“Hoy el alfonsinismo es solo una tradición política e ideológica”

Nacido y formado políticamente en las entrañas de la UCR, Leopoldo Moreau es un hombre de infatigable desempeño en la política. El diputado del FdT expresó sus pareceres sobre varios temas.

Ed Impresa 26/11/2021 Flavio Colazo
Alfonsin Moreau © LT9
“La actual conducción de la UCR solo se preocupa por la cantidad de bancas que obtiene –perspectiva que no compartimos- y no se preocupa por el peso político, ni ideológico, que tiene como partido político”.

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Especial para La Nueva Mañana

ENTREVISTA

-¿Usted, hoy ya fuera de la UCR, continúa definiéndose como un hombre radical y como alfonsinista? 

-Obviamente yo me defino como proveniente de la cultura de la militancia de la ideología del yrigoyenismo y del alfonsinismo, y por lo tanto, del radicalismo; pero haciendo una definición conceptual muy importante: diferenciar lo que es el radicalismo, desde el punto de vista conceptual, y la otra cosa que es el ucerreísmo  –que es el comportamiento dentro de la estructura partidaria de la Unión Cívica Radical (UCR).

¿Siguen los alfonsinistas del FdT afiliados a la UCR? 

-Hay quienes continúan afiliados y otros que han declinado su afiliación a la UCR.

¿El radicalismo alfonsinista puede pensarse hoy más como una tradición política que como una estructura política organizada?

-Efectivamente, el radicalismo alfonsinista expresa hoy más una tradición política –y una definición ideológica- que una estructura política organizada; pero no es impensable que en un futuro no transitemos ese camino de organización.

¿Por qué no se visibiliza explícitamente la presencia del alfonsinismo como integrante orgánico del FdT?

-Precisamente porque no constituimos un partido, pero esto no significa que tengamos una presencia específica, con voz y voto, no solo en el FdT, sino desde que Cristina Fernández formó Unidad Ciudadana en 2017. Acerca de nuestro rol participativo dentro del FdT estamos totalmente satisfechos del grado de participación que nos otorga en distintos ámbitos, tanto en las discusiones sobre líneas políticas como en la participación política concreta y en la representación política. Nunca sentimos ningún tipo de restricción o de marginación, inversamente, nos sentimos plenamente partícipes de las decisiones que se adoptan y de las discusiones políticas hacia el interior de este espacio.

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“El capitalismo está en una crisis profunda que aún no ha llegado al pico, pero estamos cerca; el método de financiarización de la economía ha producido una concentración de capital que no tiene precedentes en la historia”. (Foto: NA)

-El radicalismo –hacia el interior de Juntos por el Cambio- ha salido a la escena mediática a exhibir -y a enrostrar- sus resultados electorales. Usted como radical, ¿qué mirada tiene de los logros del partido (UCR) en las últimas elecciones? 

- La UCR ha expuesto sus éxitos electorales como fortalecimiento de la estructura partidaria. En lo electoral las lecturas son diversas, y todas pueden ser válidas; a mí no me preocupa eso, porque el fortalecimiento que nosotros imaginamos -para una corriente nacional, popular, democrática y progresista- no está ligado al tacticaje electoralista -como son todos los análisis que realizan hacia adentro quienes conducen hoy a la UCR-, sino que está atado a un fortalecimiento político que muchas veces trae aparejados éxitos electorales, y otras veces no. La actual conducción de UCR solo se preocupa por la cantidad de bancas que obtiene –perspectiva que no compartimos- y no se preocupa por el peso político, ni ideológico, que tiene como partido político para ayudar a llevar adelante profundas transformaciones de la sociedad argentina. El comportamiento de la actual conducción de la UCR llevó a apoyar livianamente a De la Rúa, a Carrió, a López Murphy, a integrarse en la concertación con Néstor Kirchner, y a terminar junto a Macri en Cambiemos; con este comportamiento errático es imposible mantener una coherencia política, que es lo que nos importa a los alfonsinistas.

-¿Cómo evalúa -hacia adentro del FdT- la decisión de no haber ido a unas Paso; y la propuesta de internas que proyectó Alberto Fernández para las elecciones del 2023?

- Hay que decir que esta decisión fue tomada por unanimidad. Es una ficción que dicha posición la tomó Cristina Fernández o La Cámpora, se tomó de común acuerdo con el presidente de la nación, es más, en algún momento –y en algunos distritos de provincia de Buenos Aires- se le sugirió al Presidente habilitar unas Paso con listas encabezadas por Gabriel Mariotto, o por Sergio Berni… pero el Presidente consideró en ese momento que debía conformarse una lista común;  y además  reclamo para sí –cosa que es absolutamente legítima- la decisión de designar a quien fuera en primer candidato de esa lista de unidad, y escogió a Victoria Tolosa Paz. Yo creo que para las elecciones del 2023 -por  ser presidenciales-  si la mayoría del FdT está de acuerdo en promover unas Paso podrían resultar un buen camino para transitar, ya que sectores del FdT -que no reconocen el liderazgo de Cristina Fernández- pueden entusiasmarse con sus oportunidades y participar activamente; pero hay que destacar que en 2019 fue muy buen camino la decisión de Cristina Fernández de promover la fórmula Fernández – Fernández; decisión  -en su momento- celebrada por todo el peronismo, y que dio un resultado muy positivo. En cada coyuntura hay que analizar el escenario a enfrentar y, en virtud de los análisis decidir las estrategias y las tácticas para lograr el éxito. Para nosotros seguirá siendo Cristina Fernández quien lidere y conduzca el camino que nosotros vamos a transitar.

