“Las tecnologías están transformando el sentido mismo de lo humano”

La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) ha puesto a gran parte del mundo en alerta, LNM dialogó sobre el tema con el experto en Ciencias de la Computación, Javier Blanco.

Ed Impresa 07/04/2023 Flavio Colazo
Javier Blanco
Javier Blanco, experto en Ciencias de la Computación. Foto: gentileza.

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Especial para La Nueva Mañana

INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Entender la IA

¿Qué es la IA? ¿Cómo se la puede explicar sencillamente?

-Es un aprendizaje maquínico que opera en una computadora, y que llegó para resolverle problemas al ser humano; por ejemplo, ya hay aplicaciones –en teléfonos- que traducen inmediatamente, desde varias lenguas, a varias otras; esta prestación viene a cubrir una incapacidad de un individuo, y resuelve un problema concreto inmediatamente. Además esta inteligencia –creo- está mal nombrada, prefiero hablar de inteligencias, porque se tiende a pensar que la humana es el único tipo de inteligencia, y esto no es así, hay muchas formas cognitivas no humanas, y en cierto modo la inteligencia humana también es una inteligencia artificial, pero se plantea una suerte posicionamiento antagónico entre la IA y la inteligencia humana, como si se tratara de una competencia o un conflicto irresoluble. Yo lo pienso más desde una perspectiva de complementariedad, de colaboración. En definitiva, lo que comúnmente se llama IA es una expresión que refiere a la aceleración en los procesos cognitivos a partir de desarrollo de un sistema algorítmico, entendiendo al algoritmo como un conjunto ordenado de operaciones sistemáticas para calcular. En muchas áreas trae soluciones para problemas muy viejos, y los avances se dan en las áreas positivas para el ser humano –como la medicina- y también para las áreas negativas –como las guerras-. 

¿No hay riesgo de falsear la realidad, a punto de no distinguir entre lo que es falso y lo que es real?

-Fotos trucadas y documentos falsos ha habido siempre, también se falsifican monedas y obras de arte; las herramientas tecnológicas -como toda herramienta- pueden ser utilizadas para falsear o falsificar, solo son unas herramientas más.

¿Quiénes han promovido el desarrollo de este sistema algorítmico?

-Proviene de un interés de la comunidad científica en su conjunto; no responde a intereses particulares de algunos países, ni de unas corporaciones. 

“Lo que comúnmente se llama IA es una expresión que refiere a la aceleración en los procesos cognitivos a partir de desarrollo de un sistema algorítmico, entendiendo al algoritmo como un conjunto ordenado de operaciones sistemáticas para calcular”.

Den la alarma

¿Por qué se ha puesto al mundo en alerta sobre el avance de la IA?

-La alarma la activaron un conjunto de personas fuertemente involucradas en el desarrollo y distribución de la IA –Elon Musk entre ellos- quienes firmaron una suerte de carta/manifiesto advirtiendo ciertos riesgos en asumir un desarrollo exponencial de esta tecnología; a mí me llamó la atención, ya que en la IA no hay deseo, y sin deseo no hay objetivo –ni dañino, ni benefactor; ni de dominación, ni de destrucción-, el deseo está presente en el ser humano, por lo tanto el propósito para el cual se utilice la IA será un objetivo proveniente de un deseo humano. La energía atómica se usa para hacer bombas, pero también para la medicina.

¿Es posible que se genere una reacción fuerte en contra de la IA por parte de los sectores del trabajo que sientan amenazados por esta tecnología?

-Hay estructuras laborales que se van a resentir, y esa es una preocupación genuina, porque hay un problema ahí, y hay que poder abordarlo, pero no desde los espacios tecnológicos sino desde un espacio de encuentro entre tecnólogos, políticos, y representantes de todos los sectores involucrados. Hay una similitud con la irrupción de las plataformas como Uber, Rappi, y demás -plataformas que trabajan con un algoritmo elemental para asignar viajes hasta  destinos determinados- que precarizan mucho el trabajo, eliminando riesgos para el empleador y aumentando los riesgos para los empleados-. Pero luego de un tiempo, de asimilar la forma de operar del algoritmo, ciertos trabajadores aprovecharon sus funciones para emprender cooperativas de deliverys, o de remises, por ejemplo.

¿El vaso está medio lleno… o medio vacío?

-Hay medio vaso. Pero no soy  fatalista. ¿Estamos bien? No. ¿Vamos por el buen camino? No. Pero no creo que estemos ante el destino final. Creo que estamos en un momento de transformación como nunca antes experimentó la humanidad -mucho más fuerte que, por ejemplo, el de la revolución industrial, porque se está modificando el modo de conocer y de pensar del ser humano-, y los trances de trasformación agudizan las contradicciones y desigualdades del momento. Esto es así porque quienes están en mejores situaciones consiguen aprovechar rápidamente las ventajas de la trasformación para su beneficio, y los sectores que están postergados son víctimas de este aprovechamiento inmediato, y se profundiza su condición de sector rezagado dentro del sistema -socio/cultural/económico-. Estos procesos son una recurrencia dentro los procesos históricos por los que ha pasado la humanidad. Veamos, ya Lenin –quien tenía una mirada sobre la tecnología muy profunda- vislumbró las dificultades que iban a tener los soviets para utilizar la tecnología fordística -de cadenas de producción modernas utilizadas para la producción en masa- y previó en eso una tensión insoluble…, y fue un gran problema, quizás “el PROBLEMA” para la URSS. Hoy la gran dificultad para atravesar el proceso de transformación -que tiene como protagonista central a las tecnologías súper avanzadas- deviene no de las tecnologías en sí, sino de la gran fragilidad política presente –de modo global- en este momento histórico.

IA y política

¿Hay algún vínculo entre la IA y las ultraderechas presentes en el mundo actual?

-Yo creo que las derechas lo que han logrado es entender mejor el contexto actual, de modo puramente práctico, y lo hacen porque piensan únicamente en negocios, no andan preocupados por la salud de la humanidad, ni en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Lo que hoy vemos es que los impactos inmediatos -provenientes de la presencia masiva de las nuevas tecnologías- sobre las capacidades humanas son velozmente aprovechadas por las derechas que están muy atentas a los beneficios que pueden sacar de estos impactos, porque no tienen el filtro de la moralidad que sí tiene el progresismo.

¿A cuáles impactos nos estaríamos refiriendo?

- A la dispersión de atención, por ejemplo. El poder de concentración en un tema es cada vez más difícil de lograr en los individuos, la atención profunda está cada vez más ausente, por contrapartida; la híper atención fragmentada está muchísimo más desarrollada.

¿Y en qué afecta esto a la evolución de las sociedades?

-Una afectación de gran importancia es la pérdida de capacidad de producir teorías, y las teorías son las herramientas fundamentales que ha utilizado la humanidad para comprender el mundo y operar en el mismo; al no comprender el mundo simplemente se percibe a través de la sensorialidad -y la sensibilidad- inmediata y, entonces, se termina actuando más por reflejo que por reflexión.

¿Por qué no hay un reclamo intenso por la ausencia de las teorías?

-Porque la temporalidad de las teorías no se condice con la velocidad que transita el mundo actual. Las tecnologías están transformando el sentido mismo de “lo humano”, esto está pasando, es irrefrenable. Está ocurriendo… y va a ocurrir.

  

 

Edición Impresa Nro.: 305

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