Presupuesto 2019: apostar a la recesión en una economía más regresiva

A contramano de la retórica oficialista, en los papeles el gobierno de Cambiemos se propone para el año próximo implementar una presión tributaria proyectada récord.

País 24/09/2018 Facundo Piai
FMI
El Presupuesto del próximo año es una muestra cabal de pérdida de soberanía económica, puesto que el Fondo solicita a cambio de nuevos desembolsos.

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Por: Facundo Piai - Especial para La Nueva Mañana

El deterioro de las principales variables de la economía y el Presupuesto que Cambiemos quiere aprobar para el próximo año confirman lo que veníamos sosteniendo en anteriores entregas. La libertad cambiaria y la apertura comercial indiscriminada son las principales barreras para el equilibrio económico que se pretende.

Del mismo modo que ajustar tanto el gasto al punto de ahogar la actividad económica “atenta contra el objetivo de bajar el déficit fiscal”, por una merma en la recaudación, advertíamos meses atrás. Al tiempo que, desde un principio, señalábamos como improbables las hipótesis económicas que trazaban desde Hacienda, que estimaban cerrar el 2018 con un crecimiento de la economía del 3,5%, un dólar a $21 y una inflación de doce puntos. Cifras que la evidencia empírica dejó en ridículo.

La explicación de esto radica en que casi la mitad de la recaudación del Estado es sumamente sensible al grado de actividad económica. De acuerdo a un informe publicado por Indec sobre los recursos tributarios totales del año 2016, el IVA (importes sobre bienes y servicios) representa el 28% de la recaudación bruta, mientras que los impuestos nacionales sobre la renta, las utilidades y las ganancias de capital, un 17% del total. Entonces, veníamos señalando que una recesión económica tendría consecuencias en los objetivos fiscales del Gobierno.

Tras la mala performance de la economía de este año (que según estimaciones del Gobierno la economía se contraerá alrededor de 2,4%), sumado a los condicionamientos que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI) para desembolsar nuevos préstamos, Cambiemos busca aprobar un Presupuesto con un shock de ajustes en el gasto público.

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En un contexto de deterioro económico pretenden llegar al déficit cero, ajustando los gastos e incrementando la presión impositiva.

A qué obedece la premura del ajuste

El Presupuesto del próximo año es una muestra cabal de pérdida de soberanía económica, puesto que el Fondo solicita a cambio de nuevos desembolsos que la administración nacional acelere el achicamiento de las erogaciones del Estado hasta equilibrar el déficit fiscal primario.

De este modo, Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), sostiene que “la Argentina retoma el programa de déficit cero que el FMI le había impuesto al presidente Fernando de la Rúa y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, en la agonía de la convertibilidad”.

La situación descripta nos lleva a un interrogante anterior: ¿por qué se recurre al Fondo? La economía nacional presenta un déficit de cuenta corriente. Esto quiere decir que la economía necesita más dólares para funcionar correctamente que los que logra obtener, viéndose dificultado su desarrollo.

Si bien la restricción externa es un problema estructural de la economía argentina, se profundizó a partir de diciembre del 2015 por la desregulación del comercio exterior (que significó un aumento significativo de las importaciones) y por las libertades cambiarias que facilitan la demanda de dólares en un contexto de escasez de divisas.

Los datos publicados por Indec dan cuenta de que el crecimiento del primer trimestre quedó trunco y el primer semestre concluyó con una recesión del orden de 0,5%. Se espera que el segundo semestre de 2018 sea más recesivo que el primero.

El economista Gustavo Ludmer advirtió que las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA) cayeron fuertemente desde el inicio de la corrida cambiaria (abril) hasta junio, mes en que el FMI aprobó el préstamo a la Argentina y desembolsó los primeros USD 15 mil millones.

En ese período se fugaron de la economía más de 10 mil millones de dólares. Sin embargo, desde el primer préstamo hasta el mes de septiembre se dio una corrida aún mayor, a través de la cual se fugó casi la totalidad del primer desembolso del Fondo, quedándole a la Argentina sólo los intereses de un préstamo por dólares que ya no están.