- Trump, Bolsonaro, Milei, Kast…. ¿Cómo ve las elecciones exitosas de las ultraderechas en los últimos tiempos? ¿Cómo impactan estos resultados en el seno de nuestra democracia?

-Estos resultados provienen desde el tremendo fracaso del neoliberalismo que ha empujado a millones de seres humanos a la marginalidad y la pobreza. A través de la financiarización de la economía han destruido el aparato productivo –y por lo tanto han destruido millones de puestos de trabajo-. Además estas ultraderechas promueven un freno –y cuando no un retroceso- en los derechos civiles conquistados de todo tipo. Puede que culturalmente ciertos sectores de la sociedad empaticen con esta postura, y las ultraderechas, percatadas de esto –y a sabiendas del malestar económico- saquen provecho para presentarse como una opción anti política que representa y contiene esa rebeldía. Las ultraderechas dicen ir contra la “casta política” cuando en realidad ellos representan a la “casta financiera”. Creo que es un sesgo peligroso para el proceso democrático, y que hay que estar muy atentos, aunque algunos de esos fenómenos tengan algún carácter muy puntual. Pero todos tienen discursos violentos, xenófobos, racistas, homofóbicos, y reaccionarias de todo tipo.

Moreau Cristina-El reciente ganador en primera vuelta en las elecciones presidenciales chilenas ha expresado que, de llegar al poder, pretende tomar posesión de territorios que hasta hoy forman parte de nuestro país; agregando, además, que no considera el camino diplomático para asumir el control de dichos territorios. ¿Cómo tomó las advertencias públicas que el embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, ha realizado sobre este candidato?

- Comparto totalmente las declaraciones del embajador Rafael Bielsa, y creo que no deberían haber obtenido las críticas que suscitaron, porque midiendo todo por la misma vara tendríamos que haber sido nosotros como país muy críticos de las declaraciones que hizo Bolsonaro sobre las elecciones del 2019 –antes y después del triunfo de la fórmula Fernández – Fernández-. Sin embargo nadie alzó la voz desde los medios hegemónicos. Por otro lado, uno tiene el derecho y la obligación de opinar sobre los procesos políticos en los países vecinos. Injerencia es otra cosa, es proporcionar – más allá de posiciones políticas publicas internacionales – logística, armamentos, y demás recursos para desestabilizar y destituir a gobiernos democráticos consagrados por el ejercicio de la soberanía popular. Opinar sobre las fuerzas políticas que compiten en los países hermanos no es un tema de injerencia. Todo gobierno tiene afinidades políticas continentales, no es secreto que nuestro actual gobierno tiene lazos de unión con el Frente Grande de Uruguay, con Evo Morales en Bolivia, con Correa en Ecuador, con Lugo en Paraguay, y con Lula en Brasil. No hay por qué ocultar nada cuando creemos que un posible gobierno de derecha puede lastimar los vínculos con Argentina. Los reclamos territoriales por vías bélicas son recursos políticos de las ultraderechas desde siempre, basta recorrer la historia; ya Pinochet en 1979 casi nos lleva a una guerra entre pueblos hermanos.

-¿El capitalismo está en crisis? ¿Hasta dónde afectan a Argentina las zozobras políticas de las grandes potencias mundiales?

- Sí, está en una crisis profunda que aún no ha llegado al pico de esa crisis, pero estamos cerca; el método de financiarización de la economía ha producido una concentración de capital que no tiene precedentes en la historia del desarrollo humano; y esto ha provocado espantosos desastres humanitarios: pobreza extrema, desplazamientos migratorios gigantescos, destrucción ambiental, y un cambio climático terrible. Argentina no está fuera del espectro de alcance de este impacto. Creo va a haber dentro de poco una crisis financiera descomunal proveniente desde las monedas alternativas – o criptomonedas-; por ello creo que hay que llevar adelante una política autónoma, desde lo nacional y desde lo regional, porque hoy la disputa se ha trasladado en el planeta a la disputa por la posesión de los recursos naturales y Sudamérica -y Argentina- tienen muchísimos de estos, de todo tipo; van a venir -ya están viviendo- por todos ellos.


-¿Cómo ve hoy al radicalismo nacional y al cordobés?

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“Las ultraderechas dicen ir contra la ‘casta política’ cuando en realidad ellos representan a la ‘casta financiera’; creo que es un sesgo peligroso para el proceso democrático, y que hay que estar muy atentos”. (Foto: Hamartia)

-Al radicalismo cordobés de hoy lo alcanza la misma visión que tengo en general respecto al comportamiento de la UCR en todo el país. Yo creo que los dirigentes que tomaron las riendas de la UCR enajenaron la identidad política y la depositaron en manos de una fuerza hegemónica -dentro de Cambiemos- que es el PRO, y que nada tiene que ver con la raíz histórica nacional, popular y democrática y progresista del radicalismo. Transformaron a la UCR en un furgón de cola de un modelo neoliberal autoritario y excluyente –comandado por el PRO-. Nada tenemos que ver los alfonsinistas con esa posición conservadora, y mucho menos con el alineamiento que el PRO tiene en materia internacional con el gran complejo militar-industrial de los EEUU y con los fondos de inversión. Creo que estas posturas marcan una línea divisoria fuerte, clara y contundente entre lo que ha sido la trayectoria histórica del radicalismo hasta la llegada del delarruísmo y su vinculación con el PRO. Por eso sostengo que la UCR como partido –la sigla, el sello-  está conducida por lo que es la continuidad del delarruísmo. En el caso del radicalismo de Córdoba específicamente es evidente que esto lo ha ido transformando en un partido en que cada día pierde más peso en la presencia que ha tenido, históricamente, en el sistema político de esa provincia.  
 

 

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