El Gobierno nacional apuesta sus fichas al repunte del consumo

La devolución retroactiva de Ganancias, las señales positivas en el sector industrial, la estabilidad cambiaria y la inflación a la baja son algunas de las principales variables.

Ed Impresa 18/06/2021 Facundo Piai
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Ilustración: Daniel "Pito" Campos, para La Nueva Mañana

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Los indicadores de la economía tanto privados como oficiales muestran dos ritmos de recuperación totalmente opuestos. Por un lado, todo indica que el semestre en curso arrojará un saldo comercial positivo, por los altos precios de los commodities, principalmente; mientras la producción de manufacturas industriales se recupera a buen ritmo. Sin embargo, por otro lado, la contracción del consumo masivo condiciona la recuperación prevista para el 2021. Desde el Gobierno confían en que los precios comiencen a descender tras meses de alta inflación y los ingresos recuperen poder de compra.

Si bien la inflación de mayo dada a conocer recientemente marca las subas más bajas en lo que va del año, en solo cinco meses ya se acumulan alzas por 21,5%. En efecto, se trata de un año de alta inflación, inclusive de ocurrir reducciones de precios “mes a mes”, como explicó el ministro de Economía Martín Guzmán. El funcionario sugiere que el aumento del ingreso de divisas que le permite al BCRA recomponer sus reservas y administrar el tipo de cambio genera condiciones para contrarrestar el alza de los precios. En ese sentido, el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) informó que en mayo el complejo agroexportador liquidó más de 3 mil millones de dólares. Así, en los primeros cinco meses del año ingresaron 13.300 millones de agrodólares, tratándose de las cifras más elevadas de los últimos 20 años. 

Del mismo modo, el respaldo que obtiene el Tesoro en cada licitación le permite al Gobierno financiarse en pesos y prorrogar vencimientos de letras a futuro. Esto significa que el Gobierno canaliza excedente en pesos para financiar el gasto sin necesidad de emitir dinero y, por otro lado, está refinanciando letras emitidas anteriormente. Por lo tanto, esto más el ingreso de dólares por las exportaciones son indicios que deberían contrarrestar las expectativas inflacionarias, entienden desde Economía. Una de las condiciones para que el consumo repunte.

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Si bien la inflación de mayo dada a conocer recientemente marca las subas más bajas en lo que va del año, en solo cinco meses ya se acumulan alzas por 21,5%. (Foto: NA)

Buscan el efecto dinamizador: aguinaldo y devolución retroactiva de Ganancias 

La otra condición para apuntalar la demanda y con ello la recomposición del mercado interno tiene que ver con la recuperación del poder adquisitivo de los ingresos fijos. Bajo este objetivo se inscriben las medidas fiscales que buscan aligerar la presión impositiva sobre los salarios, como los cambios en Ganancias. La medida que oficializó el organismo recaudador eleva a $150.000 el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, haciendo la medida retroactiva a enero del 2021. Por lo tanto, 1,2 millones de trabajadores quedarán exentos y, asimismo, al ser retroactiva la actualización del tope, Afip devolverá lo retenido durante el primer semestre. En este sentido, se espera que el organismo a cargo de Mercedes Marcó del Pont inyecte 50 mil millones de pesos en concepto de devoluciones, en cinco cuotas. 

La primera devolución será en julio, en donde se estima que Afip reintegre a los trabajadores $8 mil millones. Se trata de una inyección de dinero que estimulará el consumo, entienden desde el equipo económico de Nación. Ese dinero que dejará de ser retenido por la entidad fiscal y pasará a estar en el bolsillo de los asalariados generará ingresos fiscales recaudados por impuestos indirectos, como el IVA o Ingresos Brutos. Si bien se descarta que un porcentaje de esa masa de dinero irá al consumo, distintos economistas alertan que una gran cantidad la destinarán las familias para saldar deudas. Ocurre que el proceso inflacionario intensificado en los últimos años limó el poder adquisitivo de los salarios que llevan tres años consecutivos por debajo de los aumentos de precios. Por ello, acumulan una merma de unos 20 puntos porcentuales en los últimos cuatro años.  

Recuperación del salario, condición fundamental para el repunte

De lo anterior se desprende que la recuperación del rendimiento de los haberes de los trabajadores es condición para el repunte del consumo. En el mismo sentido, los analistas políticos advierten que sin recomposición salarial se limitan las chances electorales del oficialismo en la elección de medio término. Quien se refirió al problema de los salarios atrasados respecto a los precios fue el Jefe de Gabinete del gobierno nacional. Santiago Cafiero pronosticó que este año tanto salarios como jubilaciones “le van a ganar a la inflación” y aclaró que el Gobierno no suscribe a la idea de que una recuperación real de los salarios generaría más inflación. De cualquier manera, el equipo económico advierte que la dirigencia sindical fue prudente y “responsable” en la negociación paritaria.

