Cuando Sívori se fue invicto de Nueva Italia

La gloria de River y Juventus dirigió a Racing en el ’81, tras el subcampeonato en el Nacional y a pesar de que marchaba puntero y sin derrotas, fue despedido de su cargo a los seis partidos.

Deportes 24/10/2017 Federico Jelic
SIVORI LNM
Ilustración Daniel "Pito" Campos

Racing había sorprendido al país y maravillado también con aquel glorioso equipo que había caído en la final del Nacional ’80 a manos de Rosario Central. Con esos pergaminos, aprovechando los vientos a favor de ser uno de las sensaciones del momento, el presidente Mario Spirópulos salió a buscar al reemplazante del DT Alfio Basile, padre de la criatura. Una vez consumada la derrota y el subcampeonato, arregló condiciones con Instituto (¿se imaginan el escándalo que hubiese sido hoy esta mudanza?) equipo al que un año antes “La Academia” lo había “prestado” al mismo club (dirigía Racing en el torneo local de Córdoba y a la “Gloria” en el Nacional, algo insólito en todas las épocas). Había que buscar reemplazante.

Entonces, la alta cotización social que portaba en buena ley la entidad albiceleste le permitió acreditarse a una gran figura para calzarse el buzo de DT. Talleres ya había sumado a Ángel Labruna y Racing no quiso ser menos. Llegaba a Nueva Italia el hombre emblema de la Juventus, balón de Oro en el ’61, con idolatría inmortal en River y un perfil bien a la europea. Enrique Omar Sívori, quien ganara cuatro ligas de Campeones con la “Vecchia Signora”, protagonista en los “Carasucias de Lima” campeones sudamericanos en el ’57, llegaba a la humilde institución albiceleste para dirigir la Liga Cordobesa de Fútbol, con el objetivo de clasificar al torneo Nacional y apuntar a una revancha.
La noticia hizo estruendo. Sívori había clasificado al mundial de Alemania ’74 a la selección Argentina, con pasos por River, Rosario Central, Estudiantes de La Plata y Vélez. Oropeles de sobra como para apostar a la emergente Liga Cordobesa, que tenía dos subcampeones (junto a Talleres en el Nacional ’77) y con Instituto y Racing a punto de sumar honores sacando estadía permanente en los torneos Metropolitanos de AFA, gentileza de la ley 1309.

En ese contexto, Racing lucía orgulloso a Sívori. No hubo grandes refuerzos ni bajas, salvo Guillermo Aramayo que partió rumbo a Talleres. Y la campaña iba a tono con la grandeza de su figura: en los primeros cuatro partidos ganó con amplitud, goleando y gustando.

Pero después algo cambió. Resulta que mermó el rendimiento y su eficacia, propiciando su salida en la 6° fecha. Marchaba puntero e invicto. Rarezas de la época y un trasfondo silenciado porque desde lo numérico, no había razones como para prescindir sus servicios. Sin embargo había otra historia.

Campaña exitosa

Su debut fue precioso. El 22 de marzo del ’81 puso primera con un 4 a 0 categórico con tantos de Roberto Gasparini, Rubén Molina y dos del “Araña” Amuchástegui. Las iusiones de repetir la campaña estaban en marcha. A lo largo de tres fechas llevaba nueve goles con el arco blindado. En la 4° fecha sufrió para ganarle a Unión San Vicente pero sin embargo el equipo se mantenía en lo alto. Los medios ponderaban el rendimiento de Racing, que ya lo veían como campeón y con pasaje al Nacional. Los entrenamientos de Sívori eran innovadores, fuertes e intensos para la época y con un profesionalismo inusual. Llegaba una hora antes a la práctica y se quedaba después del turno a dialogar con jugadores y dirigentes.
Por eso no se entiende como en dos semanas se derrumbó el castillo. Llegó la mal llamada “debacle”. Sívori empató con Argentino Peñarol sin goles en cancha de Instituto y sin convencer, aunque el desencadenante fue una igualdad de local frente a Huracán de La France, sin brillo, dejando como consecuencia un pase de facturas demasiada pesada. Al otro día se anunció la salida del ex River, como si la campaña fuera mala, motivos que no convencieron: equipo puntero, 10 puntos sobre 12 posibles, nueve goles marcados y apenas uno solo recibido. Una efectividad pasmosa. ¿Qué pasó entre medio?

