El periodista Julio Peñaloza Bretel brindó un panorama de la actualidad política, económica e integracionista de un importante aliado estratégico para la Región latinoamericana.
Ed Impresa 14/01/2022 Flavio Colazo
Especial para La Nueva Mañana
Para obtener un panorama claro del estado de situación política en Bolivia, tanto interna como regional, La Nueva Mañana dialogó con el prestigioso periodista boliviano Julio Peñaloza Bretel*, columnista del periódico La Razón de ese país.
¿Cuáles son, desde su saber y entender, los vínculos que mantiene Bolivia con las organizaciones intergubernamentales y/o supranacionales como Unasur, OEA, Celac?
-Con el gobierno de Luis Arce Catacora se está produciendo una reinserción de Bolivia en escenarios multilaterales que habían sido abandonados y rechazados por el gobierno de facto de Jeanine Áñez. Este panorama se va a clarificar con las elecciones a realizarse en los próximos meses en Colombia y Brasil que permitirán contar con un nuevo tablero en la correlación de fuerzas ideológicas de los gobiernos de la región. Los cambios producidos en Perú, Honduras y Chile hacia gobiernos progresistas que dan prioridad la agenda popular son señales interesantes de una nueva ola de gobiernos progresistas en América Latina.
Recientemente Rogelio Mayta, Canciller de Bolivia, ha declarado: Celac es un organismo que “trabaja en las preocupaciones de nuestros países”, a diferencia de la Organización de Estados Americanos (OEA), que, según dijo, “si no da un viraje importante, será superada por la historia”. ¿Qué reflexiones le merecen estas palabras?
-La diferencia cualitativa consiste en que CELAC no cuenta con la participación de los Estados Unidos, en tanto que la OEA, maneja el sistema interamericano a través de un secretario general que más parece responder a la agenda del Departamento de Estado del gobierno norteamericano que a la pluralidad de voces latinoamericana, prueba de ello es el golpe de Estado que Luis Almagro alentó en 2019 en Bolivia arguyendo un supuesto fraude electoral que técnicamente hasta ahora no ha podido ser demostrado.
¿Cuáles expectativas despiertan la llegada de Boric a la presidencia de Chile respecto a los intereses de Bolivia, de los países limítrofes y de la Región?
La relación bilateral entre Bolivia y Chile es especial por el siempre pendiente problema marítimo. Hay un fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que se pronunció en contra de la demanda boliviana para buscar negociación de una salida soberana hacia el Pacífico, luego de que nuestro país perdiera su cualidad marítima en la guerra de 1879. En ese contexto, Boric va a tropezar con una invariable posición que es política de Estado en Chile: se puede hablar de muchas formas de acceso boliviano al mar, pero sin considerar la posibilidad de soberanía. En los temas comerciales de utilidad práctica para ambos países, dada su situación limítrofe, podrían generarse avances significativos.
¿Cómo describiría la actual situación económica en Bolivia?
-Bolivia ha registrado un 0.90 por ciento de inflación durante 2021. Es la tasa más baja de la Región. El tipo de cambio de un dólar estadounidense por 6.85 Bs. se mantiene desde hace más de una década, lo que ha permitido apreciar la moneda boliviana por sobre el dólar. Las transacciones en Bolivia se hacen prioritariamente con nuestra moneda. Por otra parte, el negocio de venta de gas a Brasil y Argentina promete mejores perspectivas para 2022 con tareas de exploración en búsqueda de nuevos reservorios y en la industrialización de las materias primas, probablemente, con la construcción de una nueva planta de urea. Los biocombustibles también serán materia prioritaria en la política de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). Todo indica que en materia de litio se recuperará una truncada relación con una empresa alemana con la que se había cerrado un gran contrato que fue interrumpido por el golpe de Estado producido en noviembre de 2019. Bolivia va a consolidar una estabilidad económica razonable. Es buena referencia el hecho de que el presidente Arce fue durante doce años Ministro de Economía y Finanzas Públicas.
¿Cómo lleva Bolivia el tema pandemia? ¿Y cuánta importancia tuvieron las vacunas donadas por Argentina?
- Se está vacunando ya hasta niños de 5 años. Argentina ha donado un millón de unidades que forman parte de un conjunto de envíos que permitirán hasta mediados de año, una cobertura total para toda la población vacunable del país.
¿Cuál es el estado, desde su perspectiva, de la situación política al interior de Bolivia? ¿Qué puede observar del comportamiento del gobierno, desde el presidente Arce hasta su gabinete?
- Se trata de un gobierno respaldado por una mayoría parlamentaria, resultado del triunfo del Movimiento al Socialismo (MAS), producido el 18 de noviembre de 2020 con el 55% de los votos.
La ventaja del presidente Arce es que ha manejado la economía boliviana durante más de una década como ministro. Tiene una muy directa y fluida relación con los movimientos sociales y en este aspecto juega también un rol importante el Vicepresidente indígena aymara David Choquehuanca. Mientras tanto, Evo Morales sigue siendo el jefe del partido y juega un rol de coordinación entre el aparato gubernamental y la estructura del MAS.
¿Cuán efectivos han resultado -y resultan- los mecanismos de fake news y de lawfare para atacar a los gobiernos del MAS?
- Fueron devastadores en 2019. Se machacó hasta el cansancio con un supuesto fraude electoral que dio lugar al derrocamiento de Evo Morales. Otros hashtags que se manejan en redes sociales #elmasquiereaboliviacomocubaovenezuela están perdiendo fuerza. La emergencia de la cuarta ola de la pandemia ha subordinado la agenda política opositora en las últimas semanas y se calcula que esto acontecerá por lo menos hasta fines de marzo.
¿Cómo piensa usted que reaccionaría el pueblo en caso de un nuevo intento de golpe de Estado?
- “La próxima vez será guerra civil” escribí hace unos días para Nodal. En el mismo planteo que las clases subalternas, el mundo popular boliviano resistirá cualquier nuevo intento de derribamiento del gobierno legítimamente constituido. Por ahora, felizmente, se trata de una posibilidad muy remota porque la coartada de la derecha boliviana ha sido superada: lograron que Evo Morales no se “eternizara” en el poder. Lo que no calcularon es que su partido regresaría al gobierno nada más que a un año del producido el golpe de Estado.
¿Quiénes fueron los principales actores bolivianos en el derrocamiento del presidente Evo Morales; y qué fue de ellos?
- El actor fundamental de los acontecimientos producidos entre el 21 de octubre y el 12 de noviembre de 2019 se llama Luis Fernando Camacho y es ahora gobernador electo del departamento de Santa Cruz. También fueron fundamentales los senadores Jeanine Áñez, Arturo Murillo y Oscar Ortiz. Áñez se encuentra detenida preventivamente desde marzo del 2021 a la espera del juicio por el golpe de Estado, Murillo está encarcelado en EE.UU. por comercio irregular de material disuasivo represivo, y Oscar Ortiz hoy es rector de la Universidad Católica en el departamento cruceño; a él solamente se le convocó a declarar una vez ante el ministerio público por el golpe de 2019. Quizás su filiación al Opus Dei le otorgue impunidad.
Más Información:
“La próxima vez será guerra civil”
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