El Congreso discutirá el Presupuesto para el año próximo en un contexto en donde la recesión comienza a profundizarse. Los datos publicados por Indec dan cuenta de que el crecimiento del primer trimestre quedó trunco y el primer semestre concluyó con una recesión del orden de 0,5%. Se espera que el segundo semestre sea más recesivo que el primero. Desde el organismo de estadísticas oficial dieron a conocer que en junio se percibió un aumento del desempleo, que llegó a ser el más alto en los últimos 12 años.

Desde Cambiemos aducen que la mala performance se debe a “la peor sequía de los últimos 50 años”. No obstante, la consultora Ecolatina advierte que la devaluación, “la aceleración de la inflación y la fuerte suba de la tasa de interés”, explican el desacople de la economía. Y agrega que el segundo semestre se caracterizará por una fuerte caída del consumo y de la inversión.

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Según estimaciones del Gobierno la economía se contraerá alrededor de 2,4%.

Características del Presupuesto

Es tal la necesidad de fondos de esta administración que proponen un presupuesto con una presión tributaria proyectada récord. Sería del orden del 26,2% del PBI, según estimaciones de EcoLedesma. Este dato es curioso, puesto que el mismo Presidente y todo su equipo avizoran la presión tributaria como una barrera para el desarrollo de la economía.

Sin ir más lejos, en el programa de TV “El Diario de Mariana”, conducido por Mariana Fabiani, Mauricio Macri había sentenciado: “No podemos pagar más impuestos”, y agregó: “La Argentina tiene una carga tributaria récord en Latinoamérica”. En consecuencia, proponía bajar la presión impositiva.

El Presupuesto se caracteriza por profundizar los rasgos regresivos de nuestro sistema impositivo, en donde las rentas extraordinarias tributan poco o nada, mientras que el sistema se sostiene por el aporte de las mayorías mediante IVA o Ganancias.

En este sentido, para aumentar la recaudación proponen eliminar diversas exenciones para que más personas físicas y jurídicas peguen Ganancias, puesto que es un impuesto fácil de cobrar. De este modo, el Artículo 86° de la Ley de Presupuesto incrementa la base imponible sobre la cual actúa el impuesto a los salarios, quedando sujeto al gravamen: viáticos, movilidad, bonificación especial, responsabilidad jerárquica, desarraigo, vales de combustibles, pago de gastos de educación del grupo familiar, entre otros ítems.

Ya se fugó casi la totalidad del primer desembolso del Fondo Monetario Internacional (15 mil millones de dólares) quedándole a la Argentina sólo los intereses de un préstamo por dólares que ya no están.

En un contexto de deterioro económico pretenden llegar al déficit cero, ajustando los gastos e incrementando la presión impositiva. Así, el equipo económico advierte en el texto que acompaña al proyecto de ley que “no podremos sostener el nivel de inversiones públicas en obras relacionadas con Energía y Transporte”, sectores en los que recortarán el presupuesto en casi medio punto del PBI.

Del mismo modo, apuestan a profundizar la reducción de los subsidios a los servicios para ahorrarse cerca de un punto porcentual del PBI. “A partir del 2019, serán las Provincias y la CABA quienes definirán las compensaciones y/o subsidios al transporte dentro de sus jurisdicciones”, señala el texto. Con lo cual es de esperar futuros aumentos en el costo del boleto del colectivo.

Además, el Presupuesto sostiene la eliminación del Fondo Federal Solidario que la Nación les transfería a las provincias, 30% de lo recaudado en concepto de derechos de exportación que gravaban al complejo sojero. Así, las provincias deberán enfrentar mayores compromisos con menores recursos.

Cambiemos propone un Presupuesto hecho a la medida de su visión errática del mundo, pretendiendo que el Estado nacional, las provincias y las mayorías nacionales sean quienes financien la fuga de capitales especulativos.

Asiain: “La Argentina retoma el programa de déficit cero que el FMI le había impuesto al presidente Fernando de la Rúa y su ministro de Economía, Domingo Cavallo, en la agonía de la convertibilidad”.

 

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