El EAAF cumplió 40 años de trabajo científico aplicado a la búsqueda de verdad y justicia

Abuelas de Plaza de Mayo celebró este jueves el aniversario de la prestigiosa institución científica, clave en la identificación de restos de personas desaparecidas y en la recuperación de las identidades de nietos y nietas apropiadas durante la última dictadura.

País 23/05/2024 Redacción La Nueva Mañana Redacción La Nueva Mañana
Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)
"Desde 1984 nuestro desafío es el mismo: buscar, identificar y restituir a víctimas de violencias a sus familias". Foto: EAAF

A través de un texto titulado "Los huesos no mienten", la asociación Abuelas de Plaza de Mayo celebró este jueves los primeros 40 años de vida del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), la prestigiosa institución científica que viene brindando un aporte inestimable para la identificación de restos de personas desaparecidas y la recuperación de las identidades de nietos y nietas apropiadas durante la última dictadura; entre otros aportes, tanto en la Argentina como en otros países del planeta.

El título elegido por Abuelas hace alusión a “los huesos no mienten ni olvidan”, la emblemática frase que utilizaba el antropólogo estadounidense Clyde Snow, testigo en el Juicio a las Juntas y formador de los primeros miembros del EAAF.

Ciencia para develar lo oculto

El mismo EAAF repasa su origen en los comienzos de de 1984, cuando la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) y Abuelas de Plaza de Mayo, solicitaron la asistencia de Eric Stover, entonces director del Programa de Ciencia y Derechos Humanos de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), con sede en Washington DC, Estados Unidos.

Entre los miembros de la delegación de AAAS estaba Clyde Snow, uno de los más destacados antropólogos forenses del mundo. Snow recurrió a arqueólogos, antropólogos y médicos para comenzar las exhumaciones y el análisis de los restos óseos encontrados, con una metodología científica. Así nació el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

Snow regresó a la Argentina en repetidas oportunidades para capacitar a los miembros fundadores del EAAF: Patricia Bernardi, Mercedes Doretti, Luis Fondebrider y Morris Tidball Binz. Los ayudó a conformar la organización y participó de numerosas exhumaciones e identificaciones.

El EAAF se convirtió así en una organización científica pionera en el mundo, por trabajar de manera multidisciplinaria, alineada con los intereses de las víctimas y abarcando todos los pasos de la investigación, desde el contacto inicial con las familias hasta la restitución de los restos, pasando por el trabajo de búsqueda, recuperación y análisis de laboratorio.

El testimonio de Snow en el Juicio a las Juntas Militares en Argentina resultó vital para demostrar científicamente el asesinato de personas desaparecidas a partir del análisis de las lesiones de cuerpos recuperados de fosas clandestinas.

Hasta su fallecimiento en 2014, Snow compartió más de 30 años de trabajo con el EAAF en un momento de crecimiento profesional e institucional, en proyectos en Argentina, Chile, Perú, El Salvador, Guatemala, México, Etiopía, Croacia, Kurdistán, Iraq, Zimbabue, República Democrática del Congo, Sudáfrica y Filipinas, entre otros países. En honor a este estrecho vínculo, el edificio de la sede central del EAAF en Buenos Aires, inaugurado en 2017, lleva el nombre de “Clyde Snow”.

La historia de Liliana

“El caso de Liliana era emblemático, porque representaba el de todas las embarazadas que fueron mantenidas vivas el tiempo necesario para parir a sus hijos”, diría el antropólogo forense Clyde Snow tras declarar en el Juicio a las Juntas. Se refería a Liliana Carmen Pereyra, desaparecida el 5 de octubre de 1977 en Mar del Plata, embarazada de cinco meses, con su esposo Eduardo Alberto Cagnola.

El relato corresponde a la publicación que en su homenaje, publicó Abuelas de Plaza de Mayo.

Para su declaración, Snow dispuso una pantalla a la izquierda del estrado donde comenzaron a desfilar imágenes de osamentas. Traductor mediante, fue describiendo las diapositivas que ilustraron su testimonio, en el que contó la historia de Liliana, desde el secuestro y la exhumación de sus huesos hasta la exhibición de la evidencia que demostraba que había dado a luz semanas antes de ser ejecutada, desde corta distancia, con un escopetazo en la cabeza. La foto que cerró la exposición fue un retrato de Liliana.

“Los huesos no mienten ni olvidan”, explicaba Snow. En 2008, el hijo de Liliana Pereyra recuperó su identidad. Así, se terminó de confirmar que la reconstrucción de Snow era del todo cierta.

Un camino en expansión

Desde las redes del EAAF compartieron una breve publicación en la que dan cuenta de esta historia atravesada por la ciencia aplicada a la memoria, la verdad y la justicia: "Desde 1984 nuestro desafío es el mismo: buscar, identificar y restituir a víctimas de violencias a sus familias y aportar pruebas científicas a la justicia para condenar a los perpetradores".

Agregan desde el EAAF: "En el camino recorrimos más de 65 países, incorporamos múltiples disciplinas científicas y nuevas tecnologías de búsqueda, logramos tener nuestro propio laboratorio de genética forense e intervenimos en contextos que nunca habíamos imaginado".

Y concluyen: "El corazón de nuestro trabajo sigue siendo ese momento de encuentro con las familias, cuando les contamos qué pudimos averiguar sobre lo que le ocurrió a su ser querido".

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