Se viene en Córdoba el Primer Congreso Internacional Yupanquiano

“POR UN MUNDO DE HERMANOS”
Con múltiples actividades, pero con la premisa excluyente de exaltar la obra de Atahualpa Yupanqui, se realizará en Córdoba el Primer Congreso Internacional Yupanquiano.
Los días 7 y 8 de septiembre, en el Centro Cultural Córdoba, habrá exposiciones magistrales de especialistas y presentación de trabajos de investigación y ensayos sobre la obra de Atahualpa Yupanqui y de Nenette Pepin Fitzpatrick (o Pablo del Cerro).
El Congreso, con el lema “Por un mundo de hermanos”, cerrará el sábado 9 de septiembre, en la Casa Museo “Agua Escondida”, en Cerro Colorado. “Nos vamos todos para allá, inauguraremos la nueva biblioteca La Capataza y después haremos música, como siempre, como suele suceder los mediodías en Cerro Colorado”, explicó a LNM Roberto Chavero.
Organizado por la Fundación Atahualpa Yupanqui, tiene el auspicio del Ministerio de Cultura de la Nación, la Agencia Córdoba Cultura y la Universidad El Salvador. La participación es libre y gratuita y las acreditaciones se hacen en el correo [email protected].
La profunda obra de Atahualpa
Durante tres días, se abordará la extensa y siempre vigente obra de Héctor Roberto Chavero, Atahualpa Yupanqui. En el Congreso tendrá un espacio especial la producción y la influencia de Nennette, su compañera tanto artística como personal, que firmó siempre sus composiciones como Pablo del Cerro.
Profundizar sobre el universo yupanquiano y su comprensión. Resaltar la vigencia de sus creaciones musicales y literarias y cómo atraviesan el tiempo. Todo eso estará presente en las exposiciones, ponencias y espectáculos musicales previstos en el programa. Sobre la música del gran creador, durante las tres jornadas se debatirá su estilo, sus variantes y la particular forma de interpretar la guitarra.
En cuanto a la literatura de Yupanqui, se desmenuzará el lenguaje y las palabras, su prosa, la poesía yupanquiana en sus distintas etapas, los temas y su compromiso social.
No estará ausente la filosofía en el pensamiento de Atahualpa, sobre la vida y la existencia humana. Y la inclusión en sus obras de la cuestión política, social y la ecología.
Cultores de la obra de Yupanqui
Roberto “Coya” Chavero preside la fundación Atahualpa Yupanqui, y es hijo del gran creador muerto en Francia en 1992. Impulsor de este Primer Congreso Yupanquiano, cuenta con entusiasmo a La Nueva Mañana cómo se organizó y la convocatoria a “algunas personalidades que se han interesado por la obra de mi padre, gente que ha escrito libros sobre él, que ha estudiado su obra”.
Y enumera las presencias en el encuentro: “Vamos a tener, entre otros, a Manuel Urtizberea, de Francia, que escribió el libro ‘La voz de un continente’, dedicado justamente a la obra artística de mi padre. Va a estar también Guillermo Pareja Herrera, un psicólogo, discípulo de Viktor Frankl, el creador de la ‘logoterapia’, y que escribió también un libro que se llama ‘El canto que cura y sana’; él en sus terapias utilizaba ‘El payador perseguido’. Pretendemos mostrar la universalidad de la obra de Atahualpa, desde el punto de vista de la filosofía, la literatura y la música, o sea, desde el pensamiento libre”.
Chavero no quiere omitir otras participaciones, y destaca a Eliana Abdala, autora de ‘Guitarra dímelo tú’; Máximo Arbe, autor de ‘Andar porque sí no más’ y Demétrio Xavier, de Porto Alegre, que acaba de traducir al portugués ‘El payador perseguido’ y ‘El canto del viento’.
Hay más: Jorge Morales, de Chile pero que vive en Río Negro, expondrá cómo en su trabajo docente utiliza a Yupanqui en las escuelas. Y Liliana Rega, la directora de la Biblioteca de la Universidad de El Salvador, quien promovió un convenio con la Fundación para digitalizar los títulos de los libros de La Capataza.
La influencia de Pablo del Cerro
“Obviamente Nennette va a estar presente con su música, porque es inescindible, tanto en la vida como en la obra de mi padre”, explica Coya. Y agrega que, por esa conjunción, viniendo de distintos orígenes, “distintas culturas, atravesando multitud de avatares en sus vidas, construyeron los dos una obra de carácter universal”. De ahí que el lema sea “Por un mundo de hermanos”. Y subraya: “A pesar de que hace más de 30 años que ambos murieron, su obra sigue llamando la atención, interesa y está presente en muchos lugares del mundo”.
Nenette Pepin Fitzpatrick, la compañera de vida de Atahualpa, la conocemos más por el seudónimo con que firmó sus obras: Pablo del Cerro.
“Cultura criolla”
“Coya” Chavero ya piensa en la continuidad del encuentro, “hacerlo cada tres o cuatro años”. Y no quiere dejar de destacar que “se presentará un video testimonial del Instituto Nacional Cervantes de España, y otro del Otoño Cultural de Huelva, a cargo de su director, Jaime de Vicente Núñez. “Por eso el carácter internacional del Congreso”, dice.
Y desgranó el concepto “cultura criolla”, algo que atraviesa el universo, el imaginario de Yupanqui. “Quienes participarán, no se prepararon para cantar Yupanqui porque hay un congreso. Conocen su obra desde siempre, son intérpretes solistas que responden al mismo perfil artístico de mi padre y recuperan esto del cantor criollo con su guitarra, que va de pago en pago, cantando canciones que tienen que ver con el paisaje, las costumbres, los personajes”, amplía Chavero.
Para él, el objetivo del encuentro es que se recupere la figura del cantor criollo. “La cultura criolla está esparcida en todo el mundo. No se expresa de igual modo en ningún país, pero el concepto es el mismo. Es la confluencia de distintas culturas a través de la historia de la humanidad que hace que, los indios navajos hagan dibujos de arena en la arena para su ceremonia, igual que los tibetanos”.
Y profundiza: “Mi padre recogió la vidala dolorosa en la Puna y otro maestro interpreta en el piano la misma melodía, pero del Tibet. A medida que uno investiga, ve por qué Yupanqui con su guitarra y su canto criollo interesó en todo el mundo. Los públicos no eran latinoamericanos en el destierro o nostálgicos, era público del lugar, franceses en Francia, alemanes en Alemania, griegos en Grecia, marroquíes en Marruecos…”.
No decae el entusiasmo, a pesar de que hay que concluir. “Pretendemos que el congreso contribuya a despertar ese cascabel que tenemos todos, que suena dentro nuestro. En algún momento nos paramos frente a una laguna, frente a un río, un arroyo, una montaña, una pampa, una llanura, un desierto… y ese paisaje algo nos dice y eso tiene que ver con la cultura criolla, con el hombre que creció caminando esas tierras”.
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