Rosario: una poblada atacó la casa de un sospechoso por el crimen del niño

Un hombre de 35 años fue asesinado este lunes de un balazo en la cabeza cuando intentaba vender un auto usado, en la ciudad santafesina de Rosario, donde ya suman 64 las personas asesinadas en lo que va del año.
La víctima fue identificada por sus iniciales de G.L.G y fue ultimado de un disparo de arma de fuego en la cabeza cuando durante la tarde de este lunes se encontraba en bulevar Rondeau al 3900, en cercanías a un taller mecánico.
El hombre fue baleado por otro que presuntamente simuló estar interesado en el vehículo Fiat Duna que la víctima tenía a la venta. Previamente, el hombre habría recibido un llamado telefónico y al concurrir para mostrar el auto en venta fue atacado a balazos, tras lo cual, el agresor escapó, al parecer, sin robar nada.
Por su parte, un hermano de la víctima dijo a la prensa que, según supone, el asesino "habrá querido robar el auto" y que la víctima "habrá querido defenderse" ya que era "temperamental".
El hombre contó que su hermano no tenía "el celular encima" y que solía "publicar en Internet" los vehículos que vendía. "Yo publiqué por una perrita perdida y me empezaron a extorsionar, así que imagínense cómo está Rosario", indicó el hermano de la víctima.
"Te matan en todos lados. A mi me robaron un pedazo de corazón", expresó el hombre, conmocionado, y recordó que su hermano tenía esposa y tres hijos.
Respecto a la posibilidad de que se haya tratado un crimen por problemas personales, el testigo negó que su hermano tuviera enemigos.
Pueblada por el crimen de un niño
Un hombre a quien los vecinos acusaban de ser miembro de una banda dedicada al narcomenudeo fue detenido en el marco de la investigación por el crimen de Máximo Jerez, el niño de 11 años baleado este domingo junto a tres primos que festejaban un cumpleaños en una calle de la ciudad de Rosario.
Los vecinos atacaron en la tarde de este lunes a piedrazos el frente y derribaron las paredes de la casa del sospechoso, a la que sindicaban como un búnker de drogas.
El fiscal del caso, Adrián Spelta, de la Unidad de Homicidios Dolosos de Rosario, confirmó a la prensa que el hombre detenido, de quien no suministró su identidad, no fue quien disparó y mató al niño, sino que era el destinatario de los balazos que efectuaron los atacantes que circulaban a bordo de un auto y que pertenecen a una banda rival que se disputa el territorio para la venta de droga en el barrio "Los Pumas".
El arresto del sospechoso -y de otros miembros de su familia- y los incidentes se iniciaron cerca de las 13, cuando los vecinos comenzaron a agolparse frente a una vivienda ubicada en la calle Cabal bis al 1300.
Entre los manifestantes se hallaban el padre del niño, otros familiares, amigos y vecinos, quienes comenzaron a atacar a piedrazos el frente de la casa precaria, desde la cual, el sospechoso y sus familiares subieron a una terraza y respondieron con botellazos hacia los manifestantes, por lo que el desorden fue en aumento.
La tarde de furia en el barrio "Los Pumas" quedó registrada en imágenes por cámaras de distintos canales de televisión, en las cuales se observó el momento en el que un hombre desde la terraza de la casa extrajo un arma de fuego y efectuó varios disparos contra la gente.
Varios grupos de policías especiales llegaron pocos minutos más tarde, y lograron detener al sospechoso, a dos de sus hijos y a otros familiares que se hallaban dentro de la vivienda, mientras disparaban balas de goma contra los vecinos para dispersarlos.
En cierto momento, la policía se llevó a todos los detenidos y la casa quedó a merced de los vecinos, que con mazas, martillazos y palazos lograron derribar paredes y saquear todo lo que quedaba en el interior de la vivienda, que -según decían- se trataba de un búnker desde donde se vendían drogas.
Mientras la casa era derrumbada, los vecinos aplaudían y "marcaban" otras casas que consideraban que eran utilizadas como kioscos de drogas y también fueron atacadas e incendiadas.
Los vecinos se llevaron de la casa la heladera, desmantelaron los baños y se llevaron los inodoros y hasta al perro, tras lo cual realizaron un principio de incendio dentro de la propiedad que a los pocos minutos fue sofocado.
Varios manifestantes resultaron heridos, entre ellos el padre de Máximo, que recibió varios perdigones de goma disparados por los policías para dispersar a los manifestantes, mientras que la tía del niño asesinado sufrió una descompensación.
Por la mañana, el fiscal de turno de la Unidad Fiscal Especial de Homicidios Dolosos a cargo de la causa, Adrián Spelta, informó que había sido identificado el auto desde el cual se efectuaron los disparos que mataron a Jerez e hirieron a sus primos -de 2, 13 y 14 años- y dijo que la principal hipótesis apunta a un ataque “atravesado por el narcotráfico” y por una pelea “por el territorio”, de la cual eran ajenos tanto los niños como sus familiares.
"Las victimas son totalmente ajenas al ámbito delictual, algunas de ellas son familiares de personas que están al frente de comedores barriales y no tienen ninguna vinculación. Los disparos fueron hacia uno de los referentes de una de las partes", dijo el fiscal, quien agregó que existe "un conflicto entre las bandas por hechos anteriores y de territorialidad".
Spelta explicó que existieron "muchos disparos en toda la cuadra" y afirmó que, a su criterio, "se han corrido todos los límites. Había códigos que venían manteniendo, pero han sido alterados"
El estado de salud de los otros tres niños
En tanto, la directora del Hospital de Niños Zona Norte de Rosario, Mónica Jurado, informó que los tres chicos baleados que siguen internados ingresaron en el mismo momento que Jerez, con "heridas de arma de fuego con distintas lesiones" aunque con "buena evolución".
"Dos niños están en sala de internación conjunta, con sus familiares, evolucionando. La niña de dos años tiene una lesión y una fractura del humero proximal. El de catorce está con una lesión en la boca, en el labio superior, que lesionó partes blandas, pero que no provocó lesión ósea", agregó Jurado.
Sobre el chico de 13 años, la directora médica dijo que "está en la sala de cuidados intensivos, en estado reservado, pero con buena evolución, sin asistencia respiratoria, con una lesión hepática y de neumotórax, por lo que tiene un tubo para drenar esa lesión".
En este sentido, puntualizó que el adolescente "permanece con la bala alojada en la zona paravertebral sin lesión ósea de la médula espinal. Fue un milagro".
Jurado explicó que el chico de 14 años recuerda que "escupió la bala, por lo que probablemente el proyectil haya tocado alguna otra superficie y por eso no hizo tanto daño".
En tanto, sobre Jerez, la directora médica dijo que el niño “llegó sin vida" al hospital.
Fuente: Télam
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