La política, entre la pandemia y la virtualidad

La Unicameral adaptó su funcionamiento a la realidad impuesta por la pandemia y terminó el período legislativo 2020 con más de medio centenar de leyes aprobadas. Beneficios de la virtualidad y viejas mañas del juego político tradicional.

Ed Impresa 18/12/2020 César Martín Pucheta César Martín Pucheta
Unicameral Cba
Manuel Calvo; Luciana Echevarría; Leonardo Limia; Marcelo Cossar.

chapa_ed_impresa_01

Las agujas del reloj marcaban poco más de las 10 de la mañana cuando el 1 de febrero del 2020, Juan Schiaretti inauguró el 142º periodo de sesiones ordinarias de la Legislatura de Córdoba. Aquel discurso, el primero del nuevo período del Gobernador al frente de la Provincia, iba a estar marcado por un puñado de certezas que lentamente se fueron diluyendo y por realidades que acompañaron la actividad legislativa a lo largo de todo el año.

El período del bicentenario de la Asamblea Constituyente que redactó la primera constitución provincial iba a dejar de ser “ordinario” apenas unas semanas más tarde. Y así, tanto Schiaretti como su vicegobernador Manuel Calvo, responsable del funcionamiento de la Unicameral, iban a verse obligados a imitar uno de los gestos que el Gobernador reconoció en su admirado Brigadier General Juan Bautista Bustos. El Estado cordobés iba a tener que acelerar los tiempos de su modernización, ya sin demasiado margen para la especulación, el marketing, y la pomposidad.

Las disposiciones sanitarias para enfrentar la pandemia condenaron a la coqueta nueva Legislatura a convertirse en un recinto vacío, aunque la actividad del cuerpo no paró durante todo el período. La virtualidad fue aprovechada política e institucionalmente para una serie de eventos que se destacaron por sobre las comparativas con años anteriores. Casi todos los ministros y ministras se presentaron en las comisiones específicas, cuando la convocatoria era propuesta y avalada por el oficialismo, claro está.

El año también tuvo a diputados y diputadas nacionales sesionando virtualmente desde el recinto de la Unicameral y sesiones calientes en las que ni la pandemia pudo evitar las manifestaciones callejeras y los planteos de la oposición. La reforma jubilatoria, la sesión que suspendió a Patricia De Ferrari o las ocasiones en que legisladores y legisladoras de la oposición se rebelaban ante las disposiciones sanitarias y se sentaban en sus bancas o alternaban en ellas según correspondía el uso de la palabra, representan algunos de los momentos destacados en los que el clima “se picó” en pleno recinto.

Fueron 31 sesiones virtuales. Se aprobaron más de medio centenar de nuevas leyes, otros tantos fueron los proyectos de resolución y las declaraciones que el cuerpo trabajó y acordó. Fueron cientos también los proyectos a los que el Ejecutivo les negó tratamiento, los hizo dormir en algún disco rígido o los usó para mostrar el poder que otorga la voluntad popular que, en el caso cordobés, dio al oficialismo una mayoría abrumadora en el aparato legislativo.

“Ni por asomo nos harán creer que los cordobeses nos dieron la suma del poder público, porque no es así. Ni por asomo esa diferencia nos hará creer que tenemos la verdad en nuestras manos”, dijo Schiaretti cuando asumió el 10 de diciembre del 2019. No deja de ser una afirmación discutible.

El año de la pandemia

La pandemia es el hecho que marcó el año, es imposible dejar de lado ese elemento a la hora de analizar cualquier cosa que haya sucedido en el 2020”, señala con indiscutible certeza, el legislador Leonardo Limia. “La agenda legislativa se tuvo que ir reacomodando por las consecuencias de la pandemia, no sólo en lo que respecta al funcionamiento institucional, sino en lo que respecta a la realidad económica y social del país y la provincia”, describe el representante de la banca uninominal por la Capital, uno de los más activos entre los oficialistas durante el 2020.

El titular de la Comisión de Economía pone especial énfasis a la hora de valorar lo actuado desde ese espacio legislativo. Desde allí, tras la adhesión provincial a la Emergencia Sanitaria nacional, se avanzó en las políticas que buscaron atender a las urgencias de cordobeses y cordobesas que vieron sumamente afectada su realidad cotidiana con el freno de mano impuesto por la pandemia. La creación del denominado “Fondo Covid”, la ley de fomento para la economía del conocimiento, la promoción para el desarrollo de biocombustibles, el impulso de los parques industriales, y las normas que habilitan condonación y exenciones impositivas en pos del fomento de la industria y la búsqueda de alivio para los sectores afectados de la pandemia, son algunos de los otros proyecto que Limia reconoce como los más importantes del período legislativo. Todo coronado con la aprobación de un Presupuesto que, a pesar de las críticas y como sucedió con muchas de las leyes aprobadas, contó con el apoyo de una buena parte de la oposición.  

