Cierra un histórico y centenario diario del Grupo Clarín

Se trata del Diario La Razón. Los trabajadores serán distribuidos dentro del diario Clarín. Desde hace diez años, se convirtió en uno de los únicos diarios gratuitos del país.

País 11/12/2017 Redacción La Nueva Mañana
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El Grupo Clarín, decidió cerrar el histórico diario La Razón, una de las publicaciones más antiguas del país. El diario fue fundado en 1905 y desde el año 2000 era manejado por el grupo de los Noble. Desde hace diez años, se convirtió en uno de los únicos diarios gratuitos del país.

La Razón llegó a vender 500 mil ejemplares a principios de los años 60 en sus dos ediciones. Además, durante la Segunda Guerra Mundial tuvo hasta una séptima edición.

Sin embargo, el Grupo Clarín tomó la decisión de cerrarlo. Según informó el Destape, la redacción estaba compuesta por 15 trabajadores, quienes serían re ubicados en otras secciones del diario Clarín.

La Razón se suma así a la desaparición de otro diario centenario e histórico en plena época del gobierno de Mauricio Macri, al igual como sucedió con el Buenos Aires Herald.

Desde que asumió la presidencia el actual mandatario, ya cerraron decenas de medios de comunicación y, según datos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), sólo en la Ciudad ya hubo más de 2 mil periodistas despedidos en este tiempo.

Marcelo Folgueira, periodista que trabajó en La Razón de 1975 a 1986 y, en la edición gratuita, de 2001 a 2008 escribió sobre el cierre del matutino en su cuenta de Facebook:

“MATARON A LA RAZON, PERO SU MEMORIA SEGUIRA VIVA"

Cierra el centenario diario La Razón y la noticia me provoca una doble sensación de preocupación y tristeza.

Por un lado, cae otra fuente laboral para un oficio como el periodismo gráfico, duramente golpeado en los últimos tiempos por empresas que en pos de darle prioridad absoluta a la plataforma digital, subestimaorn al papel, todavía ingreso millonario en publicidad.

Pero además, La Razón cruzó mi carrera profesional. Arranqué a los 17 años como cronista deportivo y al poco tiempo habitaba la vieja redacción de Avenida de Mayo. En ella conocí a periodistas que eran verdaderos maestros, ante la Lexicon 80 y ante la vida.

Bajo la batuta de Félix Laiño, tuve la suerte de tener compañeros como Alberto Rudni, Eliseo Castiñeira de Dios, Ernesto Heitz, Nerio Quiñones, Adolfo Blanco, Pablo Mendelevich, Roque Cepeda Verón, Silvia Verbitsky, Herminio Picazzo y muchos más.

La llegada de Jacobo Timerman en 1984 y su visión equivocada sobre el fin de los vespertinos para esa época, más su pésimo manejo de la parte editorial y comercial, me hicieron emigrar.

La tapa del 2 de abril de 1982 que ilustra este texto resume mi paso por La Razón. Con final trágico por la locura aventurera de Galtieri, aquel día llegué a las 6 de la mañana a la redacción de Hornos. Las banderas argentinas en el frente y un silencio atronador.

En épocas sin Internet ni redes sociales, recién ahí me enteré der la recuperación de las Islas y que había desembarcado un periodista de La Razón, al que llevaron con la excusa de presenciar ‘maniobras militares’ en el Atlántico Sur.

Fue una jornada épica de laburo, que continuó hasta la noche. Cortaron los francos y dieron horas extras sin límite. Nadie se quejó, al contrario. Así era el periodismo hace tiempo: pura vocación.

‘Tras un cautiverio de un siglo y medio, una Hermana se incorpora al territorio nacional’, fue la volanta que salió en la tapa de las 5° y 6° ediciones. Qué momentos de emoción que se repitieron por centenares!!!

En 2001, desde Clarín me convocaron para el relanzamiento del gratuito. Estuve hasta 2008. Un grupo fenomenal le metió garra para un hermoso proyecto que 15 años después la misma empresa desactiva.

Hasta tuve el enorme privilegio y orgullo de ser el único periodista que escribió y editó para las ediciones especiales por sus 75 años (1980) y su centenario (2005), en dos etapas bien distintas.

Por eso, hoy va mi homenaje y recuerdo para aquellos maestros, la gran mayoría ya desaparecidos, de quienes aprendí con sólo estar a su lado, escuchándolos.

También el aliento y un abrazo fuerte para mis ex compañeros de la edición gratuita, que por estos días están atravesando horas de incertidumbre. Lo mejor para ellos.

Mataron a La Razón y tal vez ya no reviva. Igual, seguirá latiendo en mi memoria y en las de millones de lectores que le rindieron homenaje cada día de estos últimos 117 años. Salud querido diario!!!”.

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