Los vínculos hoy: “Lo que está en crisis es la cultura del amor romántico”

En la era de lo efímero y del individualismo, las relaciones afectivas atraviesan un proceso de cambio. Diálogos con la sexóloga María Eugenia Bazán y la psicóloga Karina Abella.

Ed Impresa 17/02/2023 Gabriela Yalangozian Gabriela Yalangozian
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“Hoy vivimos una crisis de la cultura del amor romántico", asegura la sexóloga María Eugenia Bazán. Ilustración: gentileza.

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Relaciones “sin títulos”, el poliamor, las parejas abiertas, los amigovios, los “chongos” con o sin exclusividad son solo algunas de las nuevas formas de relaciones afectivas que surgieron en los últimos años, donde la construcción de un vínculo con otra persona abre un abanico de opciones y  requiere de “consensos”. La sexóloga María Eugenia Bazán Quiroga y la psicóloga Karina Abella reflexionaron con La Nueva Mañana sobre cuáles son las consultas que actualmente reciben en sus consultorios y los consejos para construir vínculos saludables y una sana afectividad. 

El fin de la “media naranja” y el príncipe azul

“Hoy vivimos una crisis de la cultura del amor romántico que generación tras generación se fue forjando. Y esa crisis comprende la idea de la ´media naranja´, ´del príncipe azul´, de ´hasta que la muerte nos separe´. La idea de la construcción de una fidelidad para toda la vida, y de un contrato que podía durar toda la vida y que no se cuestionaba, existió en épocas donde la gente no podía divorciarse”, aseguró Bazán. “Creo que esta idea que se tenía antes, del amor romántico, terminaba siendo como un amor posesivo. Por eso aparecen otras formas de vínculos, que hoy necesitan de un proceso de maduración y aprendizaje. Esa crisis de vínculos obliga a que se empiece a hablar de estos temas y en especial, que se eduque en educación sexual integral”, agregó. 

Para Bazán, que haya nuevas maneras de vinculares con el otro no significa que las mismas sean mejores. “Las relaciones se definen por la responsabilidad que le ponemos a esa decisión del vínculo que se decide forjar. Porque hay parejas cuyos integrantes hace 30 años que están juntos, y sin embargo viven en una ficción, en un mundo de hipocresía donde subsiste el engaño y las infidelidades. Y desde ese punto de vista, no son mejores que los vínculos poliamorosos, donde las personas dan un consentimiento para que no haya exclusividad sexoafectiva entre ellos. Esas resultan más genuinas, porque avisan y no hay un engaño”, evaluó.

Por eso, Bazán subrayó que “hoy estamos en un proceso de crisis y reconstrucción de vínculos que necesita de mucho aprendizaje. Y en esto, es importante el acompañamiento terapéutico y psicológico, la información y la educación”.

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María Eugenia Bazán Quiroga 
es médica, especialista en Tocoginecología; sexóloga clínica, docente universitaria y jefa Programa Salud Sexual Hospital Privado Universitario de Córdoba. 

Para la sexóloga, el eje hay que ponerlo en la responsabilidad afectiva. “Vos podés tener un encuentro sexual de una noche con una persona, pegar onda, tener un sexo espectacular y quizás no vuelvas a verla en tu vida. Pero tener sexo con responsabilidad afectiva, con comunicación, con consentimiento y con respeto. No fue un proyecto que siguió, no hubo un enamoramiento para confluir. Pero sigue siendo más genuino que matrimonios de más de 30 años, monogámicos, pero donde hay manipulación psicológica, violencia económica o relaciones sin consentimiento. Por eso, hoy podemos decir que esas instituciones no nos aseguran un vínculo saludable”, afirmó.

Para Bazán, la manipulación, el narcisismo y la dependencia emocional siempre han existido. Asimismo apuntó: “Hoy las parejas no se terminan por una monotonía, como dice en su canción Shakira, sino por el desamor. Por eso es bueno que haya distintos tipos de vínculos. Aunque ni uno ni otro va a garantizar la felicidad”. “Por supuesto que el vínculo donde hay sexo y amor es el más completo, pero la realidad es que  hay parejas que pueden disfrutar del sexo sin amor, pero con responsabilidad afectiva, con respeto y comunicación”, aclaró.
Por último, enfatizó que para que haya respeto, evitar violencia sexual y aprender a gestionar emociones, “hace falta educar en vínculos saludables y en afectividad. Y justamente ese es uno de los ejes de la Educación Sexual Integral. Más que nunca, estas cuestiones deben trabajarse en los colegios secundarios”.

