En la madrugada del 28 de junio de 2007, un voraz incendio se desató en la parte posterior del Teatro Comedia y redujo a cenizas algo más que sus instalaciones. También destruyó las ilusiones de la comunidad artística cordobesa que comenzaba a apropiarse de esa sala teatral que había sido expropiada dos años antes por la Municipalidad de Córdoba, luego de años de gestión privada.
Por varias horas, las llamas consumieron lo que en su momento fue el antiguo Teatro Odeón, y que albergó a importantes artistas nacionales como Norma Aleandro, Mariano Mores o Ana María Campoy; pero donde además meses antes había nacido el festival “100 horas de Teatro Independiente”, evento que organiza el municipio y aún hoy se lleva adelante (este año se realizó en el Estadio del Centro, en instalaciones prestadas). Pasaron 10 años y tres intendentes, y aunque todos ellos auguraron la apertura de su telón, la sala aún hoy continúa cerrada.

“Nuestro horizonte es su reapertura para marzo de 2019, en el marco del Congreso de la Lengua Española. El proyecto está diseñado y consensuado, pero para dar continuidad a la obra necesitamos una financiación extra, más allá de la inversión que realice la Municipalidad”, explicó a LA NUEVA MAÑANA el secretario de Cultura de la ciudad de Córdoba, Francisco Marchiaro.
Mientras se siguen gestionando los recursos para poder reconstruir el teatro, un gran panel cubre su entrada para evitar que el edificio de calle Rivadavia se convierta en refugio de personas en situación de calle o una guarida para delincuentes.

Proyecto y plan de obra

Según Marchiaro, el proyecto para poner en valor el Comedia sigue vigente porque fue un trabajo consensuado de una comisión que trabajó varios meses y que integraron los sectores que componen la comunidad teatral cordobesa.
“Junto al sector independiente (actores, bailarines y la red de salas), los elencos estables de la Municipalidad, y un referente de la actividad teatral escénica que en ese momento fue Maximiliano Olocco –que hoy es el director del Teatro del Libertador San Martín-, discutimos qué modelo de teatro le convenía a la ciudad. Definimos entonces que en lugar de reconstruir el viejo Comedia que no tenía valor patrimonial y del cual ya no quedaba nada, debíamos hacer un teatro del siglo XXI, más contemporáneo, con sala de ensayo, pullman, lugares de producción y condiciones de seguridad. Hasta entonces, no se había hecho más que un tinglado por lo que empezamos con esa obra entre los años 2012 y 2014; se diseñaron los planos del proyecto y el plan de avance, y la Municipalidad con recursos propios comenzó la obra. Se demolieron las ruinas del viejo teatro, cavamos dos subsuelos y completamos toda la estructura, las vigas, la mampostería, los entrepisos; esto conllevó una inversión cuyo monto, al día de hoy, se traduciría en 15 millones de pesos en total”, aseguró el secretario de Cultura municipal.

“Desde el día uno empezamos a buscar fondos, porque en ningún lugar del mundo un teatro o un museo grande es reconstruido con fondos propios del Gobierno municipal. Generalmente en esa inversión participan otros Estados -el nacional, el provincial-, un mix de empresarios o una cámara empresarial. Con el Comedia esto no sucedió. Durante dos años pusimos fondos propios y se nos acabó el dinero en función de la crisis que atravesó y atraviesa el país”, precisó Marchiaro.

“Aun así, con la barrera de los 10 años del incendio, hace varios meses que aceleré ese proceso de gestión pero lamentablemente hoy, a pesar de tener varios canales abiertos y muchas posibilidades, no tengo firmado un convenio que me garantice esos recursos”, admitió.
Sin embargo, el funcionario municipal sentenció que esta búsqueda de inversiones continúa porque “nuestro horizonte es poder reabrir y tener listo el Comedia en marzo de 2019 en el marco del Congreso Internacional de la Lengua Española”.
Cabe recordar que en enero pasado, el ministro de Turismo de la Nación, el cordobés Gustavo Santos, firmó un convenio con el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, para la organización del VIII Congreso Internacional de la Lengua, que tendrá lugar en la ciudad de Córdoba entre el 27 al 30 de marzo del año 2019.
“Para que eso suceda, necesito financiación extra, aparte de la que el municipio pueda llegar a comprometer”, confirmó Marchiaro.

