Las Escuelas Pro-A son un salto de calidad para las localidades del interior

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Allá por marzo, en ocasión de inaugurar el primer colegio PRoA en la capital provincial, el gobernador Schiaretti recalcó: “Vamos a enseñar con las nuevas tecnologías en los cuatro puntos cardinales de la provincia: en Huinca Renancó, al sur; en Villa María de Río Seco, al norte; en San Francisco, al este; y en Villa Dolores, al oeste. Córdoba está siendo sembrada de escuelas Proa, está siendo sembrada de las semillas que nos llevan al futuro, de la mano de educación”.

Córdoba pionera

“Con este despliegue territorial, pretendemos que las sedes de las escuelas experimentales ProA ubicadas en distintas ciudades de la provincia, se puedan convertir en establecimientos que, a partir de su experiencia en el uso de tecnologías y en el aprendizaje de la programación, la biotecnología, la robótica y la inteligencia artificial, puedan cooperar y transferir esa experiencia y los contenidos educativos al resto de las escuelas. Con este programa somos la primera provincia que tiene un proyecto de esta envergadura y con estas características: en el país no hay una experiencia similar”, expresó el ministro de Educación, Walter Grahovac, en referencia a la trascendencia de esta iniciativa.

Los datos preliminares que maneja el Ministerio de Educación hablan de un alcance de 12 mil alumnos. Esta referencia, de por sí significativa, muestra que se abre una alternativa para el progreso de muchas comunidades del interior de la provincia.

Tomando al pasar dos ejemplos, Porteña y Arroyito, sus intendentes explican las gestiones que derivaron en la asignación de una Escuela ProA para sus localidades.

“Nosotros estamos rodeados por el sector agropecuario. Antes a un tractor o una maquinaria la manejaba cualquier persona, sin ningún bagaje de conocimientos sin ningún problema. Hoy realmente es necesario que ese ser humano tenga conocimientos específicos”

Resolviendo cuestiones de fondo

Porteña está ubicada a 257 kilómetros de la capital provincial. Está ubicada en el noreste del departamento San Justo, cerca del límite interprovincial con Santa Fe, en medio de la cuenca lechera más importante de Latinoamérica y es orgullosa sede de la Fiesta Provincial del Agro. Carlos Baigorria gobierna la localidad desde 2011. En este tiempo sumó uno de los logros más importantes para su pueblo: contar con el primer establecimiento público de nivel secundario. Y se trata de una Escuela ProA.

- ¿Cómo surge la posibilidad de que Porteña tenga una Escuela ProA?
- Esta escuela surge por la propia necesidad de la demanda de un sector importante de la comunidad que, habida cuenta de que solamente existían hasta 2015 dos escuelas secundarias privadas de gestión pública, el Instituto Bernardino Rivadavia y el Instituto Nuestra Señora de Lourdes. Para poder ingresar a ellos uno debe pagar una cuota y ese sector no podía tener acceso a una educación al no poder pagar esa cuota. Entonces se iban a Freyre, a Brinkmann, buscando una alternativa y otros directamente no asistían o, si asistían, desertaban porque hay que tener una voluntariedad para proseguir los estudios.

Tomamos ese reclamo y lo llevamos a la mesa del Ministerio de Educación, poniendo de manifiesto al ministro Grahovac esta demanda y la posibilidad que pudiéramos tener ese servicio educativo para todos, para que pudieran estudiar en la escuela pública.

Oído esto por Grahovac y tras las gestiones que hizo el municipio se entendió que era necesario tener una escuela de estas características, que se aggiorna a los tiempos que corren, con la posibilidad de que los alumnos puedan acceder a una orientación distinta a la que existe en las otras dos escuelas. Hemos dado un salto cualitativo porque esta escuela representa más adelanto, más progreso. Significa resolver las cuestiones de fondo que una comunidad debe tener, independientemente que después cursen carreras terciarias o universitarias en la región o a nivel provincial.

- ¿En qué condiciones comenzó a funcionar esta escuela?
- La escuela comenzó a erigirse en un edificio que es municipal. La Municipalidad lo cedió en comodato por el término de treinta años. Y luego la Municipalidad, con las autorizaciones correspondientes, fue haciendo las aulas. A través del Programa Aurora se fueron construyendo otras. Y es así que hoy estamos con una división de treinta alumnos en cada uno de los cursos, que ya son cuatro. Esta escuela se inauguró el año pasado el comedor donde los chicos hacen su desayuno, su almuerzo y su merienda, recibiendo el servicio del Paicor. Ya se hizo la parte de la dirección y este año se están haciendo en la parte superior tres aulas taller que en 2019 estarán a disposición de la escuela para que los chicos puedan hacer sus tareas. Hemos podido gestionar un lote contiguo al edificio ProA para poder ahí ampliar la cantidad de metros cuadrados de aulas y tener una proyección futura en lo que nosotros soñamos siempre: que eso se convierta en un polo educativo.

- ¿Qué expectativa genera esta posibilidad de tener una capacitación especializada en las nuevas tecnologías?
- Cada uno es artífice de su propio destino. La formación tiene que ver con el compromiso personal que tiene cada alumno acompañado de su propia familia y su cuerpo de profesores. Indudablemente necesitamos alumnos que tengan un caudal de conocimientos específicos sobre el uso de las nuevas tecnologías que haga que se puedan insertar en el mundo laboral que tienen otras exigencias que poco tiempo atrás no las tenía. Nosotros estamos rodeados por el sector agropecuario. Antes a un tractor o una maquinaria la manejaba cualquier persona, sin ningún bagaje de conocimientos sin ningún problema. Hoy realmente es necesario que ese ser humano tenga conocimientos específicos. La escuela se tiene que aggiornar a este presente. Es casi una cuestión obligatoria formar un alumno con ese tipo de manejo específico de las tecnologías.  

   

   

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