Melani, la nena cordobesa que donó vida a ocho personas

Melani Mendoza Olmedo, de nueve años, falleció en Laboulaye el 30 de mayo en coincidencia con el Día Nacional de la Donación de Órganos, tras ahogarse con una semilla de girasol. Gracias a la decisión de sus padres, su muerte sembró vida.

Córdoba 22/06/2017 Consuelo Cabral
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Melani (izquierda) junto a su hermana Naiara.

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Cintia Olmedo y Walter Mendoza se conocieron en 1997 en la ciudad de Laboulaye, a 396 kilómetros al sudeste de la Capital provincial. Ella tenía 16 años y él 20. La mamá de Walter les regaló un terreno para construir la casa donde nacieron sus dos hijas, Melani y Naiara. Pero desde hace 20 días entre esas mismas paredes aún sin revocar, ya no viven los cuatro.

El sábado 27 de mayo, Melani, con nueve años recién cumplidos, estaba jugando con sus primos cuando se ahogó con una semilla de girasol.
Cintia cuenta a LA NUEVA MAÑANA que ese sábado habían ido a ver a su hermano que jugaba un campeonato de fútbol. “Todos los chicos estaban comiendo esas semillas de girasol que vienen en bolsitas, eran cerca de diez, cuando viene una de mis sobrinas corriendo y me dice ‘la Mela se ahogó’. Yo salí corriendo pero en el momento no nos imaginamos que era para tanto. Pero después vi que no podía respirar y salí corriendo para el dispensario”.

Luego de dos días la trasladaron en ambulancia desde Laboulaye hasta Río Cuarto. “Los doctores nos dijeron que había estado con convulsiones toda la noche, tenían miedo de llevarla así. Cuando le hicieron el encefalograma, le salía una chispita apenas. Al otro día, la actividad ya era nula. Su cerebro dejó de funcionar. Le funcionaban los órganos pero ella ya no estaba acá”.

Ese martes, después de tres paros cardiorrespiratorios, Melani falleció en el Hospital San Antonio de Padua en Río Cuarto, a donde había sido trasladada desde el Regional Ramón Cárcano. Walter Acotto, director del hospital riocuartense, dijo que “se hizo todo lo posible pero no se pudo. Sufrió una broncoaspiración. Comió una semilla y en lugar de írsele para el estómago o de expulsarla, se le fue por las vías respiratorias”.

La muerte de Melani coincidió con la conmemoración del Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos. La fecha fue establecida en Argentina por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) en 1997 para recordar el nacimiento del hijo de la primera paciente que dio a luz después de haber recibido un trasplante hepático en un hospital público de nuestro país.

Cintia y Walter, en medio del dolor, decidieron donar los órganos de su hija y así fue como Melani, la nena a la que le encantaba comer fideos moñitos con pollo y semillas de girasol, la hermana de Naiara, la que bailaba sobre el piso de cemento de la casa sin terminar de sus papás y estudiaba en la Escuela Conrado Villegas, le dio vida a ocho personas.

Cintia recuerda cómo fue que tomaron la decisión: “Me llamaron y me dijeron ‘falleció Mela’. Al ratito me preguntaron si queríamos donar sus órganos y pensé ‘haga lo que haga no me la van a devolver’. Fue un impulso mío porque mi marido en un primer momento dijo que no. Pero yo sentí como que algo me tocó y me pidió que dijera que sí. Justo me habían contado que era el Día Nacional del Donante de Órganos y fue como una señal. Además, Mela amaba los nenes, iba a la casa de ellos y los hacía jugar, vivía para los chicos. Era un pan del cielo, muy buena. Muy humilde, sana, buenita, no tenía maldad para nada. Todos la querían. Entonces yo me puse en su lugar y pensé que ella hubiese querido eso, salvar a otros nenes”.

Mientras ellos donaban los órganos de Melani, sus familiares y vecinos organizaban una colecta para ayudarlos a afrontar los días en los que Walter no pudo trabajar en la obra. “Walter es albañil y vive de hacer changas porque no pudo terminar la secundaria. A veces yo reemplazo a mi hermana en el instituto cardiovascular de acá para colaborar en casa”, dice Cintia.

La misma humildad que menciona en Melani es la que atraviesa sus palabras. Ante la consulta de qué cosas necesitan para terminar su casa, Cintia pregunta si es posible agradecerles a los médicos que atendieron a su hija y a todas las personas que rezaron. Después contara que la Municipalidad de Laboulaye, tras la muerte de ‘Mela’, les donó sanitarios para que pudieran terminar el baño y que lo único que le gustaría sería que Walter tenga un trabajo fijo.

Paola Zingaretti, coordinadora de transplantes del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) y del Ente Coordinador de Ablación e Implantes de Córdoba (Ecodaic) en Río Cuarto, señaló a este medio que la de Melani Mendoza Olmedo fue una donación multiorgánica donde los órganos que se extrajeron fueron hígado, páncreas y riñones y como tejidos se utilizaron dos válvulas cardíacas y ambas córneas. “El corazón como órgano no se pudo extraer porque estaba dañado el músculo por los paros cardíacos”, dijo.