En primera persona

Alberto Ramos fue hasta el momento del siniestro el administrador del teatro Comedia, y uno de los cinco empleados estables que tenía la sala antes de ser expropiada por la administración del intendente Luis Juez.
Fue quien más insistió para que ese espacio cultural pasara a manos del municipio. “Para el 2005, el Comedia estaba muy venido abajo, en malas condiciones, porque no era rentable para los privados que lo gestionaban. Lo querían vender y había empresarios de Buenos Aires interesados en comprarlo. Por eso, los pocos empleados que éramos pedimos una audiencia con el entonces intendente Juez para explicarle que el teatro siempre era rehén de los espectáculos de Buenos aires por razones netamente comerciales; pero que era necesario priorizar lo local. Le transmitimos que el Gobierno provincial tenía, en plena ciudad, dos teatros: el San Martín y el Real y que esta era la oportunidad para que la Capital cordobesa tuviera el propio”, recordó Ramos.

Fue el puntapié inicial para su expropiación. Dos años más tarde, previo al incendio, Ramos continuaría frente al Comedia como administrador y en ese rol comenzó a exigir ciertas cuestiones que hacían a la seguridad de la sala.
“Nosotros amábamos el teatro. Nos hicimos cargo y hasta nos quedábamos a dormir allí, pero vimos que hacían falta muchas cosas. Por eso, para el fin de año de 2004, le alcancé a Juez una carta enumerando una serie de requerimientos. En ella le decíamos que las puertas eran inseguras, que no había un guardia de seguridad, que la sala tenía muchas cosas de valor y que esta era una zona de vandalismo, entre otras cuestiones. Nunca tuve respuesta. Creo que la respuesta se dio en los hechos, aquel 28 de junio de 2007”, reflexionó.
Cuando recuerda el incendio, Alberto asegura: “Nunca tuve en claro qué ocurrió. Hubo dos hipótesis. Una era que desde arriba del escenario, que colindaba con una playa de estacionamiento cuya ventana tenía los vidrios rotos, alguien podría haber arrojado algún elemento para que el incendio se originara. La otra versión fue que en los sótanos había una bomba de agua que trabajaba automáticamente con una cisterna arriba del edificio. Era un equipo muy viejo. Se cree que pudo haberse trabado a media noche, y que un cortocircuito generó las llamas que tomaron el escenario. Era la parte más vulnerable del teatro porque estaba llena de telas y estaba construido todo de madera”, apuntó.
Ramos hoy sigue trabajando en el ámbito de la Municipalidad, como coordinador de artistas callejeros. Sin embargo reconoce: “La última vez que entré fue hace muchos años. En ese momento denuncié a la comuna que allí estaban viviendo cartoneros y que inclusive procesaban los cartones ahí adentro. Eso fue hace dos años. Después colocaron los paneles y ya no volví a entrar”, reconoció.
Alberto sabe del valor de ese teatro, lo amó y vivió para él 10 años, también tiene en claro su importancia para la comunidad cultural cordobesa. De hecho, su opinión fue avalada por un estudio encargado por el municipio.
“Hace un tiempo hicimos un estudio muy serio sobre el ecosistema teatral junto con la Universidad, donde fundamentamos la importancia de ese teatro. Esa lectura determinó que la sala del Comedia, con una capacidad de entre 500 y 650 butacas, sería muy valiosa, muy importante para la industria escénica local. Por eso tampoco es un ´capricho´ estatal recuperarlo. Es realmente una necesidad”, coincidió Marchiaro.