Juntos por el Cambio incorpora jugadores mientras se frota las manos por la situación económica y una nueva caída en desgracia del discurso libertario de Javier Milei.
Ed Impresa 28/04/2023
César Martín Pucheta
Más allá de la disparada del dólar y su consecuente espiral inflacionario que parece ser cíclico en la Argentina de los últimos años, las fuerzas políticas continúan dirimiendo sus estrategias de cara a las elecciones de agosto. Allí, en primera instancia se definirán las candidaturas, pero también, en el actual contexto de falta de certezas y de expectativas en baja, se puede definir algo más que eso. El destino de la economía argentina y la suerte del último tirón de la presidencia de Alberto Fernández también se pondrán en juego el 13 de agosto. Por esa razón, a contramano de lo que repiten los análisis tribuneros de ocasión, lo que suceda en las próximas elecciones resulta crucial para imaginar el porvenir de los argentinos y argentinas.
En esa línea de análisis, también es necesario afinar las estrategias de cada uno de los espacios de cara a la interna. Son las mismas voces que advierten sobre la necesidad de una salida “técnica” alejada de “lo político” las que repiten hasta el hartazgo que la economía, y por sobre todo esa entelequia a la llaman “los mercados”, se mueven por expectativas. Esas expectativas las genera la política.
La semana pasada, hablamos en este espacio del debate dolarizador que Javier Milei había llevado a la cumbre empresaria secreta del Llao Llao y la consecuente baja de acciones que, desde el sector empresario, empezaron a sufrir sus sueños presidenciales. En el mismo lugar, los puntos más altos se repartieron entre el Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. ¿Se suman al final del camino? Es la gran pregunta que por estas horas ocupa a todo el campo político nacional. ¿Eso quiere decir que la era del Frente de Todos, o como vaya a llamarse en una eventual nueva etapa del frentismo peronista, está terminada? Por supuesto que no. Sobre todo, teniendo en cuenta la dificultad para arribar a una respuesta certera para la pregunta anterior.
Las dos grandes coaliciones, y posiblemente el armado de La Libertad Avanza de Javier Milei, concentran sus principales potencialidades en las debilidades ajenas. El detalle es que, en un escenario de ausencia total de debate directo, esas debilidades sólo son fruto de las propias dinámicas interna de los partidos y las coaliciones. No hay discusión en la que uno u otro salga mejor parado. Si se equivoca, se equivoca en soledad. Y el costado opositor hace leña de ese árbol que se cae.
Juntos por el Cambio aprovechó la mala recepción del debate dolarizador que intentó instalar, y logró concretar Milei. Lo hizo a partir del activo de gestión del que hacen gala las partes que lo integran y de la buena relación con el círculo empresario que se sostiene desde el nacimiento mismo del PRO, el partido que concentra a los principales presidenciales del espacio. También con la suerte del economista libertario como ancla y trampolín, el sector de Horacio Rodríguez Larreta logró una incorporación que desde hace rato ansiaba: la de José Luis Espert.
Quedan apenas pasos formales para que el diputado nacional de Avanza Libertad se sume oficialmente a la principal coalición opositora y, si ninguno de sus planes se modifica, se convierta en uno de los precandidatos que engordan la oferta cambiemita que enfrentará a Axel Kicillof en las PASO de la Provincia de Buenos Aires. La llegada es fruto de numerosas negociaciones que se vienen dando desde hace ya tiempo y tienen como objetivo una meta en la que coinciden los opositores más duros y los más dialoguistas: terminar con el kirchnerismo. Los del lado del alcalde porteño hablan de un “consenso entre el 70% de los argentinos” y los del lado de Espert dicen “un gran frente electoral para terminar con el populismo”. La diferencia, se verá, es prácticamente nula.
Pero la llegada del diputado al cambiemismo también responde a la realidad a la que dábamos cuenta la semana pasada en este espacio: el crecimiento de Milei en las encuestas, que generó un paulatino pero constante éxodo de militantes y dirigentes que se encolumnaban detrás de la bandera de Avanza Libertad, el partido de Espert, hacia su espejo más brilloso, La Libertad Avanza. Para Rodríguez Larreta, y todo el grupo que prefiere su liderazgo al de Bullrich, es también una forma de equilibrar la dureza discursiva interna sin necesidad de exponer a sus referentes más visibles, que están obligados a salir a la caza de los votos “de centro” ante la oferta por derecha concentrada por la ex ministra de Seguridad y el libertario despeinado.
Fue Maximiliano Ferraro, el titular de la Coalición Cívica, el encargado de oficializar el avance de esta semana. “Como Presidente de la Coalición Cívica ARI, recibí una carta de José Luis Espert, del espacio Avanza Libertad, en que expresa su preocupación por la crisis económica de un gobierno sin rumbo. En ella propone ampliar el espacio opositor, sumándose a Juntos por el Cambio para aunar esfuerzos y llevar adelante las políticas de estado que permitan superar la decadencia y promover el progreso y desarrollo sostenido del país”, escribió.
“Para la Coalición Cívica, Juntos por el Cambio debe ser siempre un espacio amplio, que sume a todos aquellos que defiendan la democracia, la libertad, el humanismo y los valores republicanos. Por eso apoyo la propuesta de Avanza Libertad de sumarse a nuestro espacio. El país necesita de cada uno de nosotros para salir adelante”, concluyó el lilito que también se reunió, en medio de la crisis cambiaria, con Gerardo Morales, presidente de la UCR, y Miguel Ángel Pichetto, el titular de la pata peronista dentro de la coalición. Con aviso anticipado, el encargado de suplantar a Bullrich en la presidencia del PRO, Federico Angelini, pegó el faltazo a su primer cónclave.
Con menos apuro que los ciudadanos de a pie, las cabezas opositoras acordaron una reunión con los equipos económicos para la próxima semana. Van a “analizar la situación” del dólar, mientras la economía parece prenderse fuego de modo cotidiano. Pero el movimiento no sorprende. Al cierre de esta edición, tres economistas que cumplieron roles centrales durante el macrismo fueron acusados por el presunto delito de traición a la Patria.
Hernán Lacunza, Alfonso Pray Gay y Guido Sandleris fueron sindicados por el abogado Daniel Valmaggia como responsables de una acción “coordinada” para “atemorizar a la población” y “generar un golpe de mercado”. La causa cayó en el juzgado de Daniel Rafecas, que dio vista al fiscal Eduardo Taiano para que dictamine si corresponde o no impulsar la investigación. Lacunza, Prat Gay y Sandleris están acusado por haber utilizados sus influencias para pedirle al Fondo Monetario Internacional que demore o suspenda definitivamente las ayudas económicas al Gobierno argentino, hasta tanto no asuma una nueva gestión.
De eso se tratan las expectativas.
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