Si bien la Ley 24.193, que rige desde 1993 la donación y el trasplante de órganos y tejidos en la Argentina, prioriza cuidar el anonimato de los donantes y los receptores, Zingaretti explicó que fueron destinados a niños, jóvenes o personas con peso menor a 45 kilos, todos pacientes en lista de espera en Córdoba y en el Hospital Garrahan, en Buenos Aires.

Por otro lado, la representante del Incucai destacó “la valentía de la familia de Melani para tomar una decisión así en un momento tan doloroso”.


Vuelve a aumentar la donación de órganos en Córdoba

Según datos del Incucai en Argentina hay 11 mil pacientes en lista de espera. En tanto, en los primeros seis meses de 2017 se hicieron 643 trasplantes de órganos y tejidos que le dieron una segunda oportunidad a centenares de personas. Carmen Bacque, presidenta del organismo, señala que el Incucai fue reconocido como “centro de donación por parte de la Organización Mundial de la Salud por la transparencia que existe en el trámite”.

En Córdoba, hasta el 30 de mayo se obtuvieron 73 órganos y se realizaron 64 trasplantes, contra 142 que hubo en 2016. Pero si se le suman las procuraciones de tejidos, en lo que va del año hubo 123 ablaciones. Esto, según explica Marcial Angós, director de Ecodaic, dependiente del organismo nacional, significa una mejoría y un aumento en los donantes, que hasta junio sumaron 30.

En tanto, hay 944 cordobeses que esperan un trasplante, de los cuales el 80 por ciento son pacientes renales y menos del 10 por ciento son pediátricos.
Para Angós “la cantidad de procuraciones realizadas ha mejorado en relación a 2016, donde hubo una caída tras un año récord como fue el 2015, donde se obtuvieron 219 órganos y se hicieron 180 trasplantes. Esta baja, ocurrida en 2016, responde a épocas de cambios políticos, económicos y sociales, en los cuales hemos visto que aumenta la negativa a la donación de órganos. De todas maneras, son muchos los factores que intervienen y las responsabilidades, cuando hay aumento de donación o disminución, son compartidas entre el equipo médico y la comunidad. Por más que tengas toda la tecnología y las innovaciones que existen en el siglo XXI, el pilar de todo este proceso sigue siendo la decisión de las personas en donar o no vida, y eso es algo sumamente personal y respetable”.

Por ello para el director de Ecodaic lo más importante es el diálogo entre la familia y manifestar al círculo íntimo cuál es la decisión respecto a la donación. “Prácticamente todas las familias que conocen la voluntad de la persona que fallece, la respetan porque es prácticamente un testamento”.

La detección de potenciales donantes es clave para lograr la procuración. En ese marco, son 35 los coordinadores hospitalarios que trabajan en el ámbito público, en el marco del Programa Córdoba Procura, que funciona desde el 2014.

Además, Ecodaic lleva adelante distintas acciones de promoción de la donación de órganos y tejidos hacia la comunidad. Entre ellas, se destacan las capacitaciones con puntaje docente, que se realizan desde el 2014, gracias a un convenio con el ministerio de Educación. También se realizan capacitaciones periódicas a promotores voluntarios, ONG’s y a comunicadores y periodistas.


Ley modelo
La Ley 24.193 es una norma modelo en el mundo. En enero de 2006 incorporó las modificaciones introducidas por la Ley 26.066, también conocida como Ley de Donante Presunto.

La normativa establece que toda persona capaz y mayor de 18 años pasa a ser donante de órganos y tejidos tras su fallecimiento, salvo que haya manifestado su oposición.

En todos los casos, debe efectuarse por escrito, al igual que su revocatoria. Se puede firmar un acta de expresión en el Incucai, en los Organismos Jurisdiccionales de Ablación e Implante de todo el país, o en la sección Documentación de la Policía Federal. También, asentarlo en el Documento Nacional de Identidad en las oficinas del Registro Civil de todo el país o enviar un telegrama gratuito desde las dependencias del Correo Argentino de todo el país (sólo para expresar oposición).

De no existir manifestación expresa ni a favor ni en contra, la ley presume que la persona es donante. Sólo cuando la persona no haya dejado constancia expresa, los familiares directos son quienes dan cuenta de la voluntad respecto a la donación de órganos, y ésta debe condecir con la última voluntad del fallecido.
Ante el fallecimiento de menores de 18 años no emancipados, sólo los padres o representantes legales pueden decidir.

¿CÓMO SER DONANTE?

En la Argentina, por ley, toda persona mayor de 18 años puede manifestar su voluntad respecto de la donación de órganos a través de los siguientes medios:

  • Manifestando la voluntad de donar a la familia o núcleo íntimo. Este punto si bien a primera vista parece el más informal, es destacado por los especialistas como uno de los principales.
  • Registrándose en el sitio web www.incucai.gov.ar o llamando al teléfono gratuito 0800 555 4628 (INCU).
  • Asentarlo en el momento de tramitar el Documento Nacional de Identidad (DNI) en los registros civiles.
  • Firmando un acta de expresión de voluntad en el Incucai o en los organismos provinciales de ablación e implante de todo el país.
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