Juan Schiaretti, el hacedor absoluto de la victoria del peronismo cordobés

Desde que asumió su segunda gestión al frente de la Provincia, Juan Schiaretti empezó a construir el resultado del domingo, el más importante de la historia del peronismo provincial.

Política 12/05/2019 César Martín Pucheta César Martín Pucheta
Juan Schiaretti bunker hacemos por Còrdoba - foto Javier Imaz
Juan Schiaretti, en la previa a su discurso en el búnker de Hacemos por Córdoba. Foto: Javier Imaz-LNM

Este domingo, Juan Schiaretti se convirtió en el hacedor de la victoria más importante de la historia del peronismo cordobés. Tras 20 años en el gobierno, el justicialismo provincial logró revalidar su relación con la ciudadanía con números cuya contundencia son vistos con algarabía y preocupación (dependiendo de quién los lea) desde el escenario nacional. 

Todo el devenir de los acontecimientos que culminó en la elección fue una especie de jugada magistral del actual gobernador que no comenzó con el proceso electoral sino que parece haber tenido un minucioso desandar a lo largo de toda su segunda gestión al frente de la Provincia.

En tiempos en los que el macrismo parecía un adversario invencible gracias al blindaje mediático que le garantizó una victoria nacional contundente en el 2017, supo mantener una cordial relación institucional que lo alejó de la imagen construida por otros sectores opositores, fervientemente críticos con las políticas implementadas por Cambiemos. Con eso logró mantener la conexión positiva con el electorado que el propio Macri identifica como el constructor de su victoria en el 2015.

Tras la abrupta muerte de José Manuel de la Sota, con quien mantenía una solapada diferencia en el modo de comprender la relación con la administración nacional y con el kirchnerismo, logró encolumnar a todo el justicialismo cordobés detrás de su figura. Desde allí, decidió amplificar la base electoral del espacio asumiendo el riesgo, incluso, de cambiarle el nombre a la alianza con la que el peronismo cordobés se había convertido en una maquinaria electoral sin precedente en la historia política de la provincia.

Desde Hacemos por Córdoba, aprovechó la endeblez de la gestión mestrista y la división de Cambiemos en la provincia para inventarse un candidato a Intendente que, incluso, era visto con desconfianza por muchos sectores del peronismo que lo sindicaban como “el mariscal de la derrota” de la elección legislativa del 2017.

Así, a partir de la incidencia ejercida con el desembarco de obras y programas de la administración provincial en la capital, convirtió a Martín Llaryora en una topadora electoral que, al resguardo de una estrategia que buscó correr el cuerpo de las balas discursivas y judiciales que contra él apuntaron, logró volver a poner al peronismo en la administración de una ciudad que históricamente le fue adversa.

A nivel nacional, Schiaretti supo erigirse como el hombre más importante del "peronismo no kirchnerista". Lo hizo a partir de un movimiento tan simple como contundente. Mientras que los demás referentes del espacio deambularon por provincias, mesas empresarias y medios nacionales, el gobernador se quedó en sus oficinas cordobesas y sólo cumplió con el gesto de recibirlos a todos en su despacho del Centro Cívico.

Desde Lavagna hasta Tinelli, todos vinieron. Schiaretti sólo se hizo presente en las reuniones plenarias en las que las fotos reunieron a todos los referentes de Alternativa Federal. Y se dedicó a gestionar. 

En la previa al triunfo, pidió expresamente que no quería presencias nacionales en los festejos. Impuso su voluntad de no "dejarse correr" con las presiones que, ante la contundencia de los números que se presagiaban, empezaron a recaer sobre su figura.

Durante su discurso, sus mensajes se dispararon hacia todos los sectores. Delimitó un camino y dejó claro que se reconoce como uno de los grandes electores para las elecciones de agosto y octubre. Sólo por su voluntad, reivindicó la importancia de comprender la elección como un fenómeno local, pero desencapsuló a Córdoba: la corrió de la isla y el cordobesismo para ubicarla en el proyecto de un "peronismo federal, republicano y democrático"

Hay quienes dicen que las próximas horas serán determinantes para el futuro de Juan Schiaretti. Llamados, visitas, pedidos, propuestas y presiones de todo tipo, de esas que también aparecieron en medio de la campaña, estarán a la orden del días desde las hora cero del lunes poselectoral.

Hacedor absoluto del triunfo del oficialismo en todo el territorio provincial (ganó en 25 de los 26 departamentos), es difícil pensar que el gobernador reelecto no tenga en claro cuál será el próximo paso. 

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