Alerta entre los intendentes: el drama de encontrarse con las arcas vacías

La caída de la actividad y su correlato en la baja recaudación ponen en jaque a las economías locales. La Provincia busca llevar tranquilidad y garantiza asistencia.

Ed Impresa 05/06/2020 César Martín Pucheta César Martín Pucheta
Ed 157 © Pito Campos
Ilustración: Daniel "Pito" Campos

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Con una tendencia positiva en materia sanitaria, con una seguidilla inédita de contagio cero desde que comenzó la pandemia, la Provincia de Córdoba empieza a analizar los tiempos pospandémicos con la mirada puesta en la recuperación económica.

Si bien la gran mayoría de las localidades del interior provincial no contabilizan casos positivos de coronavirus y, al ser catalogadas como “zonas blancas” pudieron ir retomando su actividad con mucha antelación en comparación a los conglomerados mayores en los que el virus siempre estuvo al acecho, la realidad de las finanzas arrastra una endeblez que antecede a la pandemia y que tiene que ver con una situación crítica general que la crisis sanitaria, claro está, llevó al extremo.

Si en el último mes, la Capital provincial echó mano a una cuestionada reducción general de horas de trabajo y salarios en la planta municipal y Río Cuarto y Villa María elevaron las advertencias a la administración provincial, la simple deducción puede inducir cuál es la realidad en los municipios más pequeños que vieron cómo sus ingresos se desmoronaron ante la caída de la recaudación.  “Vamos a tener situaciones muy complejas, pero también se dará la posibilidad de ir contando con más herramientas. Se irá viendo la evolución en los próximos meses”, dijo el riocuartense Juan Manuel Llamosas en una entrevista publicada por el diario Puntal el pasado domingo.

Luego de tres semanas de paro de transporte, Martín Llaryora encabeza una cruzada federal por la equiparación de subsidios que, en el fondo, busca obtener más recursos nacionales para garantizar la subsistencia del sistema en Córdoba. Detrás de él se encolumnaron todos los intendentes cordobeses que, en mayor o menor medida, enfrentan el mismo problemas. Las arcas municipales se están quedando vacías.

El rol fundamental de la Nación

El pasado mes, el Gobierno provincial tuvo que impulsar mecanismos para otorgar ayudas extraordinarias a una veintena de jefes comunales que, de no mediar el refuerzo económico, no hubiesen llegado a cumplimentar con sus obligaciones salariales.

El pasado lunes, los representantes comunales se reunieron con el ministro de Gobierno, Facundo Torres. Allí, se plantearon temas relacionados a la situación financiera pero también algunas dudas respecto a la apertura de la actividad en el interior provincial, cuya parálisis explica una buena parte de la caída de la recaudación en las administraciones locales. “Es la primera ventanilla en la que los vecinos dejan de pagar los impuestos. En algunos casos la recaudación ha caído hasta en un 90%”, señaló Ariel Grich a La Nueva Mañana.

“La situación de la pandemia en los municipios ha golpeado muy fuerte”, aseguró el titular del Foro de Intendentes radicales. “A la par de las administraciones provinciales y municipales estamos atendiendo una demanda social muy grande al mismo tiempo en que los fondos genuinos de los municipios se han visto muy golpeados”, dice Grich que hace unas semanas impulsó la entrega, por única vez y con fondos del Foro, un subsidio de $50 mil a las comunas adheridas a dicha institución, para ayudar a hacer frente a sus gastos.
“Estamos viendo cómo hacemos para el pago de sueldos y aguinaldos, y necesitamos que tanto la Provincia como la Nación nos puedan dar una mano en ese sentido. El compromiso está, porque estamos todos en el mismo barco”, afirma el intendente de Monte de los Gauchos.

Si bien desde la Casa de Gobierno buscan llevar tranquilidad a las administraciones municipales, la Provincia también arrastra sus propios fantasmas en materia económica, que se complican a partir de la negociación de la deuda provincial, que esta semana fue central en la sesión de la Unicameral.

