Cierre local y expansión global, la estrategia de Arcor en épocas de crisis

Mientras el grupo empresarial cerró una planta industrial en Mendoza debido a la merma en la comercialización interna, por otro lado apuesta a nuevos horizontes en África.

Ed Impresa11/05/2019 Facundo Piai
Campagnola Mendoza

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Especial para La Nueva Mañana

La empresa que en un comienzo producía caramelos, es hoy la compañía argentina con más mercados abiertos en el mundo. Además de profundizar su presencia global, la firma fundada en Arroyito en 1951 por Fulvio Salvador Pagani diversificó su capital y tiene control político y financiero sobre una gran cantidad de entidades. Estas empresas subsidiarias que conforman la estructura forjada por los Pagani suman 28. Además tiene acciones y diferentes tipos de asociación en otras ocho sociedades radicadas en Argentina, México, Ecuador y Uruguay. Incluyendo acciones en GAP Inversora S.A dedicada a Operaciones financieras y de inversión. Todo el entramado de sociedades es controlado por el Grupo Arcor S.A, entidad con domicilio legal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La parte del león de los ingresos generados proviene por la venta de productos de consumo masivo, como son las golosinas, chocolates, galletas, helados, aceite y diferentes alimentos. También se destaca por la producción y comercialización de insumos industriales, como el papel film, papel virgen, cartón, chocolates industriales, alcohol, azúcar y derivados de maíz, entre otros productos. El Grupo desarrolló la estrategia de organizarse verticalmente, esto quiere decir que tiene presencia en todos los eslabones de la cadena de valor, desde la producción de materias primas hasta su transformación, la producción de aditivos y el empaque de los alimentos. De modo tal que Arcor no es solamente la principal empresa de alimentos de Argentina, también se dedica con éxito a los agronegocios y el packaging.

Más de 40 plantas industriales en seis países

Su condición de empresa líder en el país y la región no la inmunizó a la debacle económica. El deterioro de las principales variables de la economía y la recesión de casi tres puntos del año pasado le pasó factura a este pulpo que tiene más de 40 plantas industriales ubicadas en seis países. Producto del deterioro económico del país, las ventas de Arcor Argentina (que también incluye a las exportaciones de los productos producidos aquí) cayeron en el porcentaje de ventas totales del grupo. Las plantas ubicadas dentro del territorio nacional representaron el 72,9% de las ventas de Arcor en el 2017, contra el 68,9% publicado en el balance 2018. En consecuencia, la comercialización de productos elaborados por las plantas afincadas en distintos países de Latinoamérica incrementaron su participación en las ventas totales de esta multinacional.

En comparación con el desempeño del año pasado, se destacan aumentos de volumen de ventas y facturación en la mayoría de los negocios que el primer productor mundial de caramelos duros tiene en el exterior. Estos datos contrastan con el desempeño en el mercado local que sufrió algunas bajas como consecuencia de la pérdida de poder de compra de los salarios. Según su presidente, la empresa cerró el año pasado con una caída de dos por ciento en el volumen de ventas en relación al año 2017. A pesar de que en los diagnósticos económicos presentes en los balances evalúan favorablemente las bases del programa económico del Gobierno.

En el estado financiero del año 2017, aseguraban que “la demanda interna privada continuará mejorando en el contexto de una política macroeconómica restrictiva”, para lo cual las “tasas de interés real elevadas” son consideradas “necesarias” para bajar la inflación. Del mismo modo, apoyaron la desregulación del mercado cambiario y financiero, “lo que nos permitió operar de una forma mucho más eficiente”, reconocieron en el balance público para sus accionistas.

Un cierre de planta que contrasta con el optimismo oficialista

Las noticias de cierre de subsidiarias del Grupo que se conocieron en el transcurso de esta semana contrastan con el optimismo en los resultados económico del programa económico del Gobierno. Recientemente la planta de La Campagnola, propiedad de Arcor, dejará de producir desde la provincia de Mendoza. Mediante un comunicado, la compañía informó que mudarán parte de la capacidad productiva de la planta al complejo industrial de la localidad puntana de Villa Mercedes. Al tiempo que apuntaron a la crisis de la industria frutihortícola, los altos costos, el incremento de las importaciones y la caída del consumo, como las principales causas de su decisión. La planta elaboraba 185 mil toneladas de productos anualmente, dentro de los que se destacan mermeladas, salsas, tomates, jugos, aderezos y diferentes conservas, y empleaba a 1.300 trabajadores, en el momento de mayor actividad.

El cierre de la planta mendocina no fue una estrategia aislada del primer productor de harina de maíz del país. La semana pasada, habían anunciado la suspensión de la producción de alcohol de la planta ubicada en San Pedro, provincia de Buenos Aires, que abastecía a la industria de las bebidas alcohólicas y perfumería. Del mismo modo, frenó la producción de glucosa en Arroyito, Córdoba, por acumulación de stock. La caída del consumo de estos insumos para la industria alimentaria se corresponde con los números en rojo del índice de producción industrial manufacturero medido por Indec, en donde los relevamientos de marzo muestran un deterioro de siete puntos respecto a marzo del 2017 y -3,6% en el acumulado del año.

Es innegable la repercusión del aumento de las tarifas en la estructura de costos del Grupo. Los gastos de producción del año pasado dictan que del listado extenso de erogaciones requeridas para la fabricación de distintos bienes, lo pagado en concepto de fletes, combustibles, energía eléctrica y gas (segmentos afectados directamente por los tarifazos), representaron el 15% del gasto total. Mientras que lo pagado en impuestos tasas y contribuciones representó el 0,6% del gasto total de producción, para que tengamos una referencia.

Un nuevo horizonte: Angola

Si bien los números de algunas de las marcas de las subsidiarias del Grupo presentaron una merma respecto al 2017, el nivel de liquidez del grupo ascendió a los 4.840,3 millones de pesos al cierre del año pasado, cuando en el 2017 había sido de 2.663,9 millones. Mientras que los recursos provenientes de la especulación financiera le otorgaron una renta de $394.766.700, según reconoció la Sociedad por operaciones de contratos a términos y compra de dólar futuro. La renta financiera antes mencionada nutre el ingreso financiero neto del año 2018 que rondó los 868.072.549 pesos. La performance económica del 2018 le permitió profundizar la alianza con Laboratorios Bagó y con Mastellone Hermanos S.A, en donde adquirieron mayor porcentaje accionario.

Por otro lado, no podemos dejar de mencionar la incursión industrial del Grupo en el continente africano, para lo cual invirtieron 45 millones de dólares. Al parecer, la nueva estrategia de esta multinacional surgida en Arroyito consiste en reorganizar las plantas locales, el funcionamiento y la capacidad instalada, teniendo en cuenta la performance de las diferentes marcas en el crítico contexto local, para fortalecer el desembarco de una nueva planta en Angola. Naturalmente, la baratura de la mano de obra es el factor determinante que persigue esta poderosa sociedad en su afán de profundizar su presencia en el mercado asiático y africano.

 

 

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