Recesión, monetarismo y crisis ¿cómo reaccionará el dólar?

El BCRA mantiene elevada la tasa de referencia y, tras el acuerdo con el FMI, incentivó el control sobre la liquidez. Con estas medidas, esperan controlar precios e inflación.

Economía13/11/2018 Facundo Piai
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Un factor que podría perjudicar la presunta “estabilidad del dólar”, que según el presidente del Central ya estaría en su punto de equilibrio, es el aumento de la tasa bancaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos

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El equipo económico del Gobierno persiste en la teoría que secando la plaza de pesos los precios se estabilizarán y controlando la inflación la economía se tornará más predecible, generándose, de este modo, las condiciones propicias para la reactivación económica. Para tal fin, el Banco Central de la República Argentina mantiene elevada la tasa de referencia y, a partir del acuerdo con el FMI, el Central incentivó el control sobre la liquidez monetaria. Así, el saldo mensual promedio de la base monetaria de octubre fue 1,5% inferior al nivel de septiembre, de acuerdo al Informe Monetario Mensual del BCRA.

En efecto, estas medidas han logrado frenar circunstancialmente la escalada del dólar por el elevado rendimiento financiero de diferentes instrumentos puestos a disposición de los ahorristas, empresas, sector bancario y fondos de inversión.

También, el Central vendió divisas para moderar la volatilidad cambiaria por un monto de U$s 4.532 millones durante los meses de agosto y septiembre, según consigna el último informe de política monetaria del Central.

A todo esto, la inflación se mantiene elevada pese a la restricción monetaria. La recesión causada, entre otros factores, por la elevada tasa bancaria parecería ser demasiado costo para resultados tan insolventes y efímeros.

Al respecto, el consultor económico Walter Graziano aseveró en una columna en un diario especializado que “la transitoria estabilidad del dólar es sólo una victoria pírrica al costo de una economía en estado ruinoso”. Al tiempo que Alfonso Prat Gay, ex ministro de Economía de este gobierno, dijo estar “muy preocupado por la profunda recesión”, en una entrevista dada a la colega Silvia Naishtat.

El ex funcionario de Cambiemos criticó la injerencia del FMI en la economía y señaló que “es muy difícil imaginar a una pyme en cualquier lugar del país soportando esta presión tributaria y estos costos financieros”.

La preocupación de los principales analistas económicos se sustenta en que luego de casi tres años de gestión Macri no logra armar un modelo de desarrollo que genere riquezas y, por otro lado, el Gobierno no logra desarmar la bomba de tiempo de las Lebacs/Leliq. El peor de los escenarios respecto a los papeles emitidos por el Central todavía no está disipado.

Aún es factible que los tenedores de letras decidan no renovar, hacerse de pesos y comprar dólares, aprovechando el descenso en la cotización de la divisa norteamericana. Esta situación obligaría al Central a emitir pesos para quienes desarman sus posiciones en letras y también calentaría la demanda de dólares presionando la cotización al alza.

Por otro lado, las entidades bancarias también miran con preocupación el desempeño de la economía. El Informe Monetario Mensual del mes de octubre publicado por el Banco Central sostiene que la elevada tasa bancaria hizo que mejoraran los rendimientos de los depósitos a plazo pasando “de un crecimiento nominal promedio mensual de 3,5% en el trimestre julio-septiembre a 10,5% en octubre”. Al tiempo que “los préstamos en pesos al sector privado continuaron con la tendencia descendente que vienen mostrando desde mediados de año”, afirma el informe.

La disminución de los préstamos bancarios es un síntoma del deterioro de las principales variables de la economía. En octubre presentó una caída de 5,3%, observándose una mengua en todas las líneas de crédito. Esto genera un aumento de la liquidez bancaria.

Sin embargo, es factible que quienes tienen depósito a plazo fijo retiren el dinero con los intereses y se refugien en el dólar, aprovechando la baja en la cotización que se avizora en las últimas semanas. De ocurrir, no solo pondría en jaque la baja del dólar sino que perjudicaría a las entidades bancarias.

