Reconocerse violentos. Historias en el Centro Integral de Varones

Más de 6100 varones denunciados por violencia de género pasaron por los espacios del Centro Integral de Varones desde que comenzó a funcionar.

Ed Impresa 23/08/2019 Soledad Soler
guante03
Córdoba ya registra 12 femicidios en lo que va del año. En la mayoría de los casos, las mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas.

chapa_ed_impresa_01


Especial para La Nueva Mañana

“Llegué al Polo por la denuncia de la mamá de mi hijo”. Javier Villarreal recuerda perfectamente el hecho de violencia por el cual su pareja lo denunció en enero de este año. “Estaba muy sacado, muy enojado”, admite. Así, furioso, llegó al Centro Integral para Varones dependiente de la Secretaría de Lucha contra la Violencia a la Mujer y Trata de Personas de la Provincia. “Llegué con los tapones de punta, pensando: qué hago acá”. “Con el paso de los días te das cuenta de que la violencia de género también es hostigamiento”.

Debido al episodio de violencia que denunció su pareja, Javier fue excluido del hogar durante noventa días. Asistir a los grupos del Polo le permitió abordar lo que había hecho. “Me ayudó mucho, pero tenés que estar dispuesto a analizarte”, asume hoy.

“El hombre tiene que dejar de pararse en el pedestal y ponerse a la misma altura. Sino el orgullo machista no deja ver la realidad”. Javier continúa en pareja con la misma mujer que lo denunció y tiene intención de continuar asistiendo a los grupos de varones. “Aprendí que hay mucho en el pasado y que tenemos que aprender a dialogar”, reconoce.

Los orígenes de la violencia

“No se nace genéticamente violento, eso se va construyendo”, explica Jorge Ibáñez, psiquiatra y director del Centro Integral de Varones, en diálogo con La Nueva Mañana.

En relación a la incidencia de posibles trastornos mentales en los victimarios, Ibañez aclara que “la salud mental no es necesariamente la causa para que un hombre ejerza violencia” y agrega: “La ejecución de la violencia en general tiene que ver con el modelo patriarcal, que implica someter al otro al control”.

“Lo primero que hacemos cuando un usuario es derivado al Centro es una evaluación interdisciplinaria en la cual participamos psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales. En la primera entrevista evaluamos el riesgo de que puedan ocurrir nuevas situaciones de violencia contra la mujer. Cuando hay un índice alto se informa inmediatamente a Tribunales. Hacemos una historicidad de la situación del sujeto y analizamos si existe alguna situación agregada a la de violencia”, detalla Ibañez.

El psiquiatra señala que el segundo paso consiste en determinar un tratamiento en base a cómo está el sujeto frente al problema. “Algunos no reconocen la problemática, y no están dispuestos al cambio; hay otros que la reconocen, pero están en etapa de duda o ambivalencias; y otros, que ya pueden reconocer la violencia”, señala.

En base a este diagnóstico, se trabaja con distintas herramientas en grupos motivacionales o de reflexión; y con espacios individuales puntuales como instancias preparatorias para el proceso grupal. “Tenemos grupos donde trabajamos junto a la Secretaría de Drogas con varones que tienen un consumo problemático de sustancias”, detalla Ibañez.

El perfil promedio de usuarios del Centro Integral de Varones son sujetos de entre 35 y 45 años con nivel secundario, que trabajan. Un dato resulta relevante: más del 54% cuenta con acceso a una obra social, lo cual habla a las claras de la transversalidad del machismo, que no distingue niveles socio económicos.

Violentos extremos

En el abordaje de los distintos perfiles de varones que llegan denunciados, excluidos de sus hogares por la Justicia, aparecen casos de psicopatías “donde el otro es un objeto para satisfacer la propia necesidad”. “Hay casos que son muy extremos donde no corresponde un método de este tipo sino el control judicial”, explica Ibañez. La mayoría de las veces los varones llegan al Centro muy enojados “lo cual no implica que sean psicópatas”, aclara.

El Centro Integral de Varones no trabaja desde el psicoanálisis, sino desde una perspectiva de género para el abordaje psico socio educativo de la violencia. Quienes pasan por allí son varones que no están en situación de encierro, que se encuentren en distintas condiciones judiciales, pero que aún gozan de cierta autonomía en libertad.

Erradicar la violencia machista

“Los varones pagamos un alto costo por sostener los valores del machismo”, expresa el funcionario provincial. Consultado sobre la posibilidad real de erradicar las conductas violentas, Ibañez afirma que “uno puede cambiar, pero es necesario que se le brinden ciertas condiciones para poder lograrlo”.

En la actualidad, más del 20% de los varones que pasan por el Polo continúan asistiendo voluntariamente a los grupos, aun cuando las medidas judiciales han caído.

Córdoba ya registra 12 femicidios en lo que va del año. En la mayoría de los casos, las mujeres fueron asesinadas por sus parejas o ex parejas. En varios casos, ya habían realizado denuncias por violencia de género y/o contaban con botón antipánico. La política de colocar tobilleras y pulseras electrónicas a los agresores tienen escasa aplicación en la Provincia.

Deconstruir agresores

6100 varones han pasado por el Centro Integral de Varones desde que abrieron sus puertas en el año 2016.
Sólo 25 varones fueron denunciantes. La mitad de estos casos corresponden a denuncias cruzadas.
99% de los casos llegan al Polo de la Mujer por orden judicial.


Si sos víctima de violencia de género o conocés a alguien que necesite ayuda, comunicate a la línea nacional y gratuita 144, que funciona todos los días del año, las 24 horas.
También podés dirigirte al Polo Integral de la Mujer (teléfono 0800 888 9898, Entre Ríos 680, Córdoba Capital).
 

Edición Impresa

Seguí el desarrollo de esta noticia y otras más 
en la edición impresa de La Nueva Mañana
 
Todos los viernes en tu kiosco ]


Últimas noticias
Lo más visto