Cambiando posiciones

Según manifestaron los conocedores del aspecto táctico, en las mesas de café, lo que cayó mal a Spirópulos entre otras cosas, fueron algunos conceptos futbolísticos. Por ejemplo, los cambios posicionales que realizó en el mediocampo. Es que hizo un enroque de intérpretes del costado derecho al izquierdo y viceversa. Es decir, los consagrados y con lauros como Luis “Araña” Amuchástegui y Oscar “Panza” López pasaron a ubicarse en el perfil izquierdo, mientras que Roberto Gasparini y Atilio Oyola, al derecho. Una justificación puntual fue según Sívori que el DT de la Selección Argentina César Luis Menotti le había pedido que utilizara la “Pato” de “8” clásico, a raíz de que lo venía observando para una eventual convocatoria, como alternativa a Osvaldo Ardiles. El otro argumento fue que en esa nueva posición Oyola, volante izquierdo o delantero en la misma franja por naturaleza, podía sorprender al estilo Lionel Messi (sin comparaciones) en Barcelona, en vez de ser tan vertical podría aportar enganchando y rematando de zurda. Conceptos que en Europa ya se venían utilizando y que en el futuro seguirían teniendo vigencia. Pero en Córdoba, era casi mala palabra. Pero hubo también otra realidad: Sívori era un técnico muy caro para lo que Racing podía erogar.
La Subcomisión de fútbol esgrimía que no era aconsejable cambiarles los perfiles después de que fueran de los destacados en la obtención del subcampeonato. En el caso de Oyola, marcando goles en las dos finales, desde esa posición. La hinchada también lo entendió así. “¿A quién se le ocurre ponerlo a Amuchástegui por izquierda?”, criticaban. Y esos dos empates fueron los detonantes principales. Hubo motivo de discusión y finalmente, se alteraron los ánimos. ¿Pero fue esa la única razón? Aparentemente no, pero sirvió de excusa perfecta.

La justificación

“Los dirigentes de futbol son un tiro al aire”, declaró Sívori en su salida, en diario La Voz del Interior, en el momento de su partida, de la cual tampoco puso muchos reparos. Ya había perdido la comodidad. Por su parte, el “Griego” tampoco mostró mucha conciliación: “Se desvincula Sívori porque Racing no tenía el nivel que debe tener (…) No hay crisis en Racing, estamos en un nivel donde todo se hace más exigente, después de ser subcampeones nacionales. No aparecía el juego pretendido”, declaró Spirópulos, y después con algo de autocrítica remarcó que se lo pudo esperara un poco más y que el DT también aceleró su salida, ofendido. Sívori ya era pasado.
Para colmo, asumió en su reemplazo la “Wanora” Miguel Romero y la “Academia” no solo se consagró campeón de la Liga, superando a Belgrano por diferencia de gol luego de igualar en el primer puesto con 28 puntos, sino que con esa misma energía aprovechó el envión y ganó su único título internacional: la Copa Presidente en Corea del Sur. ¿Se imaginan la repercusión que hubiera tenido Racing en Buenos Aires, a merced de Sívori, guiando a una institución del interior del país a un campeonato fuera de los límites territoriales argentinos y continentales? Caprichos del destino. El equipo y la filosofía eran las mismas de siempre, trascendía la influencia de los técnicos, evidentemente. Pero en AFA y Capital Federal nadie sabe de la conquista de la “Academia” en tierras asiáticas. Una pena.