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Martín Llaryora; Manuel Llamosas; Ariel Grich; Maciel Balduzzi.

A sabiendas de eso, desde hace tiempo los gobiernos locales (propios y opositores) vienen reclamando una mayor atención en materia de fondos coparticipables. Tras la pandemia, o en realidad durante la emergencia sanitaria, la mirada de los responsables de los más de 420 municipios repartidos en el territorio cordobés afina números para hacer frente a las obligaciones salariales, que aparecen como las más urgentes. La Provincia, confía en poder ayudar, pero saben que eso dependerá en gran parte de lo que pueda aportar la Casa Rosada.

Los últimos números de la recaudación provincial son los que encienden las señales de alerta en ese sentido ya que en mayo se perdió un cuarto de la recaudación. Si bien el crecimiento nominal fue del 13% respecto al  2019, si se descuenta la inflación (estimada),  los $ 22.702 millones de mayo dan cuenta de una caída interanual del orden del 21% respecto al 2019, y de un 25% respecto al año 2018. En el informe firmado por las autoridades financieras provinciales, se asegura  que “los recursos nacionales perdieron en mayo del 2020 un 24% en términos reales respecto al 2019 y un 27% si se toma como referencia el 2018”.

Aplicando los mismos parámetros a nivel país, la situación no mejora. La recaudación nacional de mayo, que alcanzó los $499.535 millones con un incremento del 12,4% en relación con el mismo mes del 2019, se habría ubicado algo más de 30 puntos por debajo de la proyección del índice de precios al consumidor para similar lapso. La razón central vuelve a ubicarse en la caída en el nivel de actividad asociada a la cuarentena.

Más allá de eso, la administración de Juan Schiaretti confía en que los fondos del Gobierno nacional, entregados bajo el concepto de Aportes del Tesoro (ATN), puedan tener una continuidad con el paso de los meses. Vale aclarar que desde la órbita nacional esas ayudas fueron entregadas durante la primera etapa del aislamiento y, desde allí, la administración provincial pudo fortalecer su asistencia a los intendentes y jefes comunales.

Las zonas blancas, sin excepción ante la crisis

“En el departamento Río Segundo no hemos tenido ningún caso de coronavirus por lo que la flexibilización de las actividades económicas ha sido menor que en otras zonas de la provincia. De todos modos, la situación económica está sintiendo el cimbronazo“, señala Maciel Balduzzi, intendente de Costa Sacate.

“En cuanto a la recaudación son muchos los intendentes que tienen problemas para atender a las situaciones que se presentan ante la pandemia, de todos modos el Gobierno provincial ya anticipó que ante la presencia de esos problemas, los jefes comunales tienen que pedir la ayuda que, de ser necesaria, se brindará”, asegura el representante del Comupro (Grupo de Municipios y Comunas de la Provincia de Córdoba).

En un paneo por el interior provincial, la realidad indica que los protocolos se mantienen vigentes a lo largo de toda la provincia, por lo que la actividad comercial se ve reducida, a pesar que la vida cotidiana de los vecinos no se vea tan alterada como en los grandes conglomerados urbanos. La gente sale igual pero se cuida más. Se restringen las reuniones sociales, los cumpleaños, las juntadas, pero no en su totalidad. En localidades en donde el personal de seguridad se contabiliza con los dedos de las manos y los recursos son los esenciales, se hace muy difícil controlarlo todo. De todos modos, los comercios sí están obligados a cerrar a determinado horario y eso reduce el margen de actividad. Esa realidad termina impactando en la vida económica de los ciudadanos y tiene su correlato en las arcas de los municipios. Por eso los intendentes pedirán mayores flexibilidades.

Durante la jornada de hoy habrá un nuevo cónclave virtual en el que los jefes comunales podrán realizar los planteos a las autoridades del COE central y del Ministerio de Salud. Saben que no hay dilema posible respecto al cuidado de la salud y el futuro de la economía, pero también que una cosa va de la mano con la otra. 

 

 

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