Si bien la mayoría de los sindicatos acordaron aumentos salariales en torno a 30%, conforme la pauta inflacionaria del Presupuesto para el 2021 (hoy desactualizada), cierto es que la mayoría de los sindicatos pactaron clausulas de revisión. Es el caso de la UOM, que acordó aumentos del 35% con una revisión en noviembre. La Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (Uepc), uno de los sindicatos más numerosos de Córdoba, también convino una clausula revisora para noviembre; Igual el sindicato de estacioneros de servicio, solo que revén el aumento conforme la inflación en el mes de octubre, entre otros. A todo esto, desde el Gobierno nacional insinúan que la capacidad instalada de la industria tiene resto para satisfacer un aumento de la demanda sin que ello repercuta en los precios.

Sin consumo no hay paraíso

En lo que va del año se advierten performance contrapuestas en los diversos sectores de la economía. Mientras gran parte de la industria manufacturera recupera ritmo de producción en comparación con el 2019, inclusive; el consumo masivo en supermercados aún permanece retraído, según estimaciones de Indec.

Esta retracción empieza a preocupar al equipo económico puesto que la actividad comercial explica aproximadamente el 15% del PBI, tratándose del segundo sector en importancia, atrás de la industria que representa más del 20%. Sumado a esto, hay otra característica de la estructura económica que evidencia la importancia del consumo para la economía del país. Se trata del peso del mismo respecto al PBI, es decir, Argentina exporta solo el 20% de lo que produce, el resto de los bienes y servicios disponibles se consumen dentro del territorio nacional. En efecto, el consumo no es un aditivo, ni una tajada. Contrariamente se trata de la parte del león de la torta.

Por tanto, para que la recuperación económica sea sostenible el mercado interno tiene que encenderse. Para que eso ocurra es clave la recuperación de los salarios. Por otro lado, los últimos relevamientos del Ministerio de Trabajo exponen que los trabajadores de la actividad industrial, comercio, más casas particulares y del sector público representan prácticamente la mitad de los trabajadores registrados del país. De lo anterior se desprende que la recuperación de los haberes de los asalariados de esos sectores clave es condición para que repunte el consumo. 

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Mientras gran parte de la industria manufacturera recupera ritmo de producción en comparación con el 2019 inclusive, el consumo masivo en supermercados aún permanece retraído. (Foto: NA)

410 mil trabajadores formales menos que en 2015, pero en recuperación desde agosto 2020

Volviendo a los indicadores laborales oficiales, si tomamos como referencia la cantidad de asalariados que había en el 2015, vemos que hoy (tras la crisis de Cambiemos y la pandemia) hay 410.200 trabajadores formales menos. Efectivamente, a la demanda interna le falta ese número de trabajadores consumiendo. Pero la situación es más crítica aún si incorporamos al análisis la natalidad y el envejecimiento poblacional. Por tanto, cada año miles de argentinos pasan a formar parte de la masa económicamente activa y el mercado laboral formal no los está incorporando. En efecto, aumenta la estadística de los desocupados o las categorías de la informalidad laboral con ingresos de subsistencia.

Esta masa creciente de desocupados e informalidad laboral es el principal justificativo que esgrimen dentro del oficialismo quienes critican el gradualismo fiscal y piden inyectar más recursos en los sectores postergados. La respuesta de Martín Guzmán se cristalizó en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción. “Para la estabilidad de la economía, la sostenibilidad fiscal es una condición necesaria”, explicó el ministro, quien mirando el vaso medio lleno puede señalar que desde agosto del año pasado el trabajo privado viene sumando asalariados de a poco; de 16 ramas industriales, 12 están en proceso de recuperación respecto de 2019; la utilización de la capacidad instalada fabril llega a niveles prepandémicos; el dólar cotiza estable; y la reestructuración con el FMI y Club de París parecería encaminada. De este modo se encamina el objetivo de “tranquilizar la economía”, insinúa Guzmán. 


Se inyectarán $ 50.000 millones al mercado interno 

La Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) reglamentó durante la semana la ley 27.617, que eleva el piso del pago del impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría a un mínimo de $ 150.000.

La reglamentación de los cambios establecidos en el impuesto a las Ganancias exime del gravamen a más de 1.200.000 trabajadoras y trabajadores a partir de julio, con lo cual más del 90% de los asalariados no pagará este tributo, y generará una inyección de recursos en la economía por $ 50.000 millones de julio a noviembre. 

 

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