Limia también destaca una serie de “expropiaciones de capital que significan mejoras para los cordobeses”, como la expropiación de inmuebles para la mejora del Camino San Antonio, la expropiación un terreno en barrio Comercial para la regularización de dominio de los terrenos que hoy habitan integrantes de la Cooperativa Felipe Varela, el plan de 1500 luminarias, y la  transferencia de Aguas Cordobesas a la Ciudad de Córdoba, entre otras iniciativas.  

La modernización y "las mañas de la vieja política"

Hace un par de semanas, el vicegobernador Manuel Calvo anunció la puesta en marcha del nuevo Portal de Datos Abiertos; una plataforma digital que permite almacenar, compartir, conectar y visualizar datos públicos, derivados del funcionamiento del Poder Legislativo provincial.

En una entrevista con La Nueva Mañana, Calvo celebraba los avances en materia de digitalización y virtualidad; además de destacar las políticas relacionadas con la transparencia y la igualdad de género desarrollados durante su gestión al frente del cuerpo legislativo.  

En rigor de verdad, en la previa a la pandemia esos desarrollos ya se habían ubicado en los horizontes a alcanzar. De hecho, durante el año se desarrollaron programa obligatorio de formación en temas de género, violencias y Derechos Humanos; y se avanzó en garantizar la paridad de género en la conformación de las comisiones.

En lo relacionado estrictamente con el funcionamiento, el contexto de la pandemia obligó a acelerar los procesos de virtualidad. Las sesiones continuaron desarrollándose de manera semipresencial y, en palabras de todos los sectores que componen el abanico de Hacemos por Córdoba, se logró una mayor actividad en las comisiones que redundó en un mejor diálogo entre las diferentes expresiones de la Unicameral.

Ese punto aparece como el más cuestionado desde las bancadas opositoras. “Fue un año difícil para todos, la calidad institucional fue puesta a prueba, y a pesar de que la provincia de Córdoba dictó rápidamente su instrumento legal para facilitar las sesiones virtuales, aparecieron las mañas de la vieja política y durante la primera mitad del año no pudimos sostener una agenda legislativa porque se sesionó únicamente cuando el Ejecutivo lo solicitó y únicamente para los temas que el Ejecutivo propuso”, asegura Marcelo Cossar al ser consultado por La Nueva Mañana.

“Como bloque opositor hemos trabajado  mucho en los temas de control que nos competen constitucionalmente, especialmente los muy graves”, señala el radical que enumera “pedidos de informes referidos a Compras y Contrataciones del Fondo de Emergencia por Covid, solicitudes de interpelación por la situación de la  seguridad y de la violencia institucional como fue el caso de Blas Correas”.

“También intentamos impulsar proyectos que tuvieran que ver con las necesidades de grupos que no estaban siendo escuchados en el marco de la emergencia, como los jardines maternales, los transportistas escolares, el sector de la educación, el sector de la salud pública. Pero se mantuvo la tendencia del oficialismo por hacer sentir el peso de las mayorías”, se lamenta el ex viceintendente capitalino.

La pandemia que desnudó al Gobierno

Para la izquierda, la pandemia sirvió para poner en evidencia el funcionamiento del Estado cordobés en su conjunto, tanto a nivel Ejecutivo como a nivel legislativo. “En la Unicameral quedó claro que para la clase dirigente cordobesa las necesidades populares no valen nada, por eso estuvieron completamente ausente del debate en el recinto, llegando al extremo de ser el único gobierno de todo el país que ajustó a los jubilados en plena pandemia. Una clara muestra del desprecio de Schiaretti y el PJ hacía los que menos tienen”, señala con la postura crítica que la caracteriza la representante del MST en el Frente de Izquierda-Unidad, Luciana Echevarría.

Para Echevarría, la gestión de la pandemia fue “realmente lamentable” y, según señala, eso se debe a una decisión política de seguir “privilegiando a la salud privada y maltratando a los trabajadores del sector público”. Por esa razón, entiende, los proyectos de su interbloque que en reiteradas oportunidades intentaron fortalecer la salud pública fueron rechazados de modo sistemático. En gran medida, eso es lo que sucede con las iniciativas de las minorías parlamentarias. Salvo excepciones muy puntuales, que también existieron.

En ese marco, la legisladora del MST también se diferencia del sector que engloba bajo la denominación de “oposición tradicional”, que “más allá de alguna que otra pose, tiene un plan muy similar al del gobierno de Schiaretti y una clara muestra es el apoyo de Juntos por el Cambio a este Presupuesto de ajuste”.

 

 

 

LNM - Edición Impresa

Seguí el desarrollo de esta noticia y otras más 
en la edición impresa de La Nueva Mañana
 
Todos los viernes en tu kiosco ]


Lo más visto