Por la pandemia, autorizaron la prisión domiciliaria a un ex represor de la Esma

Se trata de Carlos Capdevila, quien se desempeñaba como médico en la Escuela de la Armada durante la última dictadura y que fue condenado por delitos de lesa humanidad.

País 29/04/2020
Esma
Capdevila fue condenado por varios hechos de apropiación indebida de menores y aplicación de tormentos. Foto: archivo.

El médico de la ex Escuela de la Mecánica de la Armada (Esma), Carlos Capdevila, quien fue condenado por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, fue beneficiado con la prisión domiciliaria por considerar que es un preso de riesgo en el marco de la pandemia de coronavirus.

El juez Daniel Obligado le concedió el arresto a uno de los referentes médicos del centro clandestino de detención al considerar que estaba expuesto frente al contagio del virus, por tratarse de una persona de casi 70 años y que tiene varios problemas de salud en su historial médico.

Capdevila fue condenado por varios hechos de apropiación indebida de menores, también por aplicación de tormentos y otros delitos de lesa humanidad.

Según el informe médico que llegó a manos del juez Obligado, el represor Capdevila tiene hipertensión arterial, cáncer de próstata y problemas motrices entre otros cuestiones de salud.

Además, el magistrado evalúo que no está debidamente aislado en la Unidad 31 de Ezeiza, donde cumple condena, e incluso comparte lugares comunes con otros detenidos.

Ante el pedido de arresto domiciliario del represor Capdevila, el fiscal Leonardo Filippini se opuso a concederle el arresto domiciliario pero finalmente el juez se lo concedió bajo otros argumentos.

Capdevila recibió en 2011 una condena a 20 años de prisión sumadas a otra de 15 años también por delitos de lesa humanidad y otra última de 10 años de prisión que ya había agotado.

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Néstor Pérez (*)
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Siempre resulta tentador decirles a los demás que nuestros males lo reconocen como fuente; así nos despegamos de nuestra propia responsabilidad, cargamos al de enfrente con la mochila de la frustración, la derrota y la vergüenza.

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