Golpe de Agua: una sorpresa en pleno valle de Calamuchita

A poco más de 80 kilómetros de la ciudad de Córdoba, este paraje guarda un lugar increíble, que pareciera el escenario de una película. Para ir desde Córdoba Capital, se puede tomar la ruta N°5, y en la rotonda de Villa Ciudad América, dirigirse hacia la ruta S271.

Turismo 02/03/2024 Vanina Boco
Golpe de Agua (Vanina Boco) (2)
Foto: Vanina Boco

Muchas veces les dije que Córdoba no para de sorprenderme. Es como que de sus entrañas brotaran lugares todo el tiempo, rinconcitos no tan difundidos que cuentan con una belleza natural que te dejan con la boca abierta.

Ahí me gusta llegar para poder transmitirles un poco de mi experiencia y difundir estos verdaderos tesoros que tiene la geografía cordobesa.

En este afán de buscar lugares escondidos me encontré con Golpe de Agua, un paraje ubicado a la vera del río Los Espinillos, un río que tampoco conocía, así que sin dudas tenía que ir a ese lugar. 

Cómo llegar

Está ubicado en el comienzo del valle de Calamuchita, a pocos kilómetros de Potrero de Garay. 

Para ir desde Córdoba Capital, se puede tomar la ruta N°5, y en la rotonda de Villa Ciudad América, dirigirse hacia la ruta S271. 

Pasando Potrero de Garay, y a pocos kilómetros luego de atravesar el río Los Espinillos, se encuentra la entrada a Golpe de Agua, que tiene una garita de colectivos y cartelería indicando el ingreso.

Ingresando por allí, se recorren unos seis kilómetros por un camino de ripio que va dejando atrás el bullicio de la ruta y las ciudades, para internarnos en la vegetación, las sierras y el canto de los pájaros.

Hay que tener en cuenta que en algunos sectores el camino tiene piedras expuestas, en otras hay que cruzar dos vados pequeños y con poca agua, pero todo esto, como en cualquier camino serrano, nos hace disminuir la marcha y ser cuidadosos.

En el trayecto hay solo una bifurcación, pero hay que seguir el cartel que dice Golpe de Agua Chacras Serranas, que es de un proyecto inmobiliario de la zona.

Golpe de Agua (Vanina Boco) (3)

Un paraje encantador

Unas pocas casas y varios carteles de prohibido estacionar dan la bienvenida al pueblo. Es que hay solo una calle angosta y debe quedar despejada de una mano para poder circular.

Una de las viviendas es la de Inés, quien es una docente rural jubilada que está al frente, junto a su hijo, del Camping Don Atilio. Este es el único lugar con proveeduría y espacio para acampar del pueblo. 

Luego de charlar un rato con ella, puedo decir que además de docente es una guía turística experta, que rápidamente cuenta todo sobre el lugar que habita hace tantos años y donde recibe amablemente a los turistas.

Ella me indicó que se puede bajar al río ingresando por su camping que tiene dos accesos, además de baños, mesas, bancos y asadores para pasar el día (con una tarifa accesible), y también está el paso público que, por supuesto, es gratuito.

El río Los Espinillos

Uno de los atractivos del lugar es el río Los Espinillos, que es además un afluente del lago Los Molinos. 

Para llegar hay que seguir por la calle principal, pasar un vado, y continuar por un caminito ubicado a mano derecha. Son pocos metros de caminata para empezar a visualizar el río, que debido a las lluvias, fluye caudaloso y ancho entre las piedras.

En sus márgenes hay bosques de pinos (una característica muy marcada del valle de Calamuchita), también sectores con arena que ofrecen una linda playita donde pasar el día.

En una de sus curvas, se forma una cascada que no es muy alta pero el día que fui tenía un caudal importante, de esos que se escuchan varios metros antes de llegar.

Más arriba, el río se ensancha, tiene piedras en sus orillas y sectores más profundos en el medio de su cauce.

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La sorpresa del lugar

Cuando charlé con Inés, me contó que el lugar que le dio nombre a este pueblo no está sobre el río Los Espinillos, sino que se encuentra sobre un arroyo que pasa por una propiedad privada, pero me instó a que vaya.

Y si bien me dijo que era una “cascadita”, me contó que había invitado a algunos geólogos y le habían dicho que era probable que hace muchos años haya caído un aerolito dándole la forma particular que tiene ese lugar.

Por supuesto que esto despertó aún más mi intriga y no podía irme sin conocerlo. Con su permiso, ingresé por la tranquera, seguí un caminito y atravesé otro portón. 

Fueron unos pocos minutos de caminata por un sendero bien marcado que va bordeando un arroyito, hasta que me encontré con el verdadero Golpe de Agua.

Se trata de un semicírculo de piedra, cuya pared está tapizada de musgo y bromelias, que justo en el medio forma una cascada. En su base hay algunos juncos y el agua se acumula en una olla de poca profundidad, para luego seguir su curso por el arroyito. 

Una postal maravillosa, que parece la ilustración de un cuento o el escenario armado para una película de fantasía. 

Golpe de Agua es de esos rincones que no esperás encontrar y que te dejan sin palabras. Que te dejan pensando y reafirmando lo increíble que es nuestra Córdoba. 

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