Por el boom importador, crece la dependencia del Gobierno con el FMI por el dólar

La necesidad de hacerse de dólares frescos vía nuevo endeudamiento evidencia que con las divisas genuinas que ingresaron hasta el momento no alcanza para garantizar la estabilidad.

Economía09/03/2025 facundo piai
Caputo y Georgieva del FMI
CAPUTO Y GEORGIEVA.En busca de mantener el dólar quieto y la tendencia inflacionaria a la baja, para mantenerse competitivo electoralmente, el Gobierno pretende un nuevo acuerdo con el Fondo. Foto archivo NA

En busca de mantener el dólar quieto y la tendencia inflacionaria a la baja, para mantenerse competitivo electoralmente, el Gobierno pretende un nuevo acuerdo con el Fondo. Si bien hace tiempo que vienen manifestando que al deal “solo le falta el moño”, lo cierto es que en la última semana surgieron indicios fuertes que van en esa dirección.

Por un lado, Alejo Czerwonko -jefe de inversiones para mercados emergentes del banco suizo UBS- publicó que el nuevo acuerdo vendrá con desembolsos por 20 mil millones de verdes. Asimismo, en sintonía con los avances, el gobierno comunicó que enviará al Congreso un decreto que le permitirá cerrar el acuerdo con el FMI saltando la discusión parlamentaria que exige la legislación argentina.   

No obstante, desde el organismo de crédito multilateral la información sobre el avance del nuevo programa continúa siendo vaga. “Seguimos avanzando”, “estamos trabajando”, “el nuevo programa aprovecharía…”, son algunas de las expresiones usadas por los técnicos sobre el caso argentino. Hasta el momento, desde Washington solo emiten gerundios y potenciales. 

De cualquier manera, la primera consecuencia de estas acciones fue positiva. La oportunidad de estos anuncios puso paño frío a las tensiones cambiarias que comenzaban a poner un signo de interrogante sobre el control cambiario que implementa la administración Milei. Esta expectativa, sin embargo, puede ser un arma de doble filo, en tanto que aquello que sirve para el corto plazo puede ser perjudicial en el mediano. Puesto que de no conseguir desembolsos acordes a la expectativa generada por el economista del banco suizo los nuevos giros del Fondo pueden saber a poco para el mercado. 

La necesidad de fondos expone lo que el Gobierno esconde

La necesidad de hacerse de dólares frescos vía nuevo endeudamiento evidencia que con las divisas genuinas que ingresaron hasta el momento no alcanza para garantizar la estabilidad. Lo cierto es que si bien los compromisos de deuda en moneda extranjera con el FMI y otros bancos no son significativos en los próximos meses (poco más de u$s3,5 mil millones, de acuerdo a la Oficina de Presupuesto del Congreso), la principal preocupación pasa por las dificultades que el Banco Central tiene para acumular reservas. 

 Sólo en lo que va del año las reservas internacionales perdieron más de 3 mil millones de dólares, de acuerdo a los datos cambiarios publicados diariamente por la máxima autoridad monetaria. Además, si hacemos un análisis en retrospectiva vemos que el balance del Central acumula 8 meses consecutivos en rojo. Debemos retrotraernos a mayo del año pasado para dar con un mes en el que los dólares que ingresaron al sistema superaron a los requeridos.

De modo tal que el Gobierno experimenta un problema de flujo de dólares que de acentuarse habrá un exceso de demanda de dólares con el riesgo de que termine corrigiéndose mediante un salto cambiario. Nada nuevo. Un problema estructural de la economía nacional. El problema radica en que las proyecciones para este año son altas en cuanto a egreso de divisas y no hay indicios de que vaya a haber un boom de exportaciones que inyecte dólares adicionales para mantener el tipo de cambio estable. 

Apertura importadora con dólar barato potencian el desangre del Central

El desangre de dólares de enero fue de magnitud en algunos sectores y auguran dificultades cambiarias de profundizarse en los próximos meses. El que más se destacó en el consumo de divisas por importaciones fue el sector automotriz llegando al récord de poco más de u$s2 mil millones solo en enero. Si a eso le restamos las exportaciones generadas por el complejo automotriz el rojo de esa balanza llega a -1,2 mil millones de dólares. Siendo así el mayor déficit del sector de la última década para un mes de enero. 

En el mismo sentido, la desregulación, flexibilización de las barreras para importar y la apreciación del tipo de cambio también impactaron en la compra de bienes de consumo. Esto se observó durante el primer mes del año con un incremento de 1.176% respecto a enero del 2024. Acumulando uno de los déficits más grandes de los últimos 10 años. Lo mismo podemos decir de los pagos de importaciones de la industria química, un sector pro cíclico, lo cual significa que sus importaciones incrementan mucho en los años en que la economía logra saldo positivo. 

De modo tal que en lo que va del año, la industria química tuvo un déficit de u$s470 millones, cuando un año atrás conseguía un superávit de u$s150 consecuencia de la poca importación por la devaluación y la contracción económica. Pasando al lado de los servicios, los gastos en el exterior también merecen especial atención, generando un déficit de u$s1.112 millones en enero atraído por el tipo de cambio apreciado. Se trata de un crecimiento del déficit interanual de 470%. Hasta el momento, por la vía del gasto en el exterior se fueron en torno a 7 mil millones de dólares desde que asumió el actual gobierno.

Por levantamiento de “cepo” o corrida esperan suba luego de la elección

A diferencia del año pasado en el cual la baja de la inflación y la estabilidad cambiaria tenían como aliado la recesión de la economía, al esperarse ahora un efecto rebote con un calentamiento de la actividad habrá naturalmente más importaciones. Consecuentemente, está prácticamente descartado que vaya a haber superávit en el sector externo. De hecho, todo indica que de proyectarse en el resto de los meses lo observado en enero habrá déficit y será importante.   

Por lo que aumenta la necesidad del gobierno de llegar a un acuerdo por nuevos desembolsos para poder defender el tipo de cambio actual. Sin embargo, en conferencia de prensa, la vocera del FMI, Julie Kozack, manifestó que “existe un entendimiento compartido sobre la necesidad de seguir adoptando un conjunto coherente de políticas cambiarias”. Esto es entendido por los economistas como “actualización del valor del dólar”.  

No pocos analistas sostienen que el nuevo programa permitiría mantener estable el dólar (todo depende de cuanto sean los nuevos desembolsos a realizar), pero dan por descontado un salto cambiario para después de las elecciones. 

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