Riesgos de Argentina en la guerra de aranceles por el acero

El aumento de los aranceles a la importación que anunció Trump generó tensión en el mercado internacional, y nuestro país deberá prestar mucha atención.

Economía 03/04/2018 Facundo Piai
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Macri mantuvo reuniones con Paolo Roca, quien le notificó sobre las inversiones de Techint en EE. UU. Prensa Presidencia

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La balanza comercial es uno de los aspectos que el Gobierno no debe descuidar en vistas de fortalecer la economía y disipar tormentas futuras. El año pasado, el intercambio comercial con el mundo cerró con un déficit arriba de los USD 8 mil millones, que representó 1.5% del PBI, según información oficial. Este rojo comercial obedece a dos factores principalmente: un aumento de las importaciones, por la baja de los aranceles, y una caída en los bienes y servicios que Argentina exporta al mundo, producto del viraje proteccionista que están dando muchas economías importantes.

El proteccionismo que abrazan distintos países para resolver la crisis laboral da forma al contexto en el cual se enmarca el conflicto comercial que protagonizan China y EEUU. La gestión Trump se comprometió a aumentar el empleo de su población y sacar a la economía norteamericana del letargo (el lema de su campaña fue “make America great again”, que puede interpretarse como “que Estados Unidos vuelva a ser grande”,) para lo cual la relocalización en suelo norteamericano de empresas yanquis que operan en territorio asiático y el control de las importaciones son políticas claves. En efecto, el aumento de los aranceles a la importación de acero y aluminio es una consecuencia de la relación comercial tensa que desde la Casa Blanca mantienen con el segundo PBI más grande del mundo.

Una medida que generó un cimbronazo mundial

Las regulaciones que propone Trump no solo afectan a China, por el contrario se ven perjudicadas también todas las economías con que se relacionan. Argentina se encuentra dentro de ese grupo. No obstante, el gobierno de Cambiemos logró que Estados Unidos exima a la Argentina de los aranceles al acero y aluminio. Tratativas que los funcionarios oficiales celebran como un claro éxito para el comercio exterior. No obstante, tendrá un efecto relativo en el devenir de nuestra economía.
En la negociación con el Representante de Comercio de los Estados Unidos, los funcionarios de Cambiemos recalcaron la “cooperación en defensa y seguridad” y también los distintos acuerdos económicos firmados. En la misiva enviada, citan el Acuerdo Marco en Materia de Comercio e Inversión entre las dos economías, que en su articulado propone la creación de un consejo abocado a identificar “las barreras al comercio y las inversiones entre las partes y trabajar para eliminarlas”, junto a diferentes “regulaciones que afectan al comercio y las inversiones”.

Techint, con una pata en cada lado

La medida norteamericana puso en peligro exportaciones nacionales por USD 220 millones al año. La información oficial disponible dice que durante el año pasado se exportaron a “la tierra de las oportunidades” 210.678 toneladas de tubos de acero. Esta cantidad de producción y exportación de un bien con alto valor agregado peligra más allá del proteccionismo yanqui. El principal productor de acero del país y de tubos sin costura para la industria hidrocarburífera, Techint, inauguró una planta en tierra norteamericana (Texas), para abastecer al mayor mercado de petróleo y gas del mundo. La planta se inauguró el año pasado en la ciudad de Bay City, implicó una inversión de más de mil millones de dólares, generó más de mil puestos de trabajo y tiene una capacidad instalada para producir 600 mil toneladas de tubos, sobrepasando ampliamente el volumen de acero exportado desde Argentina.

De este modo, si Techint satisface la demanda de acero de los norteamericanos desde allí, peligran tanto las exportaciones de tubos a EEUU como los puestos de trabajo de la planta que Techint tiene en la localidad de Campana, en donde “más del 70% de la producción se exporta y el mercado norteamericano es el más importante de todos”, había señalado un alto directivo al diario El Cronista. Sumado a ello, la clausura del mercado norteamericano redefine el comercio internacional de acero, puesto que los países alcanzados por los aranceles que son altamente competitivos (China, Rusia, Ucrania, Turquía, entre otros) buscarán relocalizar el excedente en otros mercados. Es indudable que la economía más grande de América del Sur está en el horizonte de estos productores de acero. Si los bienes chinos o rusos desplazan a la Argentina del mercado brasilero (el segundo destino de su producción), el sector sufrirá esos embates comerciales al reducirse el mercado internacional en el que opera.

Acero barato se vende

Los efectos del proteccionismo norteamericano no se acaban con la eximición de la Argentina. Actualmente hay una estampida de acero barato en busca de colonizar nuevos mercados y el aperturismo comercial de Cambiemos les resuelve la ecuación. A todo esto, si el Presidente sigue pensando que el librecambio es un acto civilizatorio y no toma medidas para preservar a la producción local de acero, les abrirá las puertas a bienes que son comercializados a precio dumping. Esto no sólo acentuaría el déficit comercial, también pondría en peligro los puestos de trabajo que genera la industria siderúrgica.

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