“Comercio y Justicia es una herramienta de trabajo para nuestros lectores”

El diario Comercio y Justicia celebró el 2 de octubre sus 80 años de vida en el periodismo cordobés. Durante su trayectoria estuvo a cargo de diferentes administradores, hasta que en 2002 –luego de que la editorial brasileña Gazeta Mercantil se retirara del mercado argentino– sus empleados constituyeron la Cooperativa La Prensa, que hoy es Comercio y Justicia Editores Cooperativa de Trabajo Ltda.

De esta manera, Comercio y Justicia se convirtió en el tercer diario cooperativo de la Argentina y quedó en manos de sus trabajadores. Carlos Abriola ejerce hoy la presidencia de la cooperativa y es uno de los trabajadores que vivió el proceso que los llevó a mantenerse como un medio de referencia para los profesionales del sector.

“El proceso fue bastante traumático –le contó Abriola a La Nueva Mañana–. De un día para otro nos encontramos con la empresa cerrada y con los dueños que decían que ya no les convenía seguir en Argentina. A un compañero se le ocurrió armar esta cooperativa para poner el diario en marcha de nuevo. Hubo un poco de resistencia al principio, pero era la única manera de hacerlo, sobre todo por la quiebra que se venía: era más fácil que alguien comprara una empresa funcionando y no una empresa quebrada. Queríamos salvar las fuentes de trabajo, pero también apostábamos a que alguien compre la empresa, sin detenernos a pensar en que íbamos a ser nosotros los que la íbamos a comprar”.

–¿Cuáles fueron las principales dificultades al poner en marcha la cooperativa?

–Al principio la dificultad era económica más que de funcionamiento, porque teníamos a la gente y a todas las áreas funcionando bien como para que la empresa se pudiera administrar correctamente. Pero todo el dinero que entraba –básicamente por las suscripciones– se iba a comprar insumos para seguir trabajando. Estuvimos casi tres años sin cobrar nada.

–¿Cuáles son los desafíos hoy? 

–Los desafíos ahora son otros. Somos 44 socios y no es fácil vivir de una misma empresa. Pero tenemos proyectos nuevos. La edición en papel es importante, pero estamos abocados a un proceso de reconversión a los medios digitales. Ya estamos transitando ese camino, mejorando, especializándonos y capacitándonos. Hay gente que maneja exclusivamente las redes, gente que carga las noticias de forma permanente en la página web para que sea dinámica.

–Comercio y Justicia es un medio especializado, ¿qué buscan sus lectores?

–Buscan información segmentada enfocada en su actividad profesional o empresaria. El diario acerca información calificada con un análisis profesional, con un lenguaje acorde al receptor de la noticia y es información seleccionada entre mucha otra que anda dando vueltas. Eso es lo que valoran nuestros lectores, que sea información que les sirva para su actividad. Es una herramienta de trabajo.

–¿Tienen identificado a su púbico?

–Sí, llegamos a un público profesional, sobre todo abogados y contadores. Pero también a todo tipo de profesionales porque estamos en todos los colegios profesionales y eso hace que se vayan acercando. Los sectores empresarios e industriales también son nuestro público porque están comprendidos en la temática que tratamos cada día.

–¿Cuáles son los proyectos del diario al cumplir 80 años?

–Estamos trabajando en el reposicionamiento de la marca para estar en la mente del mercado al cual apuntamos. También estamos desarrollando una nueva unidad de negocio que es CyJ Capacitaciones, que tiene que ver con la actualización profesional a través de charlas, eventos, jornadas, posgrados, que hace que nos acerquemos al público. Sabemos que el 65 por ciento de nuestros lectores tiene posgrado, o sea que no solamente tiene su título, sino que también tiene sus especializaciones y está ávidos de actualización profesional. Y también es una forma de afianzar la marca en el sector.

–Comercio y Justicia recibió el reconcomiendo de la Legislatura de Córdoba y del Colegio de Abogados, ¿cómo lo vivieron?

–Fue bastante emotivo porque fue un reconocimiento unánime y eso nos pone bien. Debe ser que estamos haciendo las cosas bien, con respeto. Hemos recibido además una gran cantidad de saludos y felicitaciones, tanto de particulares como de instituciones. Es un empujón anímico muy importante. En Comercio y Justicia tenemos gente a la que le gusta esta forma de trabajo y eso es importante para lograr mantenernos en el tiempo. Una cooperativa no es fácil de llevar. Hay que seguir trabajando en pos de aportar algo a la sociedad. Tratamos que sea un medio que informe las cosas como son y que cada uno saque sus conclusiones. Eso también ha hecho que el diario persista en el tiempo.

–Con estos 17 años en el cooperativismo, ¿cuáles son las ventajas de esta forma de trabajar?

–Desde que somos cooperativa nos sentimos arraigados a nuestro trabajo, no estamos mirando la hora para irnos, no estamos sintiendo presión para trabajar. Nos gusta trabajar en esto porque es nuestro emprendimiento. Una cooperativa se tiene que conformar con gente que tenga espíritu emprendedor: mientras tengamos eso va a ser una ventaja trabajar en la cooperativa. Las desventajas fueron sobre todo al principio, cuando todavía no encontrábamos el rumbo para llevar adelante la empresa. Porque hasta ese momento el empresario daba las órdenes y decía por dónde ir. Nos llevó un tiempo entender eso. Nos capacitamos mucho respecto a cómo se trabaja en una empresa cooperativa, tuvimos que formarnos. No cambiaría esta forma de empresa. Todos los socios ya hemos pasado por el Consejo de Administración sin dejar de lado la tarea diaria de cada uno, y eso es un aprendizaje. 

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