El mensaje de Cristina al peronismo: hay que organizar una fuerza que sea “alternativa de gobierno”

"Hay que poder enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas", expresó la ex presidenta y cuestionó que las políticas sociales perdieron su carácter de "universal" y que no se pudo superar el "consignismo".

Política06/09/2024Redacción La Nueva MañanaRedacción La Nueva Mañana
Cristina Fernández by @CFKArrgentina
Hay que poder enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas para poder alinear pensamiento, palabra y acción.Foto ilustrativa: gentileza

En el último tramo de la carta que publicó este viernes por la mañana, bajo los subtítulos "El peronismo se torció" y "El peronismo se desordenó" Cristina Fernández ensayó una lectura autocrítica del último gobierno peronista y planteó algunos ejes para la generación de una estrategia que permita "organizar una fuerza política que vuelva a representar mayoritariamente, para pasar de ser oposición a alternativa de gobierno".

Con una clara referencia a las decisiones tomadas por el ex presidente Alberto Fernández, Cristina planteó que el peronismo se torció "cuando olvidó que los muertos no pagan las deudas y convalidó el préstamo multimillonario e irregular que el FMI"; y "cuando por primera vez en un gobierno peronista los trabajadores registrados no llegaron a cubrir la canasta básica total (CBT)", pese a que "la tasa de desempleo tuvo un excelente comportamiento alcanzando el nivel más bajo de las últimas décadas con el 5,7%".

Cuando "no recuperó el carácter universal que caracterizó a sus políticas sociales y que impedían el surgimiento de clientelismos que solo contribuyen a dividir y a enfrentar a los sectores populares entre sí, e irritar a nuestras clases medias"; "cuando mal administró las divisas obtenidas por superávit comerciales excepcionales y debilitó la fortaleza del Estado para administrar la economía bimonetaria de la Argentina"; y cuando "a pesar de haber atravesado la pandemia con una correcta gestión sanitaria", se "anuló la palabra presidencial por la aparición de un documento fotográfico donde se comprobaba la violación de las normas de aislamiento por parte de quien las había firmado".

Y finalmente afirmó que el peronismo se desordenó "cuando no advirtió la modificación de las relaciones laborales de la población económicamente activa, donde los trabajadores registrados en la actividad privada no solo son minoría, sino que además, sólo el 40% de ellos está sindicalizado".

Alertó que la consecuencia objetiva es que las representaciones sindicales características del siglo XX y fundantes del peronismo, ya no son la expresión mayoritaria de los trabajadores.

También se desordenó el peronismo, según la ex presidenta, "cuando no avanzó sobre el viejo modelo de Estado omnipresente que derivó en ineficiencia e ineficacia y no construyó una nueva estatalidad más vinculada a la comunidad y su organización a través de la participación de sus diferentes estamentos".

Aseguró que tal ineficiencia e ineficacia deriva en burocracia y es observada por el resto de la sociedad no sólo con mirada crítica por la falta de resultados o de calidad de los servicios en la vida cotidiana, sino porque se termina viendo el empleo estatal como un privilegio frente al resto y, por lo tanto, un “gasto innecesario” que debe ser suprimido.

Asimismo, subrayó que el peronismo se desordenó "cuando no impulsó la reversión del déficit fiscal a través de la reducción del gasto tributario existente por eximiciones, exenciones o promociones a sectores concentrados de la economía; junto a una reforma tributaria que no solo simplificará la administración impositiva, sino que permitiera construir un sistema más racional y equitativo".

También le endilgó al partido no haber planteado una revisión y reforma profunda de la educación pública, y no pudo superar el consignismo de la desigualdad social por un lado y el gatillo fácil por el otro para abordar un plan de seguridad de carácter integral, donde además se aborde el problema cada vez más creciente del avance narco en las barriadas populares como consecuencia del retiro del Estado y la porosidad de las fuerzas de seguridad.

"Cuando dejó de recordar que no solo donde hay necesidad hay un derecho, sino también una obligación y que el trabajo es un derecho, pero también es un deber, por lo que es justo que cada uno produzca por lo menos lo que consume" y "cuando no reparó en las profundas modificaciones surgidas en el campo de la comunicación social por el avance de la tecnología: una trasformación de magnitudes similares a la imprenta de Gutenberg".

En ese marco, concluyó que "hay que poder enderezar las experiencias y ordenar las nuevas demandas para poder alinear pensamiento, palabra y acción: una trilogía indispensable a la hora de formular propuesta y estrategia que permitan organizar una fuerza política que vuelva a representar mayoritariamente, para pasar de ser oposición a alternativa de gobierno".

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