Otras especulaciones

La excusa expuesta por la dirigencia fue “razones deportivas”, respuesta que resulta ridícula e inverosímil. ¿Qué pasó entre medio? ¿Por qué nadie dice en voz alta lo que pergeñaron en voz baja? ¿Hubo negociados? Sin ser intermediario, Sívori tenía fuertes vínculos con River y Juventus e incluso Nápoli, donde tiró sus últimos destellos mágicos. su hijo incluso trabajaba ya de esa función. Esto alimentó la suspicacia de la dirigencia, sobre todo de su presidente, que no era precisamente un improvisado para estas cosas.
Spirópulos era un “viejo lobo” de aquellos años dorados, artífice intelectual de ese exitoso proceso, y con fuerte llegada en los pasillos de AFA. La versión más fuerte es que no le cayó bien que Sívori “recomendara” y se hiciera valer como “asesor” de tres futbolistas con mucho alcance y proyección como Roberto “Pato” Gasparini, Luis “Araña” Amuchástegui y Pascual Noriega. Las joyas de Racing. ¿Será cierta esta versión? Eran otros tiempos, donde no había tantos negociados en el fútbol. ¿Tuvo algo que ver esta acción de parte del “Cabezón” para que les armaran las valijas y lo despidieran en el aeropuerto, sin ponerse colorado? Nadie lo confirma ni lo hará.

Los jugadores resaltan como positiva su presencia en Racing. Dejó como saldo una visión innovadora en lo táctico y una rutina de entrenamiento más exigente. Sívori era de otro nivel. Quizás la gente y la dirigencia se apresuraron sin tomar dimensión de la figura que representaba en ese momento en el país y sobre todo en Europa. El recuerdo perdurará, y sobre todo de esos hinchas que se acercaban a los entrenamientos a disfrutar como le pegaba a la pelota y a los tiros libres, con Juan Manuel Ramos volando de punta a punta.

Voces de jugadores

“Sívori llegó con algunas ideas europeas interesantes. Pero lo cierto es que a ese Racing no hacía falta cambiarle mucho. Era la misma base del Nacional que no salimos campeones por poquito. Empezamos muy bien y como Belgrano se arrimó en la tabla, se armó todo ese lío. Dicen que de fondo había otra cuestión, con algunos negociados, de los que no me consta nada de eso. Oyola fue a la derecha, es cierto, y no convirtió. Lo mismo con el “Pato” y el “araña”. Pero sin dudas fue un lujo también tenerlo. Por suerte, después salimos campeones y clasificamos al Nacional y nos trajimos la copa de Corea”. Pascual Noriega.


“Hubo muchos perjuicios que terminaron por desconfiar de lo que pudo ser un gran proceso. Rompió con eso de que un jugador solo puede jugar en un puesto, algo extraño por estas tierras. Nos hacía participar a todos, sus métodos de entrenamientos eran cortos pero muy intensos, acorde a lo que se hacía en Europa. Fue una gran experiencia y creo que no la supimos aprovechar mejor. Era un lujo verlo patear tiros libres al Negro Ramos. Una delicia. Era una persona muy accesible. Recuerdo que había en Buenos Aires un programa con Mauro Viale a la medianoche en esos tiempos en donde Sívori habló más de 20 minutos sobre su salida de Racing. Eso marca la envergadura de ídolo que tenía”. Enrique Vivanco: 


"Veníamos de ser subcampeones y arrancamos con todo. Sívori no era de hablar mucho pero siempre te dejaba algún concepto. La verdad es que no salieron bien los movimientos tácticos que propuso y empatar con Peñarol y sobre todo con Huracán en casa, jugando flojo, fue un detonante. No imaginamos que podía llegar a irse por ese motivo. La gente insultó, es cierto, pero fue todo tan rápido que al final seguimos con lo nuestro sin darle tanta importancia. Con los años uno recién toma dimensión de que tuvo una estrella de la talla de Sívori como entrenador, en ese momento seguimos con lo nuestro como si nada. Hoy lo valoro muchísimo”. Roberto Gasparini:


“Era un tipo bárbaro pero raro también, de personalidad introvertida. Lo que mejor tenía era su pegada, más allá de sus consejos, en cada entrenamiento me hacía arrastrar de lo lindo. Lo disfrutamos poco tiempo”. Juan Manuel Ramos: 

La campaña de Sívori en Racing
  • Escuela Pte. Roca 4-0 Gasparini, Molina y Amuchástegui (2)
  • Las Palmas 3-0 Feliú, Molina y Amuchástegui
  • Sp. Belgrano (SF) 2-0 Vivanco y Oyola
  • U. San Vicente 2-1 Gasparini y Amuchástegui
  • Arg. Peñarol 0-0
  • Huracán 0-0
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