electorado pueden dejar otra vez al país sin rumbo. 

 

 

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