Pero a la vez los adultos también deben estar abiertos a ese proceso de aprendizaje. “Veo muchos divorciados y separados que quieren volver a retomar vínculos socioafectivos y les cuesta un montón, porque tuvieron 30 años con un tipo de relación monogámica y ahora se encuentran con mujeres que saben lo que quieren, que ponen sus propias reglas, que deciden si quieren o no, o que avanzan primero. Y les cuesta cambiar la forma de pensar. Por eso es bueno que ante las dudas, puedan acudir a una consulta terapéutica, para poder tener herramientas, para no tener miedos, y para que todo eso no afecten su funcionamiento sexual”. 

El hiperconsumo y los vínculos descartables

La psicóloga rosarina Karina Abella es especialista en el método Rolfing, que analiza cómo la psiquis interviene en lo fisiológico. Para la profesional, los cambios en nuestra forma de ser y relacionarnos influyen en las formas de búsqueda del amor, y por ende de los vínculos amorosos.

“Es evidente que está cambiando nuestro modo de vivir y de concebir el mundo, y que esto excede los vínculos de pareja. El alto nivel de consumo en esta sociedad que alienta la individualidad, sumado a las nuevas tecnologías, conformaron un combo. Hay que tener en claro que la experiencia es muy nueva y no podemos decir todavía cuáles serán las consecuencias”, señaló.

Si bien no quiso dar definiciones tajantes, evaluó que “el compromiso, la fidelidad, el quedarnos con el otro  y construirnos con un solo otro, son valores que cada vez se cuestionan más y son menos elegidos”. “En esta sociedad hiperconsumista, todo es descartable. Los vínculos también. Y lo que vienen a sumar hoy las redes sociales es que la línea entre lo privado y lo íntimo se está desdibujando”, reflexionó. 

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Karina Abella
Licenciada en Psicología. Especialista en el método Rolfing. 

Para nuestros primeros ancestros nómades, encontrar una cueva o una sombra en el río eran sinónimo de seguridad, de contención o de cobijo, explicó la psicóloga. “En este mundo moderno, esa seguridad me la doy yo, por mí mismo, cumpliendo mis objetivos, logrando un cuerpo apetecido y logrando un ingreso económico requerido. De alguna manera perdió fuerza y contundencia ese anhelo que implicaba para nuestras vidas encontrar y construir un vínculo con alguien en quien apoyarme, descansar o confiar”, enfatizó.  

“También estamos en un momento de  transición, donde hay lugar para todos. El tema es encontrar  a la otra o al otro que sea similar a mí. Porque si bien hay personas que hoy se juntan bajo el criterio del amor libre, también tenemos personas que se quieren casar y quieren llegar a la vejez juntos. Lo que se perdió es ese el plan único de encontrar a la persona ideal, armar un proyecto juntos y tener hijos, como un plan universal. Aquel que no lo cumplía, quedaba marginado. Hoy asistimos a una nueva modalidad, donde hay una diversidad infinita de formas de estar con un otro. El desafío es hallar a un otro que tenga mi mismo proyecto”, manifestó.
Por esta razón, en el consultorio de Abella confluyen adultos de más de 50 años separados que quieren iniciar una nueva etapa, donde pasar buenos momentos con otra persona, y que al día siguiente cada uno siga su vida; y como también  jóvenes de 20 años que están buscando un compañero o compañera con quien transitar su vida. 

Las redes no hicieron la búsqueda más o menos sencilla. “Hoy con apretar un botón y entrar a una aplicación disponés de un nuevo territorio para la búsqueda de un otro. Y lo que la pantalla  genera es un anonimato que hace más fácil que luego ese otro desaparezca. Ahora lo llaman “ghosting”, que es desaparecer y dejar sin respuesta al otro, previo cosificarlo, aún sin conciencia de lo que se está haciendo”.

Como reflexión, Abella señaló: “Vivimos en una época de lo efímero, donde la presencia y el perdurar en el tiempo perdió todo sentido. Nos vamos quedando sin historias, sin significaciones, sin relatos. Quizás el gran desafío es poder, dentro de esta gran diversidad de anhelos, quereres y apetencias humanas, encontrar a alguien con alguna similitud y aprender a identificarlo. Y en esto nos queda reflexionar también sobre qué sociedad queremos dejarle a nuestros hijos”.

Más datos:

María Eugenia Bazán Quiroga 
MP: 33123, ME: 16833, MN: 326.063. 
Redes: @dra.bazanquiroga

Karina Abella
Licenciada en Psicología. Especialista en el método Rolfing.
Redes:  @karina_abella

  

 

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