Cabe aclarar que el ratio de morosidad del crédito al sector privado presenta una aceleración constante. Si bien sus números siguen siendo bajos, de acuerdo a la última medición, en el mes de agosto se ubicó en torno al 2,2%, mientras que en el mismo mes del 2015 era de 1,8%. Es de esperar un incremento en este ratio si la recesión se profundiza y extiende en el tiempo.

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Según consigna el último informe de política monetaria del Central, la entidad vendió divisas para moderar la volatilidad cambiaria por un monto de U$s 4.532 millones durante los meses de agosto y septiembre.

La amenaza externa

Otro factor que podría perjudicar la presunta “estabilidad del dólar”, que según el presidente del Central ya estaría en su punto de equilibrio, es el aumento de la tasa bancaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed). Desde el portal especializado Invertia informan que la Fed aumentará las tasas a mediados de diciembre y, de este modo, cerrarán el año en torno a 2,5%.

Este es un dato sensible puesto que uno de los motivos por los cuales el peso se devaluó fuertemente estuvo relacionado con el aumento de la tasa norteamericana en un contexto de restricción externa que hizo que fondos de inversión abandonaran sus posiciones locales y se fugarán hacia bonos norteamericanos más seguros.

Durante este año la tasa norteamericana evidenció tres aumentos, suman ocho si contamos desde el 2015. La Fed tiene como objetivo mantener baja la inflación en la economía norteamericana aplicando políticas monetaristas. La expansión de la economía estadounidense de la mano de un aumento del déficit fiscal, baja de impuestos y una agresiva política de obra pública (en noviembre del año pasado llegó al máximo histórico de u$s 1,25 billones), intensifica la estrategia de la Reserva Federal de incrementar la tasa.

Analistas de las finanzas internacionales prevén que habrá tres nuevos aumentos en el 2019, con lo cual el precio del dinero girará en torno a 3,2%. Algunos adelantan que para el 2020 estará cercano a 3,5%.

Si bien Donald Trump mostró su rechazo a la estrategia de la Fed, el aumento de las tasas mejora el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense que le permite financiar el creciente déficit presupuestario.

El repunte de la economía de la mano de Donald Trump y el relativo triunfo electoral republicano en la elección de medio término (los opositores esperaban una contundente derrota del mediático mandatario, sin embargo logró sumar bancas en el Senado), son fuertes indicios de que el comportamiento de la Fed y el rendimiento de los bonos del tesoro proseguirán por la senda mencionada. Trump está en su mejor momento político producto de la expansión de la economía.

Malas noticias del sector agropecuario

Desde el Gobierno siguen apostando a una buena cosecha para que ingresen a la Argentina dólares genuinos que permitan estabilizar el tipo de cambio, disimular la restricción externa y los riesgos del default. Sin embargo, una buena cosecha podría no generar los resultados deseados.

El Decreto 893/2017 que elimina la obligación de liquidar divisas por exportaciones, extendiendo a 10 años el plazo máximo para liquidar dólares en el mercado único de cambio y la baja del precio internacional de la soja, ponen en dudas las expectativas de Mauricio Macri.

El último informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) podría acentuar la tendencia a la baja en la cotización de la oleaginosa al proyectar mayor cosecha de soja en EEUU, Brasil y Argentina, en un contexto de guerra comercial entre el mayor productor de soja del mundo (Estados Unidos) y el principal comprador (China).

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La preocupación de los principales analistas económicos se sustenta en que luego de casi tres años de gestión Macri no logra armar un modelo de desarrollo.

Por otra parte, el esquema de retenciones que creó Cambiemos de cuatro pesos por dólar exportado para productos primarios y de tres pesos para manufacturas con valor agregado implica que se licúa el impuesto a mayor depreciación cambiaria.

Es de esperar que, producto de la baja de la soja, la libertad que el Gobierno le otorgó a los exportadores, más las retenciones generadas, el sector exportador presione para tener un dólar más alto antes de liquidar la cosecha. En efecto, no hay indicios que nos permitan afirmar que la estabilidad cambiaria de las últimas semanas se sostendrá en los